De acuerdo con el Banco Mundial, quien por cierto no ha hecho gran cosa en este sentido, pero que son muy buenos para dar consejos y presionar a los gobiernos para que los sigan, la inclusión de la población de los países al desarrollo depende fundamentalmente de dos factores.
El primero es que los habitantes tengan acceso a la tecnología y el segundo, que accedan a la bancarización; es decir, que tengan acceso a servicios bancarios ya sea con una cuenta o con un crédito. Por supuesto que si no tienes la primera tampoco vas a lograr el segundo.
Los países en vías de desarrollo, o como les dicen los tecnócratas petulantes, los países emergentes como México, han tenido muy poca posibilidad de logar estos dos factores por haber vivido tantos años con gobiernos neoliberales.
Hay que recordar que en teoría, el neoliberalismo da prioridad a impulsar el libre mercado favoreciendo en forma absoluta a las corporaciones, cuya único propósito es hacer negocios a costa de lo que sea. Este sistema de depredación corporativa, les fue retirando facultades a los gobiernos a través de privatizar los servicios que son derechos de la población, para convertirlos en mercancías.
Así se privatizaron la educación, la salud, el transporte, la energía eléctrica, la extracción de petróleo, la refinación y distribución de combustibles, la seguridad, las comunicaciones, el desarrollo de vivienda, el agua y casi todo lo demás, haciéndolo negocios.
Aunque en México no les dio tiempo a los hambrientos neoliberales de privatizarlo todo, porque hasta en eso fueron ineptos, cosas como la banca y las comunicaciones, sí cayeron completamente en manos de los oligarcas, así como de las corporaciones internacionales.
A estas pirañas sociales, les importa un comino cualquier actividad que no signifique una ganancia para sus empresas, así es que los bancos privatizados en México se concentraron en las ciudades, donde el costo de captar un cliente a quien puedan exprimir, es mucho menor que en las poblaciones alejadas.
Igualmente, las compañías de telefonía e internet decidieron invertir solamente en lugares donde hay grandes concentraciones de personas, por la misma razón que lo hicieron los bancos, así terminamos con un país en el que el 75% del territorio nacional está prácticamente incomunicado a través de internet y sin acceso a tener una cuenta bancaria. Y así están casi todos los demás países llamados emergentes, para no referirse a ellos como subdesarrollados.
Son contados los gobiernos que han emprendido una cruzada para integrar a la población en el desarrollo a partir del concepto que define el Banco Mundial y ninguno en muchos años ha hecho algo parecido a lo que está haciendo México a partir del año 2019, ni en naturaleza ni en magnitud.
Hasta 2018 quien más clientes había logrado bancarizar era la tarjeta Saldazo de Oxxo en combinación con Banamex, que abrieron alrededor de 5 millones de cuentas en este mecanismo. A partir de 2019 con la creación del Banco del Bienestar, en menos de 4 años, 20 millones de personas más tienen una cuenta bancaria por medio de la cual reciben cada bimestre sus apoyos de parte de la Tesorería de Hacienda. Así también antes del 2024, se va a dotar de acceso a internet a 60 millones de habitantes que no lo tenían, a través de la red de fibra óptica que está tendiendo la Comisión Federal de Electricidad en todo el país y de los servicios de última milla que proporcionará Altán, empresa que el gobierno adquirió para estos fines, con lo que el Banco del Bienestar se podrá instalar en las poblaciones más lejanas.
Así es que ¡Sorpresa! para los subnormales de la derecha mexicana. Un país al que ellos llaman comunista, gobernado por un dictador, va a ser el primer país emergente en el mundo que logre integrar a toda su población al desarrollo antes de que termine esta década, cumpliendo los parámetros que determina el Banco Mundial a quien tanto admiran.
Como dijo el luchador estadounidense de los derechos civiles, Martin Luther King: “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”.