Por: Alam Bernal @AlamBeav
Samuel García logró lo que para muchos parecía imposible, ganó la gubernatura de Nuevo León; e hizo que Movimiento Ciudadano (MC) tenga bajo su control a dos de los tres estados más importantes de México por su economía e industria.
Aunque el exsenador retrató a la perfección la cara del racismo, clasismo e ignorancia; el 36.6% de los neoloneses lo eligieron como el sucesor de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”.
Y es que, pese a la burbuja en la que se ha desarrollado García, contrasta con el grueso de la población nacional.
Al igual que para el excandidato presidencial Gabriel Quadri, García considera al sur como un “lastre” para el país; además, de pensar que el norte es el sostén económico de toda la nación.
El exlegislador a quien le parece sorprendente que gente con “un sueldito” de 40 o 50 mil pesos es feliz; desconoce que hay personas que viven con menos de un dólar al día.
No es de extrañar el pensamiento burdo de García, pues el entorno en el que creció y se desarrollo tuvo una importante influencia sobre de él; cuyo trabajo más “difícil” durante su adolescencia el tener que levantarse temprano para jugar golf con su padre.
“El Gobenatore” es el retrato perfecto de los llamados “mirreyes”, quienes no se consideran una tribu urbana más, sino que se pretenden como LA TRIBU.
El Dr. Ricardo Raphael señala que los “mirreyes” son “personas que no tuvieron que hacer mayor esfuerzo y, sin embargo, son tratadas por la sociedad como hijos consentidos”.
La ostentación es una de las características del “mirrey”; por lo cual García no escatima en vehículos de millones de pesos; aunque esto cause indignación en la mayoría de la sociedad empobrecida.
Sin embargo, para la sociedad neolonesa que se ha alimentado de la falsa narrativa de la meritocracia; el emecista alimenta sus pensamientos aspiracioncitas de una sociedad de hiperconsumo.
De acuerdo con el sociólogo polaco, Zygmunt Bauman esta sociedad tiene el propósito fundamental y decisivo del consumo.
Lo cual provoca que esta sociedad visualice a la “clase baja” como un grupo incapaz de abocarse a la actividad de consumir.
Polarización que se ha acrecentado por la nueva política social del gobierno de la 4ta Transformación.
No es de extrañar las expresiones racistas y clasistas que se compartieron en redes luego del proceso electoral.
Expresadas por quienes se sienten parte de la “élite” por ser gobernados por estos; y que desprecian a quienes se encuentran del lado del “muro de pejín” donde están los marginados; simples beneficiarios de programas sociales que les “regala” un presidente “sin clase”.
Son ellos quienes creen que sus impuestos deberían de servir única y exclusivamente en beneficio de ellos; creyendo que la única misión de esos “marginados” es cruzar esa imaginaria frontera para estar a su servicio.