Noticias

Chumel Torres, la cancelación de Rappi y los discursos que queremos erradicar
Columnas

Chumel Torres, la cancelación de Rappi y los discursos que queremos erradicar

Textos y Contextos

Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
El célebre filósofo italiano Umberto Eco dijo alguna vez: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.
Hoy, no hay mejor ejemplo para ilustrar las palabras del autor de “El nombre de la rosa” que un personaje llamado Chumel Torres. Este fin de semana, el influencer volvió a ser tendencia al causar que miles de usuarios abandonaran la aplicación de servicios a domicilio, Rappi, ya que le utilizaron para una de sus campañas publicitarias; la razón: el racismo, clasismo, humor barato y la necedad del titular en El Pulso de la República.

La historia controversias de Chumel Torres es interminable; ha escrito, por ejemplo: “Los Reyes Magos me trajeron una Barbie oaxaqueña. Barre, trapea, sacude y plancha como de verdad”, ante la imagen de una mujer fotografiada en una caja de muñeca gigante; también se burló alguna vez de un niño que se quemó gravemente con una olla de frijoles; en otro tema reprobable, hace algunos días escribió en Twitter: “‘Cómo supiste que voté por Andrés Manuel López Obrador?!?’” acompañando su mensaje con la imagen de Maribel Madrigal, personaje ficticio de Disney, sugiriendo que quienes apoyan al actual gobierno tienen de piel morena, cabello negro y vestimenta folclórica, en una clara muestra de racismo.

Debido a esto y muchos otros casos en los que Chumel Torres ha demostrado no tener criterio para expresar sus ideas, en junio de 2020, el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) canceló un foro sobre racismo donde participaría dicho personaje y HBO hizo lo propio con el programa donde él mismo era titular; es decir, no es la primera vez que la presión social influye en la carrera del influencer, lo cual es importante, debido a que es una señal de una sociedad que tiene el poder de expresar lo que no quiere para su desarrollo y ambiente colectivo.

Se podría decir, “es que él tiene libertad de expresión y puede decir lo que quiera”: es un área muy gris que debemos analizar. Por principio, la libertad propia termina cuando viola la de alguien más, y las burlas, ironías y humor de Chumel Torres no conocen un límite; en tanto, deberíamos considerar replantear el término de “libertad de expresión”, por “responsabilidad de expresión”, para entender que las ideas expresadas tienen repercusiones, más cuando existe un alcance de millones de seguidores en redes, como es el caso de dicho personaje.
Tristemente, su ego no le permite ver más allá de lo evidente, y ante cada polémica, Torres presume que es nuevamente tendencia en redes sociales y su respuesta constante cuando la gente desaprueba sus ideas racistas, clasistas, misóginas, es que quien lo contradice no entiende Twitter; es decir, jamás ha sido capaz de disculparse, de aceptar un error: preocupante debería ser que tenga una audiencia tan grande un megalómano de ese tamaño.

Pero es importante no dejar que pasen inadvertidos estos temas, porque este tipo de personajes son los que encumbran ciertos grupos políticos y empresariales que buscan mantener un status quo donde discursos como la misoginia, el clasismo o el racismo sean aceptados; se esconden bajo la premisa de que el humor debe ser libre, pero influencers como Chumel son el ejemplo que debemos dar a las nuevas generaciones para mejorar la convivencia social; decirles: “Miren, decir estas cosas está mal” y explicarles las razones de por qué no todo tiene que dar risa o es una oportunidad para la ironía.
“La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de internet es que ha promocionado al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”, dijo alguna vez también Umberto Eco. Es importante entonces que como audiencias en la época de la autocomunicación de masas, como la define Manuel Castells, logremos imponer filtros para que no se mantenga la hegemonía del discurso de odio y frenemos “al tonto” del pueblo.

Es por eso que Rappi se ganó la animadversión de las audiencias por contratar al que alguna vez fue patiño de Enrique Peña Nieto. Existe una frase que se le atribuye a Voltaire: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, sin embargo, el filósofo francés no conoció, ni a las redes sociales, ni a Chumel Torres, así que no sabríamos si algo tan profundo como este postulado, aplique a discursos tan deleznables que buscan denigrar a las personas por su raza, su género o su condición social.

Notas relacionadas

Noticias de México y el mundo, sin adornos ni filtros, directas y fieles a la realidad, ¡todo lo que necesitas saber!