México libre puede quedar en la orfandad; la brecha es enorme todavía
Escribe: Javier Lozano
Foto: Política en Expansión
El binomio conyugal calderonista tiene hasta el 28 de febrero a fin de reunir los requisitos que marca la Ley General de Partidos Políticos para alcanzar la meta del 0.26% del padrón electoral, lo que equivale en términos reales a 52,038 afiliaciones para constituir el anhelado esquema que hipotéticamente sería el contrapeso que se origina ante el ascenso exorbitante de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República.
A diferencia de aquella época de abundancia con una estructura fortalecida del PAN en el 2005, esta vez pone a prueba una tarea que puede estar integrada en términos generales, por una recapitulación de la imposición a priori que rompió todas las barreras a través de un proceso desaseado y manipulado que se resolvió en favor de Felipe Calderón cuando consumaron el fraude electoral para cerrar la pinza a una coalición que fue obstaculizada con todos los recursos y mecanismos que generosamente ayudarían sin contratiempos a superar los comicios que habían llevado a un terreno de polarización, enfatizando el surgimiento de una ofensiva que experimentó los actos de una guerra sucia que fue arrinconando a López Obrador a cumplir el objetivo de instalarse en Palacio Nacional en medio de contrates, incertidumbres, y una oscura elección que obviamente fue manipulada.
México libre no ha alcanzado esa solidez política, porque los patrones de comportamiento difunden que Felipe Calderón esta consiente que ha llegado el momento de echar andar un esquema de operación propagandístico desesperado a través de un llamado a la ciudadanía; asimismo, simultáneamente será necesario tener una emulación bastante similar al 2006 en el que el acarreo, la fabricación y la compra de votos que sostuvieron históricamente uno de los procesos donde la fragilidad de las instituciones electorales, se instauraron bajo las circunstancias de una imposición ilegitima llena de vicios.
Por lo anterior, se generan las suspicacias ya que Felipe Y Margarita meses atrás, han disminuido su capacidad de convocatoria; eso reconsidera aún más la posibilidad que ese margen de porcentaje menor que falta, arrojará el refrendo de ese aprendizaje para avanzar hacia la consolidación del nacimiento de un nuevo partido; sin embargo, se puede considerar también que si la lógica manifiesta un efecto natural, México Libre se quedaría en la orfandad porque su pasado es interpretado por muchos en un clima clientelar, corrupto, cínico, desleal; por ello, Felipe no ha sido capaz de jalar las simpatías de una sociedad; eso nos hace comprender el derrumbe de un Calderonismo que indudablemente ha forjado una desconfianza por el descontento de un gobierno fallido.
Quizá soy de la idea que México Libre se llegaría a gestar, si ponen en marcha un dispositivo para renacer aquel andamiaje emergente de acarrear voluntades y robustecer un panorama que en este momento parece técnicamente incierto, porque desde hace ya un tiempo, Felipe Calderón Y Margarita Zavala comenzaron a vivir un fenómeno de indiferencia; lo que reduce la probabilidad y la volatilidad que van inherentes al arraigo controvertido y desigual que mancho un proceso en ese inolvidable escenario que arrebató groseramente la presidencia a Andrés Manuel López Obrador.
Si la génesis de México Libre llegara a un terreno de viabilidad, seguramente estará empañado de inquietudes y prácticas que ha obedecido al tradicionalismo dependiente de un esquema que hacen suponer que una combinación de factores del desplazamiento de coacción de firmas, o la aplicación efectiva de acarrear sea una connotación viable. De otra manera, no veo por donde se geste un partido que se observa limitado, superfluo, con contradicciones, sin rumbo y con una herencia que carga el hundimiento de un país que se desbarató en un sexenio, al igual que lo hizo Fox. El escenario se torna dificilísimo porque todo el proceso constitutivo de México Libre arrojó dudas y disyuntivas que ponen de manifiesto el beneficio particular que otorgan las prerrogativas y el poder. México libre será el embrión conservador que se desvirtuó en una atmósfera neoliberal. Es probable, que la agenda estricta de Felipe Calderón salte a la tentación que recorrió el empoderamiento de una figura que desde el poder adoptó esa forma irracional de efectuar una política pública que atendiera el abanico a través de una estrategia de apoyo para resarcir la pobreza y la desigualdad social que durante su sexenio fueron simuladas.