Si se rifa el avión presidencial
En la opinión de Elí González
@calacuayoMX
Los memes y chistes respecto a la rifa del avión presidencial, han causado risa e incluso ha generado un poco de ánimo en la población.
Sin embargo debemos meditar en el porqué de ésta sugerencia del presidente que se convirtió en un emblema de la comunicación política.
Para algunos es una tontería u ocurrencia del presidente. Pero para una inmensa mayoría. Es congruencia el NO SUBIRSE a ese avión.
La sugerencia de rifar el avión presidencial consiguió sacar a flote varias mensajes contundentes para la población inteligente y para la que no lo es tanto.
1- Que lo increíblemente ridículo, entupido y digno de reprocharse es la ostentación y el despilfarro que representa ese aparato adquirido por uno de los enemigos de México: Felipe Calderón.
2- Que una vez más, la gente tiene la capacidad de involucrarse en una decisión política y salir en desagravio de la nación mediante una acción colectiva.
3- Que la pobre, debilitada, confundida y desorientada oposición sólo atina a decir estupideces y descalificar lo que a la inmensa mayoría le parece una excelente idea.
La propuesta de la rifa fue una de entre cinco posibilidades, que el presidente puso a consideración del público en su conferencia del 17 de enero. Pero que además nos debe retumbar en el cerebro que sería una opción en la que solo habría ganadores.
– La nación recuperaría 3 mmdp
– El ganador se sacaría la lotería
– Los interesados en comprarlo lo adquirirían en una ganga posible en un bajo costo que para el vendedor sería una suma estratosférica.
Los 3 saldrían ganadores.
Las propuestas se fueron presentando en orden, de la más sensata a la más “absurda” si quieren así llamarle. Pero el mensaje del presidente es más que claro. La propuesta no es más ridícula que el hecho mismo de haberlo comprado.
Sin embargo, se fueron presentando las propuestas, y al mismo tiempo se explicaba porqué no eran del todo viables.
Sugirieron que se ofreciera a un solo comprador, al gobierno de Estados Unidos a cambio de equipo médico, a una sociedad de empresas, o que se rentara por hora, con la conciencia que nadie quiere usar un aparato tan groseramente lujoso.
Algunos empresarios recalcan que usarlo les daría vergüenza y hasta algunas de las personas más ricas del mundo prefieren rentar espacios de lujo en otros vuelos, que poseer un aparato así, como lo dijo el presidente.
Cuando mencionó la rifa y habló sobre los 6 millones de cachitos a un costo de 500 pesos, los asistentes dejaron escapar risas, pensando que el presidente estaba bromeando.
Pero la población hace suya la conversación pública aprobando la idea, tan solo para apoyar al presidente más querido de las últimas décadas.
¿Qué pasaría si me gano el avión?, surgen bromas y algunas ideas absurdas, pero lo que más surge es el sesgo, la generación de confusión, el desánimo que propaga la oposición.
Los más absurdos y “Contreras”, esos que están en contra de todo lo que haga el gobierno tratan de desanimar a la población: que si te ganas el avión, sus gastos operativos, renta de hangares etc…
Dicen que nos pasaría exactamente lo que le pasa al Presidente, que nos pone en sus zapatos, que trataremos de deshacernos de un palacio aéreo sin lograr el éxito y mil cosas más
Dicen que AMLO solo trasladaría problema del avión al ganador del mismo. Pero lo que en realidad sucede es que nos involucramos de la mejor manera que sabemos: riéndonos y soñando situaciones improbables, algunas muy probables y que nos ayudan a apreciar la dimensión enorme del problema de origen.
¿Que habría pasado, si antes de hacer este gasto obscenamente absurdo, Felipe Calderón lo hubiera sometido a la consulta pública?
Pero es más fácil llamarle absurdo al hecho de ganarnos un Boeing 787 en una rifa, que cuestionar el hecho que los gobiernos anteriores no tuvieron la ética de consultar sus decisiones con la gente.
Lo verdaderamente objetivo y que recalco es que:
– Si se rifara el avión presidencial, el estado recuperaría los 3 mmdp
– El ganador podría rematarlo hasta en un 35% de su valor, y para él (el ganador) sería como sacarse una enorme lotería
– Que a ese precio sobrarían compradores.
– Que el estado, el ganador y el comprador final, serían 3 grandes ganadores.
¡Piénsalo!