Violar la Constitución, no es vía democrática. Intentar corromper a las instituciones que garantizan la democracia, es de infames y corruptos. De fachos.
Hace unos días, vimos a Javier Lozano, calderonista de hueso colorado, suplicó (esa es la palabra), a los consejeros del Instituto Nacional Electoral y a los magistrados del Tribunal Electoral, que por el amor de Dios, den una interpretación “torcida” a la letra de la Constitución, a fin de impedir que los partidos políticos Morena, Verde y del Trabajo, puedan construir dentro del Congreso de la Unión, una mayoría calificada que tenga la capacidad y la fuerza para impulsar las reformas constitucionales, propuestas por el presidente en funciones y la presidenta electa de México.
A ésa súplica se sumó la periodista Beatriz Pagés, quien participa con Lozano en la plataforma de Carlos Alazraki, de nombre AtypicalTV.
Esa misma petición, con rodilla al suelo de por medio, ha sido replicada por toda la clase conservadora en los últimos días.
La fecha para el único caso pendiente, en lo que corresponde a la pasada elección federal, se aproxima y tanto el INE, como el Tribunal Electoral, deberán definir el número de espacios plurinominales que corresponden a cada partido político, de acuerdo a la fórmula existente para tales casos y que no es novedosa.
Es la misma que ha sido usada en pasadas elecciones, sin que la oposición actual la haya criticado y denostado como hace ahora, mientras ellos fueron gobierno.
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Los mismos exconsejeros del INE, hoy volcados descaradamente hacia la derecha, argumentaron que esa distribución de espacios en el Congreso de la Unión, estaba apegada a derecho y era por tanto válida, cuando la misma decisión dependió de ellos, en el pasado reciente. El día de hoy, en su conferencia mañanera, el presidente López Obrador, habló sobre un vergonzoso documento firmado por la directiva de la COPARMEX, donde solicitan la misma violación constitucional a los integrantes del INE y del Tribunal Electoral.
“Se trata de algo vergonzoso. De un documento que mancha a la clase empresarial, representada por este consejo. Causa pena ver qué hay sectores sociales que se oponen a que realice una depuración al interior del Poder Judicial, para erradicar la corrupción que anida a su interior y que resulta evidente para la mayor parte de los mexicanos”.
Porque el hecho de pedir a las autoridades electorales, que asuman una postura tan poco digna y muy parecida a la que muestra en este momento la oposición en su conjunto, tiene ese fin. Impedir al Movimiento de Transformación, que con una mayoría calificada en el Congreso de la Unión, saque adelante las reformas constitucionales propuestas.
Incluida entre ellas, la Reforma al Poder Judicial, al que prefieren manchado de corrupción y nepotismo, antes que saneado y verdaderamente comprometido con la legalidad, la justicia y el pueblo de México. En épocas pasadas, jamás habíamos presenciado un espectáculo tan vergonzoso, como el que hoy nos toca atestiguar.
La izquierda opositora, nunca pidió a autoridad alguna, ponerse al margen de la Ley, para sacar ventaja en forma deshonesta. Lo que hoy pide la oposición de derecha, es que el INE y el Tribunal Electoral, violen la Constitución ante los ojos de todos los mexicanos. Que apliquen una fórmula de “mago”, sacada de la manga de la toga y digan ante cámaras y micrófonos que la interpretación de la ley “cambió”, aunque los artículos constitucionales en que basen su resolución, sean los mismos y nada haya cambiado, sino la forma deshonesta en que hoy le dan lectura. Para la oposición, es normal intentar ganar en la mesa, lo que democráticamente pierden con votos.
Su único y mentiroso argumento hasta ahora, es que “lo que dicen la ley y la constitución sobre este reparto de candidaturas, es injusto” y que debe leerse ahí donde dice “límites de plurinominales a partidos” algo distinto, como “límite de plurinominales a coaliciones”. Aunque eso no esté escrito en sitio alguno. Es difícil imaginar a consejeros y magistrados electorales, puestos de acuerdo para convertirse en conjunto, en violadores a la ley y la constitución. Hay gente honesta en ambas instancias, con trayectoria limpia hasta nuestros días, no obstante que en ambas dependencias, han militado funcionarios con evidente inclinación al enriquecimiento personal, sin importar los trozos de dignidad dejados en el camino.
El reparto de espacios por la vía plurinominal en el Congreso, es el broche con el cual cierra este proceso electoral y la conformación que tenga la siguiente Legislatura, dependerá de la observancia, o de la inobservancia de lo que marca la Ley.
Por una parte, están las tropas reaccionarias derrotadas y puestas de rodillas, en ruego coral para que el desastre no sea mayor y puedan aún frenar el avance de la transformación en un Congreso conformado a modo, para que el peso de sus votos, sea mayor al que les otorgó la ciudadanía.
Del otro lado, esta la fuerza de los tres partidos que impulsan un Movimiento Nacional, que nada piden, aparte de que se aplique la letra de la ley, tal y como marca la constitución, y del mismo modo en que se hizo en el pasado reciente.
Si la oposición perdió el respeto que se debe a sí misma, no puede pedir a las autoridades electorales que pierdan la dignidad y honorabilidad que han ganado a pulso, ni que el pueblo de México acepte una conducta que mancha por igual a la democracia y a un proceso electoral limpio, donde lo que cada fuerza policía ganó, fue concedido por el pueblo votante que eligió libremente.
Violar la Ley y la Constitución, no es vía democrática. Intentar corromper a las instituciones que garantizan la democracia, es de infames y corruptos. De fachos.
Malthus Gamba
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