No es adecuado pensar que los cárteles políticos que se oponen al gobierno y que pomposamente se llaman partidos, puedan desenvolverse en el marco de una ideología determinada. Cada día que pasa nos demuestran que lo suyo no es intentar construir algo a partir de una concepción ordenada de las cosas. Hoy más que nunca nos damos cuenta de que lo suyo es lograr la confusión entre los ciudadanos, para manipularlos y saquearlos.
Pensar que estamos ante una oposición de derecha es un error, porque estos no tienen ideología alguna. Su objetivo es el dinero y pretenden ganar el poder para volverlo a utilizar como un medio que les permita quedarse con todo. Son bandas de delincuentes disfrazadas de gente decente que nos engañaron durante décadas y lograron saquearnos hasta que nos cansamos.
Su carencia de rumbo ideológico se hace patente cada que hay una oportunidad. El PRI vocifera que nunca ha obedecido a un presidente, mientras el PAN hace una alianza con la ultraderecha fascista española, en un intento por identificarse con algo, aunque esto represente los peores valores que se hayan conocido en la historia y que ese pensamiento sea completamente anacrónico y disfuncional en un mundo cada vez más incluyente.
Así la semana pasada, vimos como 14 senadores y 3 diputados del PAN, así como 2 legisladores del PRI, que están aún más perdidos que los del mismo PAN, firmaron un documento denominado Carta de Madrid, que integra algunos de los preceptos de la ultraderecha fascista, homofóbica, misógina, autoritaria, torturadora y asesina del pasado franquista español, que estos subnormales desposeídos de ideología suscribieron voluntariamente sin tener idea de lo que estaban haciendo o respaldando.
No pasaron ni 24 horas antes de que el escándalo que desató su estupidez los obligara entre otras cosas, a dar conferencias de prensa y a tener que cancelar dos mensajes que habían subido a las redes. Se pasaron todo el día siguiente justificándose, diciendo que lo habían hecho a título personal y no como partido, mientras el PAN oficialmente negaba una alianza con esta organización extremista mientras ratificaba una alianza con otra organización algo menos extremista de la península ibérica.
Fueron criticados, denostados e insultados, hasta por los comentócratas que ellos mismos alquilan para que aplaudan todas sus tonterías. Se ve que en esta ocasión no hubo dinerito para su prensa sicaria.
Una de las características de esta fugaz unión que más llaman la atención, es que se atrevieron a utilizar las instalaciones del Senado de la República para hacer su ridículo público. ¿Pues qué nadie los coordina? Son legisladores que pueden darse el lujo de utilizar su logotipo, el nombre del partido y las oficinas del Congreso para lo que se les ocurra, sin que nadie les diga nada.
Esto nos da una idea muy clara de que estos cárteles se han quedado sin capos que representen un control verdadero sobre sus miembros y que los soldados de la organización, se pueden poner creativos para cometer cualquier clase de estupidez que comprometa a toda la banda.
También está claro que al no existir una estructura ideológica por medio de la cual se establezca una hoja de ruta basada en convicciones, principios y valores, no podemos hablar de que se orientan hacia la derecha, la izquierda, el centro o el fondo; ni de progresismo o liberalismo; ni de nacionalismo industrial o neoliberalismo globalista. Simplemente no saben quiénes son, qué piensan ni a donde van. Solo entienden que para ganar dinero saqueando, que es la única forma en la que saben hacerlo, necesitan estar en el poder.
Hoy están desesperados porque ya no lo tienen y no saben cómo recuperarlo. Los ciudadanos nos cansamos de soportarlos y los estamos llevando hasta el basurero de la historia.
Como dijo el poeta latino Dante Alighieri: “No hay mayor tristeza que recordar un tiempo feliz cuando estas en la miseria”.