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Un gobierno que construye y una oposición destructiva
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Un gobierno que construye y una oposición destructiva

¿Cómo está definiendo México su futuro inmediato?
A partir de la llegada de López Obrador al poder, el camino de la nación se mueve por rumbos distintos a los que venía trazando el neoliberalismo.
La sociedad, adormecida por los medios de comunicación, dóciles al sistema, despertó de golpe, para demostrar que desde hacía décadas, existía una inconformidad latente, que requería únicamente la vía adecuada para hacerse presente con toda su fuerza en la vida pública del país.
Hoy se da un amplio debate en todos los frentes, entre una mayoría con clara afinidad hacia el proyecto de cambio que impulsa la Cuarta Transformación y aquellos que pretenden a toda costa recuperar el poder, para reinstaurar el régimen de privilegios que favoreció groseramente a una minoría de políticos y empresarios neoliberales.
Hay evidentemente un desencuentro histórico, irreconciliable, entre aquellos que lo han tenido todo, gracias a la corrupción e impunidad, características de los gobiernos de la derecha y quienes fueron marginados y empobrecidos por un sistema de gobierno al que jamás interesaron los que menos tienen.
Las fortunas de unos pocos, se consolidaron en base al hambre y miseria de millones de mexicanos.
La Cuarta Transformación revierte las formas de gobierno y el interés del Estado se inclina hacia todos aquellos que fueron olvidados por el conservadurismo en el poder.
El futuro del país será muy distinto al que nos esperaba, cuando la única alternativa posible tenía relación directa con los partidos políticos que trabajaron por décadas, a favor de los intereses económicos de las clases privilegiada: PRI y PAN.
La Cuarta Transformación está dando los pasos necesarios para separar en forma definitiva el poder e interés político, del económico. Nunca más un gobierno al servicio de los grandes empresarios.
¿Cómo responden los grupos conservadores ante este nuevo panorama?
Muchos, entendiendo que los tiempos cambian y que el proyecto neoliberal fracasó enteramente y es sano propiciar un cambio que beneficie a la sociedad mexicana en su conjunto. Vemos a integrantes del Consejo Coordinador Empresarial y a otros actores públicos, alinearse con el gobierno, en el intento de crear condiciones favorables para el desarrollo del país.
Otros, entre los que se encuentra la COPARMEX y gente de mucho poder económico, intentan entorpecer el avance del país, con la clara intención de mantener el sistema de privilegios que les sirvió para amasar sus fortunas.
López Obrador habló el día de hoy de una organización que se empeña en limitar y si es posible, detener el avance la Cuarta Transformación.
Se trata de “Mexicanos en favor de la corrupción”, como rebautizó acertadamente López Obrador al grupo formado y liderado por Claudio X González.
Cualquier ciudadano puede darse cuenta, viendo la estrategia que sigue esta organización, que la intención de la misma no es la de crear condiciones para el crecimiento del país en este sexenio. Al contrario, su interés está en frenar toda acción de gobierno, pues entiende que la Cuarta Transformación trabaja en contra de sus intereses de clase. No hay propuesta alguna que nazca del grupo de Claudio X González. Todo su accionar va dirigido a entorpecer, a frenar, a obstaculizar el trabajo de reconstrucción nacional que impulsa el gobierno del cambio.
Una oposición de este tipo no puede ser interlocutor viable para el resto de la sociedad. Cuando la intención es la de destruir todo intento de bienestar nacional, deja de ser objetiva la intención política de quien así actúa.
“Mexicanos a favor de la corrupción”, cada día se ven más solos, mas atrabiliarios y con un rencor insano hacia un gobierno que lo único que intenta, es sacar al país adelante.
El resto de la oposición se la pasa dando palos de ciego. Los mismos rostros avejentados e identificados por la sociedad como parte de la clase política corrupta que gobernó durante las últimas décadas, intenta crear nuevos partidos o grupos, que despierten el interés ciudadano.
Vemos a un Vicente Fox de la tercera edad, intentando revivir viejos tiempos, hablando de “tepocatas” y otras víboras, tal y como lo hizo en su campaña de hace 20 años. Pretende despertar las mismas expectativas de ese entonces, sin considerar que su monumental fracaso como presidente de la república, le impide un acercamiento sano con un pueblo que definitivamente no cree en sus mentirosas propuestas. Los mexicanos sabemos que este personaje llegó pobre al poder y terminó su mandato con una fortuna que resulta inexplicable.
Calderón pierde su tiempo en un fallido intento por formar un partido político que no despierta el interés de la gente. No va a cumplir con el número de asambleas que solicita el INE, dado que los ciudadanos no acuden a sus eventos. Se ha refugiado en Twitter, donde tiene contratado a un buen número de bots, que se dedican a descalificar las acciones del gobierno. A eso se reduce su actividad política.
En lo que respecta a los empequeñecidos partidos políticos de la derecha, podemos decir que vagan sin rumbo, rumiando aún su derrota y criticando sin mayor consecuencia a la Cuarta Transformación. No tienen voz fuerte ante una sociedad que los desprecia.
Estos focos de oposición, han decidido unir fuerzas, para “darle en la madre a la Cuarta Transformación”, según expresa Vicente Fox.
Y aquí repetimos lo dicho anteriormente: con ellos, no hay propuesta alterna para el país. Su única intención es destruir, entorpecer, interrumpir el proceso de reconstrucción.
Si la oposición presentara una ruta clara para el futuro, probablemente abría ciudadanos que simpatizaran con su causa. Pero hablando solo de destrucción, es difícil que encuentre eco en una sociedad cansada de discursos vacíos y acciones que precipitan al país a escenarios de pobreza, violencia y desigualdad.
La oposición carece de fuerza y sus empeños están destinados al fracaso.
Por el contrario, la Cuarta Transformación trabaja en la construcción de un México más justo y menos desigual, donde todos encontremos nuestro espacio personal, con los mínimos de bienestar y seguridad que cada mexicano requiere.
El futuro del país está en manos de quienes construyen un México sano.
La oposición y sus deseos de dinamitar ese cambio, se está quedando día a día más sola. Sin propuesta viable, el pueblo de México seguirá dándole la espalda.

Malthus Gamba

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