Prácticamente en ningún medio tradicional chayotero hemos visto noticias sobre el sufrimiento y las protestas de las poblaciones europeas, en relación con los desmesurados incrementos en el precio de la luz en todo ese continente.
La semana pasada también en Francia salieron los ciudadanos a marchar en las calles de París, para exigir que se controlen los precios de la energía eléctrica que está asfixiando financieramente a las familias.
En Alemania vemos escenarios similares, mientras en España ya empiezan a cerrar operaciones empresas por estar dejando de ser rentable mantener abiertas sus líneas de producción, sin contar además con que más de una cuarta parte de los españoles no pueden pagar sus recibos de luz y están a punto de comenzar a enfrentar el invierno sin poder encender la calefacción.
El desastre económico que se avecina para estos países por haber entregado el control de los mercados eléctricos a manos de la iniciativa privada, los va a obligar a restructurar sus estrategias financieras para resolver la emergencia de cara a las condiciones climáticas invernales. Ya no tienen tiempo de reordenar su política energética antes de verse convertidos en paletas.
Van a tener que destinar subsidios emergentes para que los consumidores no se congelen y puedan pagar las cantidades subsidiadas en sus recibos de energía, aunque en el futuro tengan también que pagar más impuestos para cubrir estos apoyos emergentes, por medio de los cuales los gobiernos podrán lograr disminuir las cuentas de la energía para los habitantes en el corto plazo.
En México este mismo escenario ya estaba listo para explotarnos en la cara de no haberse tomado medidas de contención a tiempo y muy probablemente nos veremos en condiciones similares a la de los europeos, en caso de que la oligarquía saqueadora logre que no se apruebe la reforma eléctrica del gobierno, que pone orden en el mercado y acota las prácticas voraces de las empresas privadas.
Hoy recordamos las palabras del mitómano compulsivo Ricardo Anaya defendiendo la reforma energética de Peña Nieto, cuando a voz en cuello y en su muy particular estilo de petulancia contundente, decía literalmente: “Con la reforma energética las tarifas pueden llegar a bajar hasta un 40%, es algo absolutamente real” y agregaba “Eso que muchos políticos de manera demagógica prometen, sí se puede lograr si hacemos esta reforma energética” y aquí hemos estado esperando que suceda lo que dijo este títere corrupto, a cambio de 7 millones de pesos que le pagaron de soborno, por lo que es muy probable que termine en la cárcel.
En lugar de eso, la aplicación de la reforma energética de Peña Nieto logró que las tarifas de energía eléctrica aumentaran en un 35% para los consumidores domésticos y para las empresas que no se encuentran dentro del círculo de amigos de la oligarquía. Por supuesto que para ellos el escenario se convirtió en Disneylandia, cuando sus empresas pudieron simular que eran generadoras de energía limpia solamente firmando un contrato de asociación con Iberdrola, sin necesidad de producir ni un solo Kilowatt.
Y aquí estamos otra vez teniendo que soportar las peroratas estúpidas de comentócratas, opinadores y medios chayoteros centaveados, desinformando y publicando toda clase de mentiras para intentar evitar que se apruebe la reforma eléctrica que pone orden en el mercado y asegura nuestro futuro energético.
Todos estos subnormales deberían leer el mensaje que les envió el Papa Francisco, donde les dice: “A los medios de comunicación, pido que terminen con la lógica de la post-verdad, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalos y lo sucio; y que busquen contribuir a la fraternidad humana”.