Paliza Histórica al “Jefe” Diego en la mañanera
“El tema de aquel debate verificado hace 20 años, con Diego Fernández de Cevallos, es de actualidad”. “¿Lo tenemos por ahí”? “Ponlo por favor”
Y se proyectó el video, en la conferencia mañanera del día de hoy. El broche de oro para cerrar la cita del día con la prensa nacional y para cerrar también una semana en la que la oposición ya “no siente lo duro, sino lo tupido”.
Diego Cervantes de Cevallos, el alfil de lujo del neoliberalismo hace unos años, intentó hacer un regreso triunfal a la política activa, abriendo una cuenta en Twitter, que de inmediato mostro un crecimiento anormal, en razón a que miles de cuentas robotizadas siguieron multitudinariamente al nuevo tuitero.
Después se supo que la misma empresa especializada en imagen, que trabaja la cuenta de Ricardo Anaya, atiende los contenidos y publicaciones que aparecen en la cuenta de Diego Fernández.
Los políticos y empresarios conservadores, agrupados hoy en el #TUMOR, se encuentran desesperados. No pudieron resolver el acertijo que les dejó la monumental derrota electoral del 2018. Debían construir un nuevo proyecto que compitiera con oportunidad de triunfo, a la propuesta de cambio de régimen, impulsada por el gobierno de la Cuarta Transformación. Y no pudieron hacerlo.
A menos de tres meses de llevarse a cabo las elecciones intermedias y ante el fracaso de sus intentos anteriores, tienen la ocurrencia de “revivir” a un personaje de casi ochenta años de edad, que dice llegar a las redes sociales, con la intención de “orientar a los jóvenes mexicanos”.
El #TUMOR pretende capturar el “voto joven” del país, al considerarlo inmaduro y manipulable.
Pero el personaje que pretende encargarse de esta tarea, tiene una trayectoria manchada por la corrupción y el tráfico de influencias.
A Diego Fernández de Cevallos le dieron cobertura inmediata todos los medios de comunicación tradicionales, en éste su regreso. Apareció en entrevistas y reportajes ampliamente difundidos y discutidos por los “especialistas” de la derecha.
Diego por su parte se involucró de inmediato en la guerra sucia desatada por la corrupta prensa conservadora. Lanzó dardos cargados de odio y mentiras en contra de López Obrador. Incluso manifestó que el hoy presidente, cometía a diario actos de corrupción, que podían ameritar acusaciones y sanciones penales.
Hans Salazar, periodista habitual en las conferencias mañaneras, pregunto al presidente López Obrador, qué opinión le merecían estos señalamientos de Diego Fernández.
El presidente sonrió y pidió que, a manera de respuesta, se proyectara el video correspondiente al debate televisado que sostuvo hace 20 años, con Fernández de Cevallos.
Para muchos jóvenes que apenas se integran a la vida pública y social, el video les era desconocido. No tenían noticia del mismo.
Pero como dijo López Obrador antes de que fuera proyectada la grabación, “el tema tratado en ese debate, es de actualidad”.
Y eso es cierto.
La discusión que se da entre López Obrador y Diego Fernández de Cevallos, tiene como centro “dos proyectos nacionales diferentes e irreconciliables”. Por una parte, esta el proyecto neoliberal, que tiene por objeto acumular la riqueza nacional en pocas manos, creando una monstruosa desigualdad social. Del otro lado, está el proyecto alternativo que hoy pone en práctica el gobierno de la Cuarta Transformación, donde se pone por delante de todo, el interés y beneficio del pueblo. Una atención especial a quienes menos tienen.
Hace 20 años, el poder del aparato neoliberal, era total. Muy poco podía hacer la disidencia ante la represión que se desataba de inmediato, en contra de quienes se atrevían a criticar el gobierno en turno.
Con todo y eso, López Obrador consigue ser nombrado Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. La lucha del hoy presidente se da por la vía pacífica, sin que por ello se calle y oculte la corrupción que anida en todas las áreas de la administración pública.
En el debate con Fernández de Cevallos, se habla de esta corrupción. De la “mafia” que gobierna. De los traficantes de influencias. Del enriquecimiento inexplicable. Y sobre todo, se habla de la corrupción que genera el neoliberalismo, hasta convertirse en un cáncer para el país.
Diego Fernández intenta negar los vínculos existentes entre PRI y PAN. Niega que el FOBAPROA haya sido creado con el aval panista. Miente durante todo el debate y pierde el control de su persona ante los certeros señalamientos de López Obrador. Escucha de parte de un líder social intachable, los señalamientos de corrupto, personaje servil al poder, representante de la mafia que gobierna y traficante de influencias que ha creado de la noche a la mañana una enorme fortuna de origen inexplicable. Se tiene que tragar todas esas verdades, pues no tiene argumentos ni contestación que justifique lo injustificable.
Ese debate debe ser materia obligada en las escuelas de enseñanza media en el país. Un acercamiento directo para los jóvenes, a la realidad política que estamos viviendo.
Como dijo el presidente, “el tema es actual”. “Son dos proyectos de nación que han estado enfrentados históricamente”. No es un tema muerto. Es algo que se da y seguirá presentando Enel futuro.
Se trata de la lucha por incrementar, o desaparecer, según el caso, la brecha de desigualdad. Unos, apostando a la concentración de la riqueza. Otros, luchando por su justo reparto.
El regreso de Diego Fernández a la escena política, queda sumamente magullado después de la proyección de este video. López Obrador le puso entonces y le repite hoy, una paliza pública que queda para la historia.
Los jóvenes vieron hoy la verdadera cara del “Jefe” Diego.
Un político que negaba el amasiato político PRI-PAN. Alguien que negaba la corrupción que anidaba en los gobiernos conservadores. Un personaje que mentía diciendo que no existía la monstruosa desigualdad que los neoliberales crearon en el país.
Ese “Jefe” Diego, es quien dice que va a “orientar” y “dirigir” a los jóvenes del país.
Tú, joven, ¿Te apuntas en su lista?
¿Votarás por el #TUMOR?
Millones lo mandamos desde hace tiempo al basurero de la Historia.
Malthus Gamba