PEMEX: Resurge un gigante

Después de la destrucción casi absoluta de PEMEX operada por los presidentes subnormales del neoliberalismo, que la hundió en deuda, abandono y corrupción, en sólo 4 años la empresa más importante de México ha resurgido como un gigante productivo, que hoy aporta 22 pesos de cada 100 al presupuesto del gobierno federal y ha podido celebrar su aniversario 85 remontando desde las cenizas como el ave Fénix, para levantar el vuelo con una gran fiesta en el Zócalo capitalino.

En la destrucción neoliberal de PEMEX, la producción de petróleo cayó de 3.4 millones de barriles diarios en época de Fox, a 1.7 millones en 2018. La reserva de crudo disminuyó de 14 mil millones de barriles a 7 mil millones. Las seis refinerías existentes entonces bajaron su producción de 1.3 millones de barriles diarios a 500 mil en 2018. La enorme deuda de la petrolera mexicana, nació con Calderón creciendo hasta 1 billón de pesos y se duplicó con Peña al pasar a 2.2 billones.

En 2018 se robaban 56 mil barriles diarios de gasolina, equivalentes a 8.9 millones de litros al día y hubo días en que esto subía hasta 19 millones de litros. Se firmaron contratos fraudulentos con Odebrecht para abastecer etano a la planta Etileno XXI en Veracruz, donde Pemex se comprometía venderle a un precio menor al de mercado, además de regalarle el flete y aceptar, si no cumplía la meta de suministro, pagar una indemnización equivalente a 200% del precio de la materia prima.

Otro ejemplo es un ducto que iba de Poza Rica a la refinería de Tula, Hidalgo que no transportaba nada y Pemex pagaba 100 millones de pesos mensuales a la empresa que lo construyó. Pemex renunció a realizar trabajos que estaba en condición de hacer de manera eficiente, para transferirlos a particulares a un costo 5 veces mayor. Se dedicó a gastar una millonada en buscar crudo en aguas profundas, cuando se encuentra en aguas someras mucho más barato. Hasta ahora no se ha sacado ni un solo barril de aguas profundas.

Hoy con los nuevos pozos la producción, ha compensado la declinación de los campos agotados, sacando medio millón de barriles por año, elevando las cifras en más de 200 mil barriles por día con respecto a 2018. Se ha fijado un tope de 2 millones de barriles diarios al término de este gobierno para procesar nuestro propio crudo, gasolinas, diésel y turbosina y evitar su importación.

El 80% del consumo nacional de gasolina dependía de importaciones. Hoy, con la reconfiguración de refinerías y la construcción de plantas coquizadoras que todavía están en proceso, se dejará de producir combustóleo y se aumentará la fabricación de gasolinas. Con la compra de Deer Park y la entrada en operaciones de Dos Bocas, más las coquizadoras, en el corto plazo la empresa comenzará a tener utilidades.

Hoy Pemex vive de su flujo, genera su propio presupuesto y aporta al erario el 22% del presupuesto federal. A Pemex le quedan muchos años, están cambiando las visiones; hace unos meses todos pensaban que el petróleo iba de salida. Ahora hay consenso mundial en el sentido de que para el año 2050, el consumo global de petróleo va a disminuir de 100 millones de barriles diarios a 80 millones, contraviniendo los pronósticos de Anaya, Quadri y demás bufones de quinta.

Es importante recordar que antes nos decían que Pemex era de todos los mexicanos, pero en realidad lo ordeñaban los políticos y los oligarcas, sin que los demás recibiéramos beneficio alguno derivado de sus actividades.

Hoy la cosa es distinta; el gobierno entre otras cosas entrega 600 mil millones anuales en programas sociales, subsidia 350 mil millones para que no suba el precio de los combustibles importados como sucede en el resto del mundo, entrega fertilizantes gratuitos fabricados por Pemex a 2 millones de pequeños productores del campo y por fin, todos los mexicanos estamos disfrutando de parte de la riqueza que genera el petróleo, en una empresa que hoy sí es nuestra y que no vamos a permitir que un grupito de ladrones vuelvan a destruir, amenazando nuestra soberanía y nuestra democracia.

Como dijo el político argentino Juan Bautista Alberdi: “La democracia es la libertad constituida en gobierno, pues el verdadero gobierno no es más ni menos que la libertad organizada”.