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México da lección al mundo: Los derechos humanos van primero
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México da lección al mundo: Los derechos humanos van primero

Por Héctor Manuel Barrera.

México entre la espada y la pared; o detiene las caravanas migratorias o tendrá que padecer los aranceles que impondrá Donald Trump a los productos mexicanos. La postura del presidente López Obrador ha sido correcta, apegarse a la tradición solidaria de nuestro país con nuestros hermanos latinoamericanos; además señalar que hay que fijarse en las causas que provocan estos flujos migratorios y plantear alternativas para resolveros; hasta donde sea posible.

El otro actor involucrado, Donald Trump, un día y otro también repite la amenaza de aplicar un arancel del 5% a los productos mexicanos si el gobierno mexicano no detiene a los migrantes centroamericanos; al mismo tiempo retira el apoyo económico a Honduras; en una estrategia electorera que persigue asegurar su reelección. Pero ¿cuál es la situación de fondo en todo esto?
La República de Honduras es un país más bien pobre. De sus 8.5 millones de habitantes más del 60% vive en pobreza; en las zonas rurales aproximadamente uno de cada 5 hondureños sobrevive en pobreza extrema con menos de US$ 1.90 al día. Este país enfrenta los niveles más altos de desigualdad económica de A.L. además de padecer los niveles más altos de violencia y criminalidad. 43.6 asesinatos por cada 100 000 habitantes en 2017, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

La reelección de Juan Orlando Hernández, JOH como le dicen en Honduras; se ha traducido en un empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de los hondureños. La persecución y asesinato contra los periodistas que denuncian a los grupos del narcotráfico se ha convertido en una constante. Representante de la derecha hondureña, JOH llegó a la presidencia después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, “Mel” Zelaya como se le conoce por allá, y su polémica reelección con apenas una diferencia del 1.5% de las votaciones; lo convierten en un presidente ilegítimo y como tal, signa alianzas con los sectores empresariales nativos y extranjeros, entregándoles áreas del territorio hondureño a través de la Ley de Zonas Económicas de Desarrollo y Empleo, ZEDE, donde las empresas transnacionales determinan sus propias leyes y sus propias estrategias de seguridad, cancelando el derecho soberano de los hondureños a decidir sobre su territorio.
Dice el periodista hondureño, Félix Molina “nunca habíamos enfrentado un escenario como el que ahora tenemos después de golpe” (se refiere al golpe contra Manuel Zelaya) “el Estado es menos perceptible como el enemigo de las libertades. Ahora son las bandas del crimen organizado, traficantes de personas con fines con fines de explotación sexual dentro y fuera de Honduras, y la existencia de ejércitos ‘privados’, afirma.

¿Qué esta haciendo el gobierno hondureño para detener la migración de sus habitantes hacia los Estados Unidos? Y ¿Qué está haciendo el gobierno de Donald Trump para desincentivar las migraciones de centroamericanos hacia su país? No lo suficiente. Por el contrario, retira los apoyos económicos a ese país y utiliza la necesidad de cientos de miles de hermanos centroamericanos como pretexto para presionar a México; primero con su cantaleta del muro fronterizo y ahora con el tema de los aranceles; aunque esto último le rebote como bumerang.

Lo cierto es que los países que se asumen como dueños del mundo no tienen mas alternativas para tratar de frenar la crisis en curso del sistema capitalista y van como señala David Harvey buscando nuevos territorios donde colocar sus excedentes y ahí es donde la irracionalidad del capitalismo se estrella con su propia lógica ¿Quiénes van a consumir el arsenal de mercancías que se derivan de sus niveles de sobreproducción?

La misma suerte corren los habitantes de El Salvador, Guatemala y demás países centroamericanos; emigrar de sus países de origen buscando donde trabajar y vivir en paz. Por eso es que el gobierno mexicano se mantuvo firme en su postura y no cedió a las pretensiones del imperio, no se trataba sólo de defender la dignidad de México, se trató de defender los derechos humanos de nuestros hermanos latinoamericanos, como dice el refrán popular “hoy por ti, mañana por mí”.

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