Por crisis energética, Alemania expropia la empresa gasera Gazprom

A pesar de la teoría neoliberal que estigmatizó la figura de la Nacionalización, aún cuando esta fuera por motivos de seguridad nacional, el gobierno alemán decidió finalmente expropiar la empresa Gazprom Germania, que juega un papel decisivo en Alemania porque comercializa energía, transporta el gas y también opera las instalaciones de almacenamiento, ya que una de sus filiales, Astora, gestiona el mayor almacén de gas del país, en la ciudad de Rehden, en Baja Sajonia, que es a su vez una de las instalaciones con mayor capacidad de toda Europa, con 4.000 millones de metros cúbicos.

Aunque la versión oficial señala que se tomó la medida por una supuesta “falta de claridad jurídica”, pues al parecer, la casa matriz de la gasera estaba intentando vender la sucursal a varias empresas de origen ruso, los hechos indican que se trató de una estrategia para disminuir la dependencia de los hidrocarburos, no solo de su suministro, sino también de su almacenamiento, especialmente en lo que respecta al gas sobre todo rusos, de aquel país.

Y es que, después de años de estar cediendo el poder a la iniciativa privada, el gobierno ha perdido todo el control sobre el suministro y los precios al consumidor, los cuales, debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea sobre Rusia, amenazaban con un completo descontrol, por lo que ahora se ven obligados a tratar de recuperar el control de sus infraestructuras energéticas críticas.

Así, con el objeto de garantizar el suministro del energético al país, en una decisión sin precedentes, el Ministerio de Economía y Clima, que encabeza el verde Robert Habeck, ha ordenado a la Agencia Federal de Redes que asuma la tutela de Gazprom Germania de forma temporal, hasta septiembre, justificando la decisión en la “falta de claridad jurídica” sobre la situación de la empresa, ya que, supuestamente, Gazprom había intentado traspasar la filial alemana a otras sociedades con sede en la ciudad rusa de San Petersburgo, supuestamente para evitar la expropiación por parte del Gobierno alemán.

“El Gobierno está haciendo todo lo necesario para garantizar la seguridad del suministro en Alemania. Esto también significa que no vamos a exponer las infraestructuras energéticas alemanas a decisiones arbitrarias del Kremlin”, señaló Habeck en un comunicado.

“Dado que opera infraestructura crítica, cualquier adquisición por parte de un país no perteneciente a la Unión Europea debe ser aprobada por el Gobierno”, justificó.

La medida se tomó después de que el gobierno Ruso exigiera el pago del gas que suministra a Alemania en rublos o de lo contrario, amenazaron, cerrarían el gasoducto del Báltico, el Nord Stream 1, medida que no se ha tomado debido a que Alemania sigue obstaculizando el embargo de los hidrocarburos rusos que pretende realizar la Unión Europea, a exigencia de Washington, pues el Gobierno alemán mantiene que cortar el suministro afectaría más a la economía alemana que a Putin.

Esto se hace evidente cuando, después de varios meses, Alemania solamente ha podido reducir en un 15 por ciento sus requerimientos de gas ruso, anunciando que no podría prescindir del suministro antes de 2024, sin embargo la presión para cerrar el grifo de forma inmediata y asumir las consecuencias económicas es cada vez mayor, sin importar las consecuencias para la población y es por eso que varios países están empezando a tomar medidas más drásticas, como la expropiación misma.