Sandra Cuevas, la guerra sucia y sus palabras necias
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
“¿Quién nos da miedo?: ¡Nadie! ¿A qué venimos?: ¡A trabajar! ¿A quién le vamos a partir su madre?: ¡A Claudia!, exclamó la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, ante un grupo de sus colaboradores, luego que la noche del jueves 27 de enero, la Contraloría General de la Ciudad de México recibiera una denuncia ciudadana por paquetes y mantas de propaganda en contra de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que estarían en las instalaciones de la alcaldía; esto terminó en un operativo que confirmó la existencia de dicho material impreso.
Desde entonces, Cuevas se ha enganchado, usando redes sociales para atizar una guerra contra la mandataria capitalina, que recibe fuegos de todos los frentes ante sus aspiraciones por llegar a la Presidencia de la República. “Desplegaron un operativo de granaderos en mis oficinas sin ninguna notificación. No se dejen amedrentar, no vamos a entrar en provocaciones y lo más importante no vamos a parar el trabajo, muchachos. Si esas oficinas se las quieren comer, que se las coman. (…) Ya saben que a nosotros no nos tiembla nada ni nos da miedo nadie”.
“El tema es que se encontró una gran cantidad de propaganda, que se llama ‘guerra sucia’, una campaña en contra de la jefa de Gobierno, en una oficina pública. Para mí en realidad es la evidencia de una guerra sucia que hemos venido diciendo que existe. Y no es de una alcaldesa, es de la oposición, del conservadurismo, particularmente del PAN”, refutó Sheinbaum en un tono muy mesurado, pues los videos de la alcaldesa gritando “¿a quién nos vamos a chingar?”, hacen parecer que la afrenta es más que personal.
Pero ya se ha dicho, la oposición carece de propuestas y comienza el ataque contra Morena y sus candidatos; este montón de volantes no sólo busca desprestigiar a Sheinbaum en su carrera presidencial, son la estrategia para tratar de restar apoyo a Morena en la capital del país. Con el Estado de México prácticamente regalado a Delfina Gómez, que no nos sorprendan los esfuerzos del Partido Acción Nacional por desestabilizar lo más posible al gobierno de la Ciudad de México rumbo a 2024.
Por eso la versión de los boicots al Metro no es descabellada del todo; claro, es un sistema de transporte al que le urge atención, la cual, poco a poco se le está brindando; sin embargo, para quienes llevamos décadas usando cotidianamente dicho sistema colectivo, en efecto, es atípico que casi cada tercer día exista un siniestro como choque, incendio, humo y demás.
Y es que si el próximo año Morena gana el Estado de México, la capital y la presidencia, a reserva de cómo quede el Congreso, PRI, PAN, PRD y sus demás órbitas van a padecer mucho el próximo sexenio.
Después del desencuentro con la autoridad central de la CDMX, Cuevas salió a trabajar y causó ánimos encontrados contra la limpieza que realizó en la calle Crisantemo, donde destruyó las viviendas de madera y cartón donde habitan varias familias, a quienes la alcaldesa les reclamó “este mugrero que tienen aquí”.
Según ella, los afectados serán beneficiados con otras viviendas, en el mismo lugar, también de madera, pero blancas y con drenaje. “Son chingaderas”, decía la gente mientras veía cómo personal de Servicios Urbanos, Seguridad Ciudadana, Gobierno y Vía Pública de la demarcación trataba sus pertenencias como basura. Porque en un país como México, de tantas diferencias sociales y tan marginal repartición de la riqueza hay que tener mucho cuidado, pues lo que para unos, como a la alcaldesa, es basura, para otros es lo poco que tiene. Y, para hacer más grande la anécdota, a esta gente nadie le avisó que les caería la “limpieza”, de lo mismo que Cuevas se quejó cuando vio llegar la auditoría a sus oficinas… nula congruencia.
Justo, hablando de ese poco alcance para comprender la disparidad de oportunidades que tiene la alcaldesa Cuevas, en el contexto de la propaganda encontrada en la Cuauhtémoc, lanzó otra perla, esa contra el presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Qué estudió? Yo soy doctorante en Derecho, tengo dos maestrías, me he ido a estudiar a diez países. Vengo desde abajo, me formé desde abajo, yo no tengo padrinos ni tengo papás ricos, me he hecho sola y así sola voy a seguir caminando”.
Poco hay que comentar sobre estas declaraciones que, por sí solas, hablan de lo poco que entiende Sandra Cuevas a la sociedad de un país donde ella, gobierna alcaldía. El México donde alguien como un taxista, un albañil, una mesera, donde el chalán de una vulcanizadora te salvó la noche a las tres de la mañana, ni se diga la gente del campo que nutre a la nación, los pescadores, las señoras de las quesadillas que se desvelan para que uno alcance a cenar algo, tanta gente sin formación académica que hace grande al país, ese México al que le destrozaron sus casas, sin avisarles, en la Cuauhtémoc, ese es el que no entiende la señora alcaldesa.