Devaluación del peso en la historia
Desde 1821, año en el que México se declaró como país independiente con el gobierno de Agustín de Iturbide, hasta nuestros tiempos, el manejo de la economía provocó que el peso se devaluara en un millón 940 mil por ciento, es decir, lo que valía la moneda estadounidense en ese entonces equivalente a 93 centavos de peso por un dólar, se multiplicó hasta el día de hoy por 19,400 veces.
Prácticamente en todos los gobiernos que han encabezado el país desde ese año, el peso ha perdido valor frente al dólar, salvo por el de Manuel Ávila Camacho de 1940 a 1946, en el que se registró una revaluación de la moneda mexicana pasando de cotizarse en 5.40 pesos por dólar a hacerlo en 4.85, ganando un 10% al principio del sexenio y manteniéndose en ese precio durante los siguientes 6 años.
A partir de 1946 la devaluación del peso fue constante hasta 1955 durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, año en que el tipo de cambio se fijó frente el dólar y se mantuvo en 12.50 pesos durante los siguientes 20 años, hasta el sexenio de Luis Echeverría en 1975.
A partir de ese año, el manejo desastroso de la economía mexicana en los sexenios de Echeverría, López Portillo, De La Madrid y Salinas, lo llevaron a devaluarse en 27,280% para ubicarse en 3,410 viejos pesos por un dólar. En esos años el astuto secretario de Hacienda de Salinas, Pedro Aspe, decidió quitarle 3 ceros al peso para generar un efecto simulado de solidez en la moneda y por esa razón pareciera que su valor era sólo de 3.41 pesos por dólar y no de 3,410.
Desde 1994 se decretó un tipo de cambio llamado de “libre flotación”, que dejó al peso sujeto al valor que le designara el mercado internacional sin intervención de ninguna especie de parte del gobierno de México, como lo está hasta hoy. Sin embargo hasta el 2019 continuó el manejo irresponsable de la economía mexicana y el peso terminó cotizando a 20.36 a finales del sexenio priista de Peña Nieto, o 20,360 viejos pesos para poderlo comparar objetivamente. Entre Zedillo, Fox, Calderón y Peña lograron devaluar la moneda mexicana en 5,970%.
Tuvo que llegar una administración seria que manejara la economía en forma responsable y sensata para que el mercado internacional comenzara a comprar más pesos de los que vende y el valor de la moneda mexicana lograra revaluarse un 10% entre 2018 y 2023, manteniéndose estable a pesar de haber transitado por una pandemia que cerró las economías durante año y medio, así como por una crisis financiera e inflacionaria desatada también por la guerra en Ucrania.
Antes en la historia sólo una vez había sucedido esto hace 83 años y pasó en condiciones distintas, porque entonces el peso no estaba sujeto al libre mercado internacional, sino que su valor lo fijaba el gobierno.
Es necesario hacer una precisión dirigida a todos los despistados que aludirán al manejo económico que se realizó en los 34 años de gobierno de Porfirio Díaz. Ese dictador eternizado en el poder que muchos creen impecable, recibió el peso a uno por dólar y terminó devaluándolo en 100% a 2 por dólar, una vez que fue convencido de poner pies en polvorosa. Por supuesto que si se le compara con sus 6 colegas neoliberales, quienes juntos en 36 años lo devaluaron en un 36 mil por ciento, haciéndolo pasar de 57.18 por dólar en 1982 a 20,360 (o 20.36 nuevos pesos) en 2018, Díaz fue sólo un novato en la comisión de desastres monetarios.
Así es que hoy, por primera vez en 83 años y estando el peso libre para que su valor sea determinado principalmente por la oferta y la demanda en Nueva York, las condiciones económicas motivan a los dueños de capitales a invertir más dinero en pesos del que desinvierten para cambiarlo en otra divisa. Y a muchos manipulados esto les molesta.
Como dijo el economista español José Luis Sampedro: “La gente no está loca, está manipulada”.