Por fin ayer se votaron los proyectos de sentencia elaborados por el Tribunal Electoral, para definir en definitiva el otorgamiento de registros a partidos políticos que el Instituto Nacional Electoral había negado otorgar a varias organizaciones civiles que lo solicitaron.
Entre las decisiones del tribunal se confirmó el registro que el INE había otorgado al PES y decidió otorgarle registro como partido político a Fuerza Social por México, una iniciativa impulsada por miles de trabajadores organizados.
Así mismo los magistrados decidieron confirmar la decisión del INE en relación con los registros de Nueva Alianza, partido respaldado por el sindicato de maestros a los que pertenece la profesora Elba Esther Gordillo y México Libre, el partido por medio del cual intentaban regresar a la vida política el narco expresidente Felipe Calderón y su pareja sentimental.
Estas dos organizaciones, cuyo pronóstico popular originalmente casi aseguraba que se convirtieran en partido político por el aparente poder de quienes los presidían y apoyaban, resultaron fracasadas como sus líderes.
Hoy en México quedó claro que los representantes más visibles de los poderes fácticos que mantenían secuestrado al país, dejaron de tener alguna influencia en la vida pública y no cuentan con peso alguno en las decisiones que puedan tomar los representantes de las instituciones oficiales.
Este hecho debe haberles caído como un balde de agua fría. Un sujeto afectado de sus facultades mentales como Calderón, que carece de cualquier rasgo de empatía y presenta síntomas claros de egolatría, no puede enfrentar fácilmente el hecho de ser repudiado por la mayoría de la población como resultado de su comportamiento sociópata y delincuencial.
Para individuos como él, la realidad es algo que inventan en sus cerebros dañados y no la que existe fuera de su propio mundito. Justifican sus actos aberrantes con excusas que no tienen lógica alguna y nadie más que las personas que pueden utilizar, existe en su pequeño universo inexistente.
Para alguien como él, acostumbrado a los halagos, el golpe más fuerte no fue haberle negado la oportunidad de regresar a la vida política formalmente, porque eso nunca le importó más que por los beneficios que cree que le puede aportar el poder a su vida vacía; el verdadero daño fue directamente para su ego, al no haber podido hacer su voluntad como siempre a estado acostumbrado, sin importar a quien dañe.
En el periodo que transcurrió entre el día que el INE tomó la decisión de negarles el registro como partido político y la fecha en que el tribunal electoral confirmó esta decisión, él y Margarita pidieron justicia tantas veces que el universo se las está concediendo, no solamente con la imposibilidad de tener su propio partido, sino con lo que se le viene encima ahora.
No sólo ellos piden justicia para sí mismos. Todos la pedimos para ellos. Justicia para que paguen todo el daño que le han hecho a nuestra sociedad y a nuestro país con su conducta delictiva y disfuncional.
Está cerca el momento en que estos sujetos pagarán lo que nos deben a todos y lo vamos a disfrutar tanto, como hoy celebramos que por fin, la vida política de México se haya deshecho de estos dos personajes.
Afortunadamente, México ahora sí es Libre.
Como dijo el activista estadounidense Asa Philip Randolph: “La libertad nunca es dada; se gana”.