Por Miguel Angel Lizama
@Migueliz8
Estados Unidos tiene 9 ministros (Justices) en su Suprema Corte, pese a territorio y población mucho mayor que México. En México, Ernesto Zedillo redujo los 26 que eran, a sólo 11. Y siguen siendo muchos, cobrando en exceso por servir a GRUPOS DE INTERÉS y arruinar a los mexicanos.
Entre los escombros que dejó el tsunami llamado AMLO por ahí aparecen presuntas inquinas de quienes se sienten agraviados por los resultados o amenazados en sus “conquistas” y pretenden retenerlas, aunque todo dentro del aparente “estado de derecho” que el mismo Presidente López Obrador ha calificado de CHUECO..
Ya antes se dio una situación parecida, que se resolvió como el Nudo Gordiano que cortó de un espadazo Alejandro Magno: “A grandes males, grandes remedios”.
Ernesto Zedillo se dio cuenta de que Carlos Salinas le dejó minas de fragmentación para causar los mayores destrozos en su incipiente administración, y que recurriera a su sabio consejo y guía. Un nuevo MAXIMATO de sello neoliberal.
Zedillo no pudo evitar que le estallara la primera mina (debida más bien a su torpeza y confidencias a empresarios muy “vivos”) y le llegó el “ERROR DE DICIEMBRE”.
Supo que requería acción directa, como era lo único que entendía Salinas. Primero activó a la PGR contra el hermano que presentaba mayor evidencia de vulnerabilidad. Al encarcelar al hermano Raúl, el mensaje lo captó Salinas de inmediato y salió de México como tapón de sidra (o champán neoliberal) rumbo a su autoexilio.
Con ese respiro, Zedillo se curó en salud y emprendió una REFORMA JUDICIAL para limpiar de salinismo la Suprema Corte de Justicia, sabiendo que los ministros de la Corte, escudados en su “independencia” e inapelabilidad, podrían obstaculizar las mejores acciones y propósitos de su nuevo gobierno.
Al pasar a retiro a los 26 ministros y nombrar a otros 11 menos “salinizados”, todos entendieron que Salinas había perdido el recurso judicial inapelable, al que podrían recurrir sus abogados del PAN y del PRI para actuar y presionar con sus instrucciones.
Igual le sucede hoy a Andrés Manuel López Obrador, a quien ya le habían aplicado la “independencia” e inapelabilidad del Poder Judicial en la elección de 2006, cuando el brazo electoral de la Suprema Corte sentenció que las violaciones a la Constitución y al Cofipe (código electoral), por parte de Fox y las cúpulas empresariales, no tenían “NEXO CAUSAL” con la elección y declararon “ganador” a Felipe Calderón. O sea, “LEGALIZARON” LO ILEGAL.
Hoy que 32 millones de mexicanos contrarrestaron todos los intentos por descarrilar a AMLO por tercera ocasión, y que éste empieza a cumplirle a la gente sus promesas de campaña –empezando por cortar de tajo la corrupción–, el Poder (per)Judicial se erige como un dique neofascista ante cualquier beneficio popular, conservando el mismo estado de corrupción e impunidad contra el que todos los días lucha el Presidente López Obrador.
No sólo surge ominoso en el horizonte un caudal de amparos para anular todas las buenas acciones e intenciones del nuevo Presidente, sino que se añade la encubridora Presunción de Inocencia que impone una llamada “Puerta Giratoria”, mediante la cual se libera al delincuente en el mismo giro con que se le captura. Tal presunción ha sido un recurso bien aprovechado por el PAN para liberar a sus insignes militantes descubiertos en ilícitos y presentados ante un juez, como su ex-gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, quien al salir de prisión por su “presunción de inocencia”, prepotente y burlonamente advirtió que “ya se la pagarían” sus acusadores.
En las Mañaneras del Presidente López Obrador se han planteado diversas denuncias contra jueces de todo el país –cuyos nombramientos se deben a los gobernadores y políticos del PRI, PAN y PRD– que liberan delincuentes quienes, en cuanto salen, van a cobrar venganza contra sus denunciantes o víctimas, para huir de inmediato y ya no vuelvan a ser alcanzados. ¿CÓMO ES POSIBLE ACABAR ASÍ CON INSEGURIDAD E IMPUNIDAD?
Otra muestra dolorosa de las innumerables injusticias “inapelables” de la Suprema Corte es también el nefasto ANATOCISMO (intereses sobre intereses capitalizados) para proteger a los bancos y no a los ciudadanos. Gracias a la recomendación de Los Pinos a la “independiente” Suprema Corte, los bancos se hicieron más ricos y los mexicanos más pobres.
Si a ello se le agrega la renuencia del poder judicial a perder, o ver reducidas, sus canonjías y lujos, la “independencia” e inapelabilidad de jueces disgustados contra AMLO podría dar al traste sus mejores propósitos, abusando de su respeto reiterado y practicado hacia los otros Poderes de la República.
Las insidias de los perdedores en las elecciones de 2018, junto con sus patrocinadores y mecenas, encuentran terreno fértil en el afán democrático del Presidente López Obrador. Mientras éste insiste en acabar los vicios que tanto arruinaron al país en la era neoliberal, los residuos tecnocráticos insisten en volver a sus fueros y las corruptelas tan lucrativas de sexenios pasados y ponen detonantes en cada paso que emprende AMLO. No les importa gastar millones en terrorismo político-mediático con tal de expulsar del poder a la némesis de sus riquezas.
Tal vez toda la fuerza político-legislativa de Morena, que aprovechó el arrastre del Presidente López Obrador para alcanzar posiciones, debería atender la Historia que mucho enseña, para barrer tanta suciedad que le dejaron los Polkos del PRIAN y que siguen ofendiendo a la gente con su PREPOTENTE INJUSTICIA INAPELABLE. Por todo el país, LA GENTE EXIGE Y ESPERA SU FIN.
MORENA no debería descartar un nuevo “zedillazo”. A aquél le funcionó.