La marcha de Sicilia que llegó tarde
Tildan a Sicilia de inflexible
Escribe: Javier Lozano
Javier Sicilia encabezará una marcha hasta Palacio Nacional para evidenciar su narrativa contra la estrategia de seguridad de Andrés Manuel López Obrador. Esta vez, las condiciones sociales parecen no tener tanto impacto porque el desafío es revertir en ánimo altísimo que tiene el mandatario en la actualidad. Tal vez por eso, el escritor encontró una muralla que atizo que Javier “no inmuto en muchas ocasiones ante los gobiernos anteriores”; y ofreció hasta cierto punto subyugarse al ofrecer besos en un escenario de simulación mediático algunos mandatarios que evidentemente agudizaron y son los padres de la corrupción. (Fox, Caldero, Peña Nieto).
Evidentemente la propaganda se ha ido desagregando ante un clima que se ha tornado a la imagen de López Obrador; pero no como súbditos, ni robots que actúan mecánicamente, sino como una sociedad que destaca y respalda la visión del presidente en su programa de gobierno. Un sector más consiente que se rige por el esquema que ha desmenuzado el mandatario en sus políticas públicas; asimismo, esta acción recayó en la imagen de un intenso activista social como el padre Solalinde quien criticó severamente la lingüística de Sicilia.
Aunque la tendencia ahora sea: marchar para desacreditar la hilada dirección que ha edificado el presidente, coincido plenamente en Solalinde. El país ha llegado a un hartazgo por la escalada ola de podredumbre que heredo el PRIAN ente temas de corrupción y enriquecimiento ilícito (Opulencia), eso es innegable; pero de igual forma, me adjunto entre los que piensan que la opción no es emular los hechos del Calderonismo. Eso naturalmente traerá consigo que la ruptura de la sociedad se agudice, incluso, a niveles que lleven a fracasar su programa de gobierno.
El desaliento de Javier Sicilia, fue catalogado por esa gran columna y avalancha social que fuertemente crítico que el activista hasta cierto punto fue flexible con los demás exmandatarios; sin embargo, esta propuesta se ha inclinado a un resultado preliminar que no ha producido elocuencia en la sociedad. El papel que está asumiendo el activista, por supuesto que movió al ejército que condena la reciente gestión del ejecutivo federal. Esta dinámica se ha hecho habitual y, con frecuencia veremos que estas acciones serán la constante ante el desánimo que capitaliza igualmente el bloque opositor.
El detonante se ha convertido ahora en la respuesta rápida de otro bloque de actores sociales cuya perspectiva ha sido instrumentar la tarea de golpear mediáticamente al presidente a través del uso de cualquier mecanismo que pueda incursionar ante el desfavorable clima que ha permeado en el ánimo de la sociedad, la cual, ha canalizado un desaliento que se concibe en arremeter cualquier posicionamiento u acción que sirva para dividir la disyuntiva. Sin embargo, la versión ha recibido una corriente de opinión que piensa ampliamente-que la oposición figura en un agujero profundo al que han escalonado-pero parece no encontrar una escalera que posibilite el descenso irreversible que tiene toda esa oposición que ahora constituye no solo los partidos tradicionales del PAN y PRI, sino de igual forma el PRD: un partido que unió fuerzas para provocar una reacción que en términos políticos hace hincapié a un horizonte oscuro y amorfo.
El esquema democrático de nuestro país, no debe sesgar ninguna manifestación y el derecho a disentir y pensar distinto; empero, estas manifestaciones han sido consideradas a todas luces: como un mecanismos que muestra en primera el rechazo lopezobradorista y, por el bosquejo reformista que ha recortado las malas prácticas y hábitos que habían sido el legado que asumía la practica más irracional de la cleptocracia y la opulencia encabezada por ese bloque que se benefició a mansalva del sistema; pero ahora, muestra el desinterés porque ha entrado a una lucha de supervivencia al no retroalimentar la adhesión que se focaliza en los altos niveles de aceptación; y ante el escenario que visualiza un efecto dominante de Morena en 2021. Y en segunda, generar un clima de conflicto entre la sociedad y el gobierno por las políticas públicas, será otra de las estrategias de la oposición.
Por cierto, en la marcha que están convocando para el 1° de diciembre, invitaron al PRI, PAN y PRD, o más bien Futuro 21, que posee imágenes de “primera” según Quadri. Tal vez prevén que se vuelque una avalancha de simpatizantes para mostrar un musculo disfrazado que no ha creado ni la más minina elocuencia, ni poder de convocatoria. La “gran” ola no promoverá otra concepción más que el: fracaso. El apoyo popular está con AMLO.
El país vive un clima que ha abrazado las propuestas de Andrés Manuel. La inclinación y la animadversión a la oposición así lo demuestran.