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Burbuja ideológica del 26
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Burbuja ideológica del 26

Postigo
Por: José García
@Josangasa3

Indecisos a la hora de declarar las causas de su presencia, temerosos al momento de aplaudir, timoratos cuando deben confirmar su asistencia, cerrados ante cualquier opinión contraria, los asistentes al zócalo muestran su novatez en las calles, mientras los organizadores de la concentración en el zócalo el pasado 26 de febrero insisten en decir que se les trata de descalificar cuando en realidad sólo se les describe.

Si ellos no quieren reconocer las características de los integrantes de esa cantidad de gente reunida en el zócalo de nada les servirá el optimismo que les causó como primera impresión. Al contrario, debería preocuparles.

Las burbujas ideológicas son conformadas por esa parte de la población que no permiten que penetre otro tipo de ideas que las que imperan dentro de esa esfera, y así caminan por la vida hasta que se hacen viejas, independientemente de la tendencia política que contengan. Al servicio de la dictadura de las redes que acentuó la pandemia.

Los prisioneros de las burbujas toman ideas al aire para conformar su pensamiento, por lo regular posturas con las que coinciden, sin importar su origen ni su veracidad. Intolerantes y esclavos de las redes, consideran que esa visión de la realidad es la única y los demás están equivocados.

Estas características pudimos apreciarlas claramente en los integrantes de la marcha del pasado 26 de febrero, donde no había oportunidad siquiera de hacerles una pregunta sin que se mostraran molestos, incluso agresivos. Lo cual acusa no sólo inseguridad sino miedo.

Por otra parte, puede apreciarse la tendencia de ese claustro social en la intolerancia de hombres y mujeres en el Congreso, donde sus declaraciones en tribuna son ley y están herméticamente cerrados a cualquier tipo de acuerdo. Incapaces de ceder o de escuchar siquiera, se muestra fanáticos de las ideas que toman al vuelo y van hilvanando según su forma de ver la vida y preferencias partidistas.

Resulta contradictorio el hecho de que llegue la derecha al Congreso para anunciar que está cerrada a cualquier acuerdo, porque sólo sabe colocar adjetivos y demandas, pero no presenta ideas para su discusión. Ni siquiera es capaz de mostrar un punto de vista definido. Porque las ideas que conforman su bagaje político son muy dispersas, producto de esa porosidad que todavía tiene su burbuja ideológica.

Los asistentes a la concentración del 26 mostraron su incapacidad de comunicación entre ellos. Los discursos fueron más extensos que la estancia de los asistentes en la plancha del zócalo, y una vez concluidas las exposiciones, se disolvieron con mayor rapidez que con la que llegaron. Tenían prisa por legar a inmunizarse ante cualquier contagio ideológico que comenzar a romper su esfera de cristal.

La porosidad de sus encierros los forzó a repelerse unos a otros, por miedo a contagiarse de ideas o posiciones, con las que no coincidan, con lo que mostraron una subdivisión de burbujas ideológicas dentro de una tendencia conservadora, que no sólo está dispersa sino dividida y temieron chocar, porque cada persona tiene su carga de individualidad y de percepción personal de la cerrazón en la que se desenvuelve su acción política.

Es complicada la estructura de las burbujas ideológicas, no así su ejercicio cotidiano, porque su idea de participación social o de posición política es muy simple, a veces inexistente. Al negarse a la reflexión, a la confrontación, al choque de posturas, al cancelar el diálogo su pensamiento es lineal pero inamovible, invariable y tiene la intención de ser eterno. Consideran poseer una idea infalible que termina por perder relación con la realidad.

La realidad cambia, pero no tiene tradición de juzgar, a priori, toda actitud o actividad con la que no coincidan, en este caso del gobierno federal. De ahí su adicción a negar todo lo que se propone porque no pueden explicar lo que existe, pero menos aún pueden entender las causas de su rechazo. Todavía no se dan cuenta de que opinión que no está sustentada equivale a nada. Ni siquiera alcanza la categoría de basura.

Poseedores de la verdad absoluta quienes asistieron a la concentración del zócalo el 26 conformaron una burbuja rosa, que se aísla y repele en un mismo grupo: Ni siquiera puede pensarse que es la suma de individualidades sino de personas que ni chocan ni coinciden simplemente viven en su burbuja.

👉🏻Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de quién las emite y no necesariamente representan el punto de vista de SinLíneaMx.

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