Primera carta a Javier Sicilia: De un ex preso político
Por: @DavidVargaA18
Tanto es el odio. Tu venganza. Tu perdón. Tus besos en el nombre de Dios. Que el pobre de Nazaret ya no te escucha.
El Silencio.
Sr. Sicilia. No le digo querido. Porque ni nos conocemos personalmente. Lo conozco porque lo he leído mucho en la Revista Proceso, y cuando pasó el lamentable hecho de su hijo, que hizo una gran marcha a la cual asistí. Por el asesinato monstruoso de Calderón. Esa vez pensaba en esa movilización: “Este hombre puede ser un gran líder social, un hombre que puede representar a las víctimas que ha dejado en el olvido Calderón.
Pero también tuve la respuesta de manera inmediata. El Sr. Sicilia no puede ser los representantes de las víctimas, porque no aspira a eso. Y también me respondí, tampoco lo logrará, porque es una persona que ha estado alejado de los olvidados y de los jodidos. No sabe organizar, no sabe concientizar, no sabe educar políticamente, y mucho menos puede hacer una estructura en el barrio, colonia, en las universidades, comunidades y pueblos. Le falta capacidad para hacer el trabajo a ras de tierra y sin recursos. No lo podrá hacer y no me equivoqué”.
Hoy usted no representa a las víctimas del país. Representa a un grupo nada más que los sigue porque confía en usted y que bueno. Dentro del espectro político nacional es una persona aislada. Con voz. Y escuchado hoy, no por la izquierda sino por la derecha. Mire hasta donde se llega. Cuando la palabra del evangelio se tergiversa, y se manosea de manera permanente. Le pasa como a los sacerdotes que pecan demasiado. Ya no se le cree lo que dicen en misa. Se le fue de la mano lo que en un momento era todo un movimiento apoyado por todas las izquierdas. Pero en política así son las cosas. Quién piensa que tiene la verdad, se queda sola con ella, diciéndola a cada rato hasta que la verdad se fue de usted.
Perdón por no presentarme. Y mi perdón no es en el nombre de Dios. Soy un ex preso político, encarcelado injustamente, torturado, desaparecido y violaron todos mis derechos humanos y constitucionales. Estuve casi 6 años encerrado en el Penal de Máxima Seguridad en Puente Grande Jalisco. Torturado todos los días. A cada rato. Hoy en libertad en casi 1 año y 8 meses.
Tengo una recomendación de la CNDH y estoy en el RENAVI de la CEAV.
Fui encarcelado con 12 compañeros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Nuestra detención fue inminentemente política. Recapitulando en todo el tiempo de cárcel, nunca tuvimos un apoyo de usted. Nunca escuché y nunca vi un artículo de usted por pedir nuestra libertad (posiblemente lo haya hecho pero he revisado sus artículos y no encontré nada sobre nosotros, sus razones tendrá por no hacerlo).
Nuestras familias y la CNTE fueron las que presionaron a Peña Nieto, para dejarnos en libertad. Que nunca sucedió. La lucha de nuestra izquierda esa de más de 4 décadas, esa que de día, de noche y de madrugada construye y organiza al pueblo, que no se cansa de luchar y cuando se cansa, reflexiona y vuelve a levantarse. Esa fue nuestra gran lucha. Nosotros como presos políticos luchando en la cárcel y la CNTE afuera exigiendo nuestra libertad. Usted no lo escuchamos. Como también no escuchamos a un senador que aprovechó la defensa de los derechos humanos y que hoy es su curul ya se le olvidó.
Sr. Sicilia. A mí no me cuesta decirle así. Porque lo hago de manera respetuosa. Yo soy una víctima de Peña Nieto, de Calderón, del CISEN, de Murillo Karam (el de la Verdad Histórica), de Osorio Chong, de la SEIDO y de la PGR. Soy una víctima. No soy bots. Soy una víctima más del neoliberalismo represivo. Soy una víctima más de la derecha autoritaria.
Lo escucho Sr, Sicilia. Y habla de odio, pero siento mucho en usted ese odio. Habla de justicia, y me parece que usted es muy injusto. Habla de perdón, pero usted no sabe perdonar a nadie. Habla de venganza y usted habla como un vengador de una clase que reprime. Habla de desprecio y usted desprecia al pueblo y no en abstracto. Es real su desprecio porque el pueblo no está con usted. Habla del evangelio, pero lo dice desde el infierno. Habla del pobre de Jesucristo, y Jesucristo no lo ve, no lo tiene a su lado. A su lado tiene personajes autoritarios por todos conocidos.
La justicia transicional no es un concepto de usted. Es un concepto que se ha estado manejando muchos años. Incluso nosotros como presos siempre lo planteamos si recurrir a usted. Y lo seguimos planteando. La CNDH que usted defiende, es la del PRI-PAN, es la que torturaba junto con la SEIDO y la PGR. Es la que desaparecía expedientes. Es la que era dueña del grupo Universidad encabezado por el priista José Narro. La CEAV está descabezada porque Calderón y Peña Nieto solo administraban el dolor de nosotros las víctimas. La CEAV se volvió un cascarón porque la derecha la corrompió. Esperemos que las fosas clandestinas, las muertes, las mujeres asesinadas y violadas, ya no sigan y podamos vivir en paz. Espero de todo corazón que el pobre de Nazaret no lo siga escuchando.
Termino no con una advertencia. Sino termino con esto: Somos miles de víctimas que usted no nos representa. Nunca estuvo con nosotros. No es representante de las familias asesinadas por el PRI-PAN. Usted se representa así mismo y eso me parece válido y justo.
La historia nos deja siempre a unos en los cajones de la traición. Otros los deja en el escritorio de la soberbia. Unos los deja fumando el cigarro de la incongruencia. Otros los deja en el camino si llegar hacer nada. A muchos les pega el viento y el sombrero se va hacia el olvido. A unos y otros la historia los deja en creer que son líderes de víctimas, pero que en verdad se quedan siendo victimarios. Te lo dijimos Sicilia: cada quien está por su lado y la historia ya lo dejó, al lado de los que despedazaron y ensangrentaron a nuestro México. Y no es invento. Lo estamos viviendo. El beso de Sicilia, ya pasó por Calderón y Peña Nieto. Falta Fox, Salinas y Diego Fernández de Cevallos, y a este señor que se llama Gilberto Lozano. Y los que les faltan, son 650 de la derecha. Pero bueno, que todo sea en nombre de su Dios, porque el mío es otro. Afortunadamente.
David Vargas Araujo.
Luchador social toda mi vida. Expreso político, encarcelado injustamente en el Penal de Máxima Seguridad de Puente Grande, Jalisco. Actualmente, asesor en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Afortunadamente, fui uno de los primeros presos liberados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.