Durante la conferencia mañanera de este miércoles, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer el acuerdo establecido entre el Gobierno de México y la iniciativa privada para contener la inflación, consecuencia de las acciones tomadas por todos los países para hacer frente a la pandemia por Covid y agravada por el conflicto entre Ucrania y Rusia.
A diferencia de administraciones anteriores, donde se firmaban “pactos” no vinculatorios y se fijaban “precios de referencia”, en el acuerdo actual se compromete la iniciativa privada o introducir en el mercado una mayor oferta de mercancías, lo cual trae como consecuencia, de acuerdo a las leyes del mercado, que los precios, aunque no bajen, al menos se mantengan en los niveles actuales.
Por su parte, el Gobierno mexicano se compromete a tomar todas las medidas anti inflacionarias a su disposición, como mantener los precios de los servicios que éste proporciona a la población, como los de la energía eléctrica y el gas, así como hacer un esfuerzo para influir en los costos de los precios de los combustibles, manteniendo subsidios, sólo por poner algunos ejemplos.
Para sorpresa de los agoreros del desastre que, desde el inicio de la actual administración han pregonado un profundo rompimiento del mandatario con la iniciativa privada, a este acuerdo se sumaron prácticamente todos los empresarios, incluyendo a los más importantes, donde sobresalen Walmart, Bimbo y Telmex, quienes se comprometen a mantener precios y aumentar la oferta.
Este novedoso acuerdo se basa, como ha sido la política económica y comercial de éste gobierno, en el apoyo al consumo, que es sustancialmente de mayor eficiencia que el apoyo a la producción, pues el consumo presiona a la producción, mientras mantiene los precios estables, a la vez que mejora la calidad de vida de las personas y todo esto sucede con mayor rapidez.
Así que, mantener los precios de los insumos como electricidad, gas y combustibles estables, permite a los productores aumentar la producción sin agregados inflacionarios, de la misma forma será posible que los distribuidores, como las grandes cadenas comerciales mantengan sus precios al consumidor que, ante la mayor oferta de mercancías, le está garantizada una estabilidad económica.
Y no es que la presión inflacionaria internacional no nos afecte, pues gracias a la estrategia económica de los gobiernos neoliberales, México perdió la soberanía energética y alimentaria, lo que nos hace muy dependientes de la rampante inflación global, ya que aún seguimos importando combustibles y bienes de consumo, sin embargo esta medida anti inflacionaria, permite aminorar sustancialmente los efectos de la misma.
De esta manera se comprueba una vez más que, ante el rotundo fracaso de los “pactos” del pasado, no debemos implementar las mismas estrategias, sino que debe privilegiarse la innovación y atreverse a intentar nuevas y diferentes opciones que transformen la manera en que buscamos soluciones, es decir, una “revolución de las consciencias” que incluye elplano económico.