Unidad latinoamericana o embargo

Postigo
Por José García Sánchez
@Josangasa

El poderío de Estados Unidos ha dejado de ser un imperio, aunque todavía haya quien considere al vecino país como el más poderoso del mundo. Las fauces han perdido la fuerza de fiera.

Estados Unidos ha dejado de ser el que era, la crisis social interna, la deuda externa e interna, la inflación, las guerras perdidas, la población adicta, la creciente mancha migrante, la debilidad del dólar, etc., lo hacen cada día más inofensivo, pero todavía no vulnerable.

Ante tal aletargamiento, la unidad latinoamericana puede crearse con menor dificultad, aunque una de las razones de su cohesión sea la amenaza estadounidense que, a pesar de todo sigue latente.

La visita del presidente cubano Miguel Díaz-Canel a México tiene la característica inédita de no provocar reacciones políticas inmediatas del vecino país. Su silencio otorga anuencia y su aparente indiferencia, tolerancia. Sólo espera la Casa Blanca el siguiente paso para actuar, no para reaccionar en el discurso, sino para atacar y demostrar que todavía tiene fuerza, a pesar de estrechar manos y multiplicar abrazos ante los medios.

La amenaza existe mientras haya litio en Carabaya, Perú, en el Salar de Uyuni, en Bolivia; en Maricunga, Chile; en Salta, Catamarca y Jujuy, en Argentina. En el caso de Brasil, Bolsonaro se encargó de regalar contratos del litio existente en la provincia de Minas Gerais a la empresa canadiense Sigma Lithium y amarra extracción y explotación latinoamericana para ese país. Es decir, los países con la intención de integrarse a la unidad latinoamericana, pueden convertir la región en un área de tolerancia o de intentonas de golpes de Estado.

Para Estados Unidos juntos o separados, quieren el litio y otras riquezas. La unidad puede convertirse en un acto mediático que se limite a la vida parlamentaria y acuerdos culturales. No sería suficiente para la unidad real.
El proceso de unidad deberá conservar algunos contratos con las empresas de litio establecidas anteriormente con empresas extranjeras, sobre todo estadounidenses y canadienses, pero también podría haber movilizaciones nacionalistas que se negaran a respetar contratos, lo que implicaría o sólo distracción política para Washington sino un gasto que no puede realizar ante la sangría que actualmente le provoca la guerra de Ucrania, la distracción financiera que representa para el vecino del norte el choque militar puede descuidar América Latina, pero también puede ser su salvavidas económico.

Impedir la unidad latinoamericana es un problema eminentemente económico, lo político ha dejado de ser una preocupación para la Casa Blanca en la región, al fin y al cabo eso sólo vanidad, y puede arreglarse con métodos legaloides como en el caso de Perú.

Los países convocados a la unidad serían Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina, Honduras, Chile, Colombia y Bolivia, probablemente Nicaragua, cuyos gobiernos ven en la próxima reunión de cancilleres el primer gran paso.

“Hace muchos años que no había una coincidencia de países en posiciones sociales avanzadas como es ahora. Argentina, Brasil y México no lo había sido, que yo me acuerde, casi nunca que estuviéramos los tres en la misma línea. Entonces somos las tres economías más grandes de América Latina, a eso agrégale otros países, ¿por qué no hacemos una agenda común de cosas específicas?”, comentó Marcelo Ebrard cuya concreción podría colocarlo en las preferencias domésticas para la candidatura hacia la Presidencia de la República.

Si el embargo se levanta o América Latina se une, Ebrard tendrá tantos aliados adentro como afuera del territorio mexicano.

Si Estados Unidos levanta el embargo a Cuba antes de que haya cualquier otro paso en común, de los diferentes países de la región hacia la unidad, podría aplazarla o debilitarla. Al fin y al cabo, este embargo, resulta un fuerte gasto que el Departamento de Estado comienza a considerar innecesario ante la transformación de la geopolítica y la fuerte apuesta a la guerra de Ucrania.

Entre esos aspectos específicos están estrategias para enfrentar la inflación “porque los países producimos diferentes cosas y podemos ayudar. La Agencia Latinoamericana de Regulación Sanitaria para no seguir con dificultades para conjunto en con junto medicamentos”, añadió Ebrard Casaubón.

Una vez constituida la alianza latinoamericana, o los primeros pasos hacia la unidad, la OEA sería un organismo que la historia colocaría en el cesto de la basura, y, posteriormente otros foros internacionales que controla Estados Unidos.
Ante esta situación al vecino del norte le conviene acceder de una vez por todas a levantar el criminal embargo a Cuba, si quiere preservar su poderío antes de que el desgaste que les es propio lo extinga.

La unidad de los países latinoamericanos no le afecta en gran medida a Estados Unidos siempre y cuando se conserven los contratos de litio y otras riquezas naturales y no traten de crear monedas que deterioren la competencia mundial de su moneda, como ya empezaron a impulsar Argentina y Brasil, con la propuesta de nueva moneda llamada “sur”, lo que provocaría un golpe sobre la mesa.

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