DESPUÉS DEL 2024|| CUENTO

Me preguntas cómo era él. No es difícil describirlo, porque sus imágenes lo muestran como en realidad lo vimos a lo largo de su vida. Era ante todo, seguridad. Eso es lo que más me impresionaba de su persona. No hubo reto que rompiera esa armadura que lo protegió de todo y de todos. Su carácter lo sacó adelante siempre. Dificultades de todo tipo se presentaron a lo largo de su vida política y ninguna pudo romper esa estructura sólida que encontraba respuesta exacta ante cada prueba. Por difícil que ésta fuera.

Lo vi de cerca una sola vez. Fue en la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles. Pasó a mi lado con esa sonrisa indestructible que cautivaba a la gente del Movimiento, e irritaba tanto a sus opositores. Yo era tuitero y creo que no tan malo. Alguien leyó mis mensajes en presidencia (quiero pensar que él pudo haber sido ese alguien) y me llegó una invitación personal para asistir al evento. Lo curioso es que yo nunca utilice mi nombre verdadero. Trabajaba con seudónimo. Y aún así, pudieron dar conmigo para extenderme la invitación. Era grande como persona, aunque pequeño de talla. Movía multitudes con una facilidad que no he visto en alguien más. Ni siquiera en personajes ficticios de televisión y cine. Pasó a mi lado y su sonrisa se detuvo en mí por un momento. Ahora puedo decir que lo vi tal cual era a través de esa sonrisa. Había paz ahí. Confianza en abundancia en el proyecto que todos empujábamos. Y un humanismo que se demostraba en la sencillez del trato hacia los demás. Algo no autoimpuesto, como se ve en la mayor parte de los políticos del país y del mundo.

A su lado y con su gobierno, el país vivió una etapa de alegría y esperanza en el futuro, que se concretó en realidad, gracias a lo que fue sembrado en ese tiempo. Años en que, usando una de sus expresiones exactas, se trajo “a mecate corto” a los grupos de poder económico del país. Y aún a los poderosos intereses financieros foráneos.
Sí. Fue difícil decirle adiós en 2024. La sensación de desamparo fue evidente en redes sociales. Quedaba un Movimiento sólido, con gente fogueada y preparada, con disposición para hacer frente a las nuevas envestidas conservadoras.

Pero no habría alguien como él, al frente de todos nosotros y eso dolió mucho. Dijo que se despedía para siempre y así fue. Lo ha cumplido. Nada de apariciones en público. Ninguna noticia sobre su vida personal. Sabemos que poca gente lo visita y lo único que puede darnos cierta tranquilidad, es el saber que disfruta plenamente de su paz, de su familia y de su tiempo. Que vive una nueva etapa, donde el descanso bien ganado, le da espacio para la escritura y la investigación histórica. Dos de su pasiones en la vida.

Sí. Es verdad.

Ya no está físicamente participando en política. Él cumplió y se alejó de ella, pero la política no se ha apartado de él. Un video del pasado. Una expresión recordada. Un AMLITO que aparece con un mensaje en redes sociales, son suficientes para que su personalidad reviva y refuerce a este Movimiento que sigue su marcha hacía un verdadero Estado de Bienestar. Su sueño. Por eso la molestia de sus viejos y nuevos enemigos. Porque aún con su silencio, la fuerza del político histórico los mantiene a raya y sirve como ejemplo a nuevas generaciones de políticos, formados en la corriente humanista que tanto impulsó y defendió

Sí lo conocí y por eso puedo, como muchos que tuvimos esa fortuna, hablar de sus acciones, de su persona y de su aportación a un Movimiento que sigue vivo y que tanto le debe y agradece.

A un hombre que logró cambiarle el rostro a México, gracias a su trabajo, a su voluntad y confianza en que al final, los buenos, bien organizados, pueden imponerse a los corruptos forrados de dinero, que destrozan al ser humano, con el único fin de acumular riquezas vergonzosas, fruto del hambre, la miseria y la desgracia de otros que se cuentan por millones.

Sí conocí a Andrés Manuel López Obrador.

Por eso puedo hablarte de él.

Malthus Gamba