Miguel Francisco Barrera Aldama
Abogado, escritor y profesor
Twitter: @mbalda16
Prácticamente en vísperas de las fiestas de Navidad, en pleno desarrollo de las tradicionales posadas, el día veintidós de diciembre de dos mil veintiuno ha tenido mucha difusión una noticia que ha causado bastante revuelo en redes sociales: la detención del ciudadano José Manuel del Río Virgen, acusado del delito de homicidio doloso calificado.
Esto no revestiría mayor particularidad si no fuera porque el individuo de marras se desempeñaba como secretario de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República y, a la sazón, es militante del partido político Movimiento Ciudadano, un partido de derechas que se le ha catalogado (y con razón) como el “PAN naranja”.
Más allá de la cuestión estrictamente jurisdiccional (al imputado se le va a presentar ante un juez de control para que se determine su situación jurídica y se precise si se le vincula o no a proceso penal) resaltan dos hechos notorios por las lecturas políticas que se pueden realizar a partir de su aparición en la palestra mediática:
1. El senador Dante Delgado, exgobernador del Estado de Veracruz-Llave y actualmente coordinador de la bancada emecista en el Senado de la República y dirigente sempiterno del PAN naranja, ha salido a medios a expresar su vesania en contra del Gobernador Constitucional de Veracruz, el doctor Cuitláhuac García, hombre comprometido con la Transformación en ese bello Estado de la República y que por lo mismo, ha incomodado a mezquinos intereses que en nada buscan el bienestar colectivo, como sí está comprometido el gobierno de Cuitláhuac en lograrlo.
2. El senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, ipso facto y sin estar enterado debidamente de los entresijos legales del caso (aparentemente), apareció también en medios de comunicación difundiendo un mensaje francamente ofensivo en contra de las instituciones legales del Estado de Veracruz, siendo un auténtico corifeo del imputado del Río Virgen, acusando a la procuración de justicia veracruzana de actuar políticamente en un caso judicial. El león cree que todos son de su condición, dicen por ahí.
Los anteriores hechos demuestran quiénes están en una posición política para obtener beneficios personales y sacar raja política de las coyunturas legales que se puedan presentar en el camino. Dante Delgado ha amenazado con desaparecer los poderes en Veracruz y, si bien es cierto que es una facultad del Senado de la República ese procedimiento, también lo es que la Constitución General de la República es clara y precisa en las hipótesis en las cuales podría operar dicho proceso, ninguna de las cuales, por cierto, obedece a caprichos políticos de los propios senadores de la República.
Por otro lado, Monreal, en su visión de buscar con ansias un protagonismo que le genere una plataforma política sobre la cual lanzarse, deja de manifiesto su ambición política sin límites.
Es palmario y no deja lugar a dudas su deseo de buscar por TODOS los medios posibles su candidatura presidencial para el 2024, sin importar los costos de su aventura política.
Monreal es la expresión maquiavélica “el fin justifica los medios” mostrada en su rapacidad y veleidad que lo caracterizan.
Dejemos que la justicia veracruzana decida. La Fiscalía del Estado es autónoma, no depende del Gobernador Cuitláhuac.
Si se ha presentado la imputación es que de seguro existen elementos objetivos para presumir la probable responsabilidad del imputado en los hechos cuya comisión se le atribuye. La politización de la justicia la cometen los políticos que pretenden obtener beneficios coyunturales de los casos judiciales que levantan revuelo mediático.
Confiemos en las instituciones legales veracruzanas.
Foto: Cuartoscuro