México invierte en su mayor proyecto de infraestructura en la historia

Durante al menos los últimos 30 años, los gobiernos apostaron a dejar en manos de la iniciativa privada la inversión para el desarrollo de la infraestructura en nuestro país, lo que dio como resultado que se privilegiarían solamente aquellas de mayor rentabilidad, lo que provocó, como era de esperarse, una enorme inequidad en el progreso y la calidad de vida entre los mexicanos.

Sin embargo, la actual administración ha puesto énfasis en la construcción de la infraestructura necesaria para el desarrollo y progreso de todos los habitantes del país, así como obtener la soberanía energética y alimentaria perdida debido a las políticas privatizadoras de los anteriores gobiernos, y todo financiado por el combate a la corrupción, sin un centavo de nueva deuda pública.

Y es así, que ya contamos con el flamante Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, pero además se rehabilitarán los aeropuertos de Toluca, pero también se adquirió la totalidad de la refinería en Deer Park, Texas, que ya empezó a dar frutos, pero, por si fuera poco, se está terminando la construcción del Tren México-Toluca, que la administración pasada dejó inconcluso.

De la misma forma se han terminado de construir o rehabilitado más de 300 hospitales y clínicas que los anteriores gobiernos dejaron inconclusos o abandonados, pero eso sí: los cobraron y presentaron como si estuvieran en pleno funcionamiento.

En el transcurso de éste mismo año, finalizará y entrará en operación la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, que junto con la Ley de la Industria Eléctrica recientemente declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, garantizan la tan anhelada y necesaria soberanía energética.

También está en proceso de construcción, proyectando finalizar para diciembre de 2023, el gigantesco proyecto en que se ha convertido el Tren Maya, que llevará progreso al sureste mexicano y convertirá a la península de Yucatán en un atractivo turístico a nivel internacional, pero además facilitará el transporte de mercancías por toda la región.

Pero este proyecto se ha convertido en el más grande en la historia de esa parte del país, pues involucra, además, la rehabilitación y modernización de las zonas arqueológicas mayas, un enorme esfuerzo de reforestación y cuidado ambiental y la creación y ampliación de más de 54 millones de hectáreas de Áreas Nacionales Protegidas.

Y el otro gran proyecto de infraestructura que, a mi parecer, tiene el potencial de convertirse en el mayor y más ambicioso programa para el desarrollo de nuestro país, que es el Corredor Transístmico, que permitirá conectar económicamente el Golfo de México con el Océano Pacífico, lo cual permitirá el transporte de mercancías y el aprovechamiento comercial de ambas costas estadounidenses.

Pero el proyecto contempla también la creación de al menos 10 parques industriales en su recorrido, lo cual podría implicar la posible recepción de materias primas en un extremo y la salida de productos terminados por el otro, atrayendo con ello una gran inversión extranjera directa y mayor transferencia de tecnología para nuestro país.

Todo esto es, quizá, lo que tiene tan preocupada a la oposición, pues demuestra, sin lugar a dudas, el ingente negocio que era para unos cuantos el disponer a su libre antojo del erario y todo lo que se puede lograr con tan sólo combatir la corrupción.