¿PLEITO EN MORENA, O UN CAMBIO EN SERIO?

¿Qué está sucediendo en Morena, ahora que por primera vez en su historia, una elección presidencial da certeza de triunfo y poco importa el nombre o la trayectoria del candidato opositor? El proximo presidente de México, saldrá de las filas de Morena.

Al interior del partido se viven los efectos de un cambio real para la definición del candidato que representará al Movimiento de Transformación en la siguiente elección federal. Y este mecanismo inédito y desconocido, acarrea dificultades naturales que de una u otra forma, intentan ser solventadas por la dirigencia del partido.
Pero vamos por partes. Vamos al origen de todo.

Si hay un político en México que conoce de marrullerías, trampas, juego sucio, corrupción y fraudes electorales, ese político es Andrés Manuel López Obrador. El hoy presidente ha padecido de todo este “collar de joyas” políticas, donde la traición, la negación de los ideales, el respeto a militantes y simpatizantes, se dan de manera natural en periodos electorales. “En política, los amigos son de mentiras y los enemigos, muy reales”.

Al hoy presidente no van a contarle sobre guerra electoral y ambiciones personales que se anteponen a la ética y al beneficio o bien común. Por eso mismo nos ha dicho que para él, el mejor método de selección de candidatos dentro de un partido político, es aquel que recurre a las encuestas, para tomar parecer al Pueblo sobre quiénes deben ser sus gobernantes. Por eso en Morena, ese mecanismo está contemplado dentro del estatuto del partido.

¿Por qué no una elección abierta a la sociedad en su conjunto? Porque permite que se infiltre gente de otras fuerzas políticas que repartiendo dinero, pueden inclinar la balanza en favor del candidato más débil, o de aquel que ya fue “trabajado” para gobernar en favor de la causa conservadora.

¿Por qué no una elección interna entonces? Porque ahí gana quien tiene el control territorial del partido. ¿Recuerdan que Muñoz Ledo, Ricardo Monreal y Gibrán Ramírez peleaban eso? Sucede que el grupo monrealista tiene una fuerte presencia territorial en buena parte del país. Amigos, enlaces, “compinches”, socios y allegados, dispuestos a mover a la militancia del partido, en favor del candidato que controla el aparato político.

Por eso el presidente opta por la encuesta ciudadana, que es la menos falible, pero que presenta otro tipo de problemas que están saliendo a la luz en estos momentos.

El presidente López Obrador habló recientemente de las casas encuestadoras que se venden al mejor postor. Y esto es una realidad que hemos apreciado desde hace bastante tiempo.

Ciro Gómez Leyva acaba de declarar que efectivamente, existe un término “técnico” dentro de estos estudios demoscópicos, al que se denomina “sobrerepresentación”. En lenguaje entendieble, significa que los resultados de las mediciones realizadas por las encuestadoras, en muchos casos “inflan” los números en favor de un candidato, Cuando finaliza la elección, se aprecia que hay una distancia considerable entre los porcentajes estimados y los resultados obtenidos. Esta diferencia en los resultados, es atribuido por la encuestadoras, a fallas en la metodología aplicada. Pero todos sabemos que esas diferencias, tienen en medio de todo, cantidades considerables de dinero pagado por quien hizo crecer artificialmente sus números.

¿Qué pasa con las encuestas espejo que debe realizar Morena, aparte de la encuesta “madre” que realizará directamente el partido?

Que no todos los candidatos tienen confianza en varias de las casas encuestadoras propuestas. Sobre todo, en aquellas que han dado datos disparatados en el pasado.

Y ahí radica buena parte del problema que vemos. Marcelo Ebrard no quiere que participen encuestadoras que fallaron por mucho en la elección en el Estado de México y que hoy publican estimaciones donde Claudia Sheinbaum aparece muy por encima de los demás contendientes. Marcelo no acepta a esas casas y su representante ante el partido y la comisión de encuestas del mismo, no firma el acuerdo que inicialmente propone a cuatro encuestadoras, donde dos ellas son descalificadas por Ebrard. Los representantes de Adán Augusto y del Partido Verde, firman ese acuerdo pero con algunas reservas, pues tampoco están conformes con esas dos encuestadoras.

Falta una última etapa para validar o no a esas casas especializadas. Pero el método enfrenta problemas serios, pues de esa inconformidad, están naciendo problemas mayores.

Un grupo de 80 diputados de Morena, así como el propio Marcelo Ebrard y gente del Partido Verde, anuncian que han entregado pruebas a la dirigencia de su partido, donde se comprueba el uso de recursos públicos para impulsar la campaña de Claudia Sheinbaum. Se habla también de actos de acarreo, por parte de gobernadores y de otros servidores públicos, para nutrir los contingentes que asisten a los eventos de Claudia. Marcelo Ebrard dice haber entregado 28 denuncias a la dirigencia. Los diputados de Morena y congresistas del Partido Verde, dicen haber hecho lo mismo. Se esperan las acciones que puedan tomar Mario Delgado y Citlalli Hernández al respecto, ya que según los inconformes, esos actos pueden constituitr delitos electorales, los cuales ameritan una investigación inmediata.

Y no solo eso. Los quejosos dicen contar con elementos de prueba que respaldan las demandas que presentarán ante el Instituto Nacional Electoral y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales. Las acusaciones alcanzan a Secretarios de Estado, gobernadores y otros servidores públicos federales y estatales. De presentarse estas denuncias y abrirse investigaciones donde se acrediten las faltas, las personas afectadas no podrían enfrentar un proceso en libertad, pues estos delitos son considerados graves y por lo mismo, no alcanzan fianza.

El actual escenario es ése. Claudia Sheinbaum ha declarado estar tranquila y no tener nada sucio que ocultar. Lo mismo han señalado los otros funcionarios señalados.

¿Quién pierde si se acusa en falso? Marcelo, Partido Verde y los diputados que denuncian,
¿Quién pierde si hay pruebas sólidas sobre estos posibles delitos? Claudia y los funcionarios denunciados.
Pero el centro del asunto está en las encuestas “espejo”.

Todos quieren que sean sus casas encuestadoras las que realicen este ejercicio.
¿Por qué?

Suena triste, pero la verdad es que se desconfía de las propuestas presentadas por otros aspirantes, dada la facilidad con que se venden las casas encuestadoras y lo simple que resulta alterar números en favor de un candidato.

El presidente López Obrador dijo el día de hoy tener plena confianza en la honestidad de todas las “corcholatas”, así como en la dirigencia del partido.

Ojalá y que nadie defraude la confianza de un hombre que llegó a ser presidente del país, en base a empeño y trabajo y no por haber manipulado números a su favor.

Ojalá se encuentre el justo medio para dejar tranquilos a todos los aspirantes que hoy compiten.
Y ojalá que en verdad la dirigencia de Morena, desheche a las casas encuestadoras, que traen el letrero de “se vende” pegado a la espalda, para ver quien paga mejor por sus servicios.

Vivimos en medio de un cambio y esos pasos hacia adelante, siempre traen nuevos problemas que hay que resolver con inteligencia, creatividad y honestidad.
Hoy el Movimiento exige eso.

Malthus Gamba