Por: Jorge Barrientos
Más allá de los cambios que se han hecho en México desde el 2018 con la llegada del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, lo destacable es el cambio de actitud que el gobierno ha tenido; el sentido humano que se ha dado a la administración pública contrasta absolutamente con el estilo técnico y autocrático de gobernar que se tenía en el país.
Por primera vez en decenios se siente que hay un gobierno que tiene la sensibilidad y pulso de conocer qué es lo que el Pueblo quiere y necesita, además de tener la capacidad y disponibilidad de ajustar cuando las medidas tomadas son erróneas o requieren ajustes. Se vive un México en el que la participación ciudadana crece porque es tomada en cuenta, y lo digo en ambos sentidos, tanto a favor, como en contra, del actual gobierno la gente participa.
La responsabilidad en las finanzas públicas ha permitido que el país se vuelva atractivo para la inversión extranjera, el apostar a rescatar Pemex y reforzar a la CFE, con el tiempo ha demostrado haber sido una buena decisión en un panorama mundial difícil en el tema energético, las obras de infraestructura han incrementado el empleo y estimulado el desarrollo económico de cientos de comunidades, los programas sociales han sido el salvavidas de millones de mexicanos y uno de los motores para que la economía se mantuviera activa durante una pandemia que detuvo el movimiento económico del mundo. Con todo y los beneficios que estas medidas han generado en el país me parece que son menores ante el cambio en el sentido que el sistema público ha tomado, la percepción de que por primera vez en años el Pueblo tiene un gobierno que lo escucha ha generado en la gente aspectos positivos como el entusiasmo por participar y estar atento a la vida pública, así como tener la confianza de que hay un gobierno que trabaja bajo la premisa de beneficiar al Pueblo.
El nivel de popularidad de AMLO no es un fenómeno inexplicable como no se cansan de señalar los opositores al actual gobierno, el trabajo del sociólogo Ronald O. Lippitt y Ralph K. White mostró que cuando un grupo tiene mayor confianza en que el líder es democrático, el nivel de confianza es mayor a cuando consideran que el líder es autoritario o intervencionista, de manera que ese nivel de popularidad que tiene el actual presidente no es cuestión ni del azar, ni del fanatismo, la manipulación o todo aquello que inventa la oposición para demeritarla, el sentido democrático junto con la capacidad de generar confianza, informar y escuchar que ha tenido AMLO con el Pueblo son los principales ingredientes que generan dicha popularidad.
El despertar de conciencias que se ha generado en México será difícil revertirlo y es por ello por lo que la oposición pierde, por su afán de regresar a un pasado en el que gobernaban a un Pueblo dormido y manipulado; esa el a verdadera raíz de su odio hacia Andrés Manuel López Obrador, no porque lo consideren un falso mesías, no porque lo consideren mal presidente o porque piensen que es dictador, lo que no le perdonan es que haya despertado al Pueblo.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan