Morena obligada a mostrar civilidad; el 2021 está muy cerca
Por: Javier Lozano
@javier65867641
La oposición oxigena la esperanza de regresar a recuperar espacios en el 2021 a través de la guerra sucia y propagandística que siempre matizan como conducto de difusión; asimismo, alimenta esa rabia que sienten por López Obrador mediante la provocación de cualquier mecanismo que políticamente puedan echar andar a fin de debilitar la gobernabilidad. Hasta ahora, no han podido acceder ni siquiera al debate de los temas del dominio público. Por ese hecho, Morena debe renunciar a todas las fricciones que abiertamente han impulsado por medio de la fragmentación, polarización y el esquema de malas prácticas en los distintos congresos. Ese clima es el que precisamente busca el contrapeso, porque el escenario político sería aprovechado para penetrar y dar un golpe contundente que coseche esa coyuntura.
Por lo anterior, es evidente que existe un catálogo de hechos que han mermado el proceso de renovación del CEN; la lectura AMLO ha sido muy contúndete a que finalmente la dirigencia nacional, cierre filas y terminen de una vez por todas con aquella mala imagen del simplismo que fue coartando la libertad democrática interna de un partido. “Morena no es un aparato de Estado”, para ello, es sustancial componer una precisión a lo que se refiere López Obrador. En primera, ha incrementado su popularidad potencialmente, a tal grado, que ni la guerra sucia de la derecha, ha podido inclinar la balanza; y segunda, evidentemente el recambio que ha constituido la transición de partidos, ha sostenido a muchos oportunistas que quieren colgarse del clima que manufacturo Andrés Manuel con su relevancia y liderazgo desde hace más de 30 años.
Es natural que existan connotaciones y matices distintos, sin embargo, hay quienes pretenden sesgar y politizar el desarrollo porque es muy probable que utilicen al partido político, como un instrumento que beneficie candidaturas u posiciones; el proyecto original no fue en esencia ese, ya que a partir de la entrada de Morena al poder, se rompe el esquema y el paradigma presidencial que ratificaba los hechos más ominosos y peyorativos de un sistema que supeditaba la toma de decisiones.
En Morena, y sobre todo AMLO, deben ponderar que no es momento de fricciones que mermen el avance del partido; y más aún, cuando la derecha reaccionaria, hecha andar cualquier tesitura de para polarizar y favorecer su expansión como oposición. Si hacemos un balance pequeño, podemos puntualizar, la fabricación que le han hecho al presidente, que engendra esa desesperación compleja, de un bloque que se resistió a perder los frutos y las bondades que brindaba el sistema durante décadas.
Las causas que originaron este proceso, tienen que cicatrizar rápido, para capitalizar el ánimo y jubilo que sigue diseñando el pluralismo democrático de la 4T. En las elecciones a fin de renovar el CEN de Morena, debe prevalecer el esquema ideológico que por mucho tiempo ha matizado Andrés Manuel López Obrador, y que ha sido una importantísima herramienta a coadyuvar la confianza de una sociedad que llego al límite del hartazgo con el PRIAN.
El PRIAN se ha apoderado de errores que se sujetan a favorecer enormemente: la estrategia de dividir y fragmenta por medio de ese disfraz de oposición responsable, pero que en los hechos, existe un inexorable pasado imborrable de experiencias que empobrecieron, y marginaron cada vez a los sectores a través de la desigualdad social de las políticas neoliberales. En este contexto deben privilegiar aún más que las posibles fracturas impactaran directamente en la imagen doctrinaria e ideológica de Morena y AMLO. Asimismo, porque se acerca el 2021 donde Morena es altamente competitivo según algunos ejercicios que muestran una inclinación de respaldo mayúsculo de la sociedad; entonces, el aliado sustancial de Morena, debe ser precisamente la unidad para que exista entendimiento y, se erradique los desconcertantes episodios de confrontación en congresos.
Notas finales: “por cierto” en la cámara de senadores y diputados, figura ser el escenario que ha asumido el esquema estricto de la cuarta transformación; es por ello, que las figuras se han convertido en una pieza sumamente competitivas para figurar en algunas candidaturas en Estados. Tatiana Clouthier fortalecería claramente Nuevo León, por la enorme simpatía y liderazgo; asimismo en Michoacán, están cerrando filas con Cristóbal Arias Solís, por razones evidentemente sustanciales en las políticas reformadoras de la 4T donde ha sido clave su lapso, se convierte en la carta más poderosa que reafirma la tendencia que han manifestado varios ejercicios. Cristóbal parece encontrar un fuerte apoyo, ya que el michoacano Germán Martínez, extitular del IMSS, y actual senador por Morena, abiertamente ha mostrado su respondo, y ha anunciado públicamente la intensión de acompañar al senador Arias Solís, a trazar una dirección que en definitiva, los coloque por primera vez en la administración de la función publica Estatal.
Por ello, primero es medular suturar las heridas internas generadas por la lucha de transición del CEN, y el enfrentamiento entre los precandidatos; en ocasiones se siembras dudas acerca de qué podría pasar con el gobierno de la 4T. Eso es lo que la derecha quiere, pero se ha encontrado con una muralla social que sigue mostrando el desdén que persistirá en el PAN, PRD y PRI.
La unidad depende totalmente de Morena y, del proyecto de la 4T.