Sin maíz, no hay país
Durante este gobierno el país logró la autosuficiencia en producción de maíz blanco, que es el único autorizado para consumo humano en México. Esto ha sido posible gracias a la nueva política de producción agraria que establece precios atractivos de garantía para que los productores puedan vender sus granos ganando dinero.
Por otro lado se ha impulsado el cultivo para el autoconsumo, entregando fertilizantes gratuitos a 2 millones de pequeños productores en todo el país, con lo que cubren sus necesidades propias y venden sus excedentes aprovechando el precio de garantía.
La reordenación de la política agrícola implicó que se dejara de subsidiar a los grandes productores que forman parte de las cadenas productivas de los oligopolios internacionales, que antes eran los únicos beneficiados del dinero público, a pesar de siempre haber tenido acceso a capital propio para invertir y a mecanismos de financiamiento preferenciales.
La aplicación de esta nueva estrategia implicó un esfuerzo enorme del gobierno que en muy poco tiempo logró convertir al país en un mercado autosuficiente, pero no solo en maíz blanco, sino también en frijol, como hace varias décadas que no se veía algo así.
Por esta razón y como una medida de protección a los productores nacionales, fundamentalmente a los pequeños, que ahora cubren completamente las necesidades de consumo del mercado mexicano, el gobierno estableció un arancel del 50% a la importación de maíz blanco que disminuye la competencia con el maíz importado, impulsa la producción nacional y evitar el ingreso de grano modificado genéticamente.
La medida publicada en el Diario Oficial de la Federación, estará vigente hasta fin de año y tiene lugar en medio de la controversia comercial abierta con Estados Unidos y Canadá sobre maíz transgénico.
El maíz blanco fue uno de los alimentos de la canasta básica que quedaron exentos de aranceles a principios de año en un intento del gobierno de controlar la inflación en el país. Pero según el decreto, esa decisión “no ha generado un impacto significativo en la disminución de precios en el mercado nacional, por lo que es conveniente eliminarla”.
La inflación general anual se considera ya más o menos controlada por el gobierno, una vez que la tasa bajó para colocarse en un 5.84% anual.
México importa poco maíz blanco, principalmente de Estados Unidos y de Sudáfrica. Pero como la imposición de aranceles choca en principio contra el tratado de libre comercio norteamericano, podría complicar la controversia comercial que ya tiene el país con Washington y Canadá por el comercio de maíz modificado genéticamente.
México quiere restringir el maíz transgénico para el consumo humano y a la larga vetar también para la alimentación animal de maíz amarillo o forrajero, algo que Canadá y Estados Unidos dicen que dañaría el comercio en la región. Sólo de Estados Unidos, México lleva años importando maíz transgénico amarillo por un monto de unos 3.000 millones de dólares anuales, porque en ese producto el país no ha alcanzado los niveles de producción que le permitan ser autosuficiente.
A pesar de que la medida no es bien vista por nuestros dos socios comerciales del Norte, se orienta a proteger la salud de los mexicanos y el fruto del trabajo de los pequeños productores que están viendo concretarse por primera vez en décadas, especialmente si la importación ni siquiera nos genera el beneficio de mejorar los resultados en el control de la inflación.
Como dijo el libertador de América, Simón Bolivar: “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.