A pesar de la pandemia, China logra eliminar la pobreza extrema de su territorio
Por: @AkireLincho
Mientras en occidente los gobiernos han estado más preocupados por rescatar económicamente a sus grandes empresarios y magnates, los chinos se dedicaron a sacar a su población de la pobreza extrema.
En 2021, el gobierno chino anunció que la extrema pobreza había sido eliminada en ese país de mil 400 millones de habitantes. Esta victoria es la culminación de un proceso de siete décadas, que comenzó con la revolución china de 1949, afirma un exhaustivo y extenso reporte realizada por el Instituto Tricontinental de Investigación Social, que incluyó visitas a China.
Las primeras décadas de la construcción socialista sentaron las bases, luego profundizadas en los periodos de reforma y apertura. Durante este tiempo, 850 millones de personas fueron sacadas de la pobreza, es decir, 70 por ciento de la reducción total de la pobreza en el mundo.
En la fase “focalizada” más reciente, que comenzó en 2013, el gobierno chino gastó el equivalente a 246 mil millones de dólares para construir 1.1 millones de kilómetros de caminos, dar acceso a Internet a 98 por ciento de las aldeas pobres del país, renovar las viviendas de 26 millones de personas y construir viviendas nuevas para 10 millones. Desde 2013, empresas estatales y privadas y amplios sectores de la sociedad se han movilizado para asegurar que –a pesar de la pandemia– los 99 millones de personas de los 832 condados y 128 mil aldeas que faltaban, salieran de la extrema pobreza.
Mientras China ha estado reduciendo la pobreza, el resto del mundo ha retrocedido. La ONU informa un gran revés en la eliminación de la pobreza fuera de China. En 2020, más de 71 millones de personas, la mayoría en África subsahariana y en el sur de Asia, han caído de nuevo en la pobreza, marcando el primer aumento mundial desde 1998. Se estima que la crisis económica acelerada por la pandemia llevará a 251 millones de personas a la extrema pobreza en 2030, elevando la cifra total a más de mil millones.
El que China haya tenido éxito combatiendo la pobreza en tiempos de tantos retrocesos no es un milagro ni una casualidad, sino un testimonio de su compromiso progresista, que contrasta con la indiferencia de las sociedades neoliberales hacia sus sectores vulnerables, pauperizados durante la pandemia.