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Liz Truss, la ex primera ministra que renunció a gobernar el subdesarrollo
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Liz Truss, la ex primera ministra que renunció a gobernar el subdesarrollo

Textos y Contextos

Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera

Nadie hubiese querido ser el primer ministro de Reino Unido después de la muerte de Isabel II. Incluso Boris Johnson, una especie de Trump británico, logró mantenerse en el cargo por un periodo considerable dado que la identidad británica descansa de importante forma en su monarquía; muchos de los habitantes del país europeo, e incluso de la mancomunidad de naciones, basaban su sentido de pertenencia nacional debido a la reina, pero ahora, que ya no está, las carencias en el poder político han salido a flote.

Luego del deceso de la monarca, la libra esterlina ha caído 20 por ciento con respecto al dólar, y el riesgo de paridad ha subido hasta un 60 por ciento, un escenario que no tiene símiles desde los años 70 del siglo pasado, cuando el mundo occidental pasaba la Guerra Fría. Con esto, como la caída de cualquier moneda, se impactan las importaciones de materias primas para Reino Unido, trascendiendo el petróleo o el gas natural, más aún en el contexto de la guerra que mantienen Rusia y Ucrania, que ya de por sí ha golpeado a los mercados europeos.

Asimismo, la ausencia de Isabel II, como ya se ha dicho, afecta a la identidad del reino y de la mancomunidad de naciones: 56 Estados como Canadá, Australia, Bahamas, entre otros, que están bajo las directrices de la monarquía, ahora a cargo de Carlos III; sin embargo, como en el caso de Escocia, varios ahora ya dudan de si conviene pertenecer al reino, más aún con la crisis política y económica que este vive. El separatismo aumenta las crisis y es por ello que la gobernanza en Reino Unido se ha vuelto imposible.

Es aquí donde entra Liz Truss, quien el pasado jueves renunció como primera ministra de Reino Unido; quien se esperaba pudiese ser una especie de Margaret Thatcher 2.0, no soportó las múltiples manifestaciones a lo largo del país europeo, que se quejaban por los costos de las energías, así como de las políticas fiscales implementadas por la derecha, representada en la mandataria.

Algunas de sus propuestas para sanear la crisis económica pospandemia y que ha traído la guerra en Europa fueron, por ejemplo, aumentar el impuesto a las empresas del 19 al 25 por ciento; asimismo, apostó por legitimarse con las élites económicas y anunció, en septiembre pasado, su plan para reducir los impuestos a los ricos del país. Éste incluía eliminar la tasa del 45 por ciento del impuesto sobre la renta para quienes ganan más de 150 mil libras esterlinas al año, un equivalente de más o menos 168 mil dólares.

Además, en la estrategia de Truss se encontraba la eliminación del tope de los incentivos o bonificaciones salariales de los banqueros, que a veces pueden superar el millón de dólares, según informa la BBC Mundo; es decir, los planes de la ex primera ministra se antojaban en algunas aristas como los que tuvo en su mandato Mauricio Macri (2015-2019), en Argentina, quien benefició a los más ricos, del país y del extranjero al pedir el préstamo más oneroso en la historia del Fondo Monetario Internacional (57 mil millones de dólares), para pagar deudas públicas.
Truss afirmó que los recortes a los más ricos incentivarían la inversión y convertirían al Reino Unido en un “Singapur en el Támesis”, pero los mercados no vieron con confianza su estrategia, la bolsa cayó y la libra junto con ella.

Y tal como pasó en Argentina, como sucedió con los “tarifazos” de Macri, ya se esperaba que las políticas del partido conservador, que estaban beneficiando a los ricos del país, llevaran las tarifas de energía a aumentos del 80 por ciento en octubre y que crecieran más el próximo enero; analistas han señalado que en lugar de convertir a Reino Unido en el Singapur del Támesis lo convirtieron en Caracas, pero Mauricio Macri llevó servicios como el transporte, luz, agua, gas a aumentos de entre el 300 y más del mil por ciento, en un proyecto más neoliberalista y parecido al de Truss que el venezolano, donde se le relajan los costos a los acaudalados y se recarga el peso fiscal a las clases de media para abajo… también el neoliberalismo fracasa, y el Reino Unido al que renunció Truss es muestra de ello; más bien debiera ser la Buenos Aires del Támesis, si del periodo de Macri se habla.

Liz Truss también huyó de una inflación que ya rebasa las dos cifras, ubicada en 10.1 por ciento. Analistas como Glenn Sanderson, director de la Academia Católica St. Aidan de Sunderland, han afirmado para medios como BBC que “los padres están teniendo que tomar decisiones difíciles: pagan el billete de autobús para enviar a su hijo a la educación o utilizan ese dinero para alimentarlo”, lo cual, añadió, “en la sociedad actual, me parece completamente inaceptable”. Pues bien, ante esta visión, Liss Truss escapó de la responsabilidad que tiene cualquier gobernante de países en subdesarrollo, los cuales, en muchos casos, su país y su monarquía, ayudaron a subdesarrollar.

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