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LUIS MARÍA AGUILAR, EL “AVE NEGRA” EN LA CORTE
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LUIS MARÍA AGUILAR, EL “AVE NEGRA” EN LA CORTE

¿Cuántas campañas sucias hemos visto emprender a Claudio X González, junto a los viejos traficantes de influencias que se sienten agraviados por el hecho de tener que pagar impuestos?

¿Cuántos fallidos intentos opositores han desfilado ante los ojos del Pueblo de México, intentando dañar el prestigio y el gobierno del presidente López Obrador?
Bastantes. Y ninguno ha fructificado.

Y no han dado frutos porque las alianzas opositoras son momentáneas y terminan siempre en traición, o en separación repentina, al no alcanzarse los fines deseados. Una alianza PRI-PAN-PRD, se mueve siempre sobre terreno pantanoso y el ciudadano común se da cuenta de los golpes bajos que se aplican unos a otros, para conseguir beneficios adicionales, a costa de quitar al otro una parte de lo que se había pactado.

Claudio X González tiene la ventaja de contar con una chequera mágica, que tiene como característica especial, el de no agotar sus recursos, a pesar de los gastos millonarios que generan proyectos que terminan en descalabros.

Ese dinero lo aportan los viejos traficantes de influencias en mayor o menor medida y sirve para impulsar las campañas políticas y de odio, que tienen como fin desgatar al Movimiento de Transformación que gobierna en el país.

Uno de los “aliados frecuentes” de Claudio X, es el millonario fascista Ricardo Salinas Pliego. Y le aplico ese calificativo porque el comportamiento del empresario “Azteca” es similar al que vemos en las expresiones y mensajes de otras figuras de la ultra derecha mundial, como Javier Milei, Jair Bolsonaro, o Donald Trump. Defensores rabiosos del modelo neoliberal, llevado al extremo de brindar todas las ventajas posibles a los corruptos grupos empresariales, a costa de desproteger arbitrariamente al resto de la sociedad del país.

Salinas Pliego se niega a pagar impuestos. Debe millonarias cantidades al Servicios de Administración Tributaria (SAT). Defiende la idea de que la generación de empleos, por parte de la clase empresarial, coloca al empresariado en un escalón superior al del resto de los ciudadanos del país, que sí deben realizar su pago de impuestos. No importa si los empresarios como él, pagan salarios de hambre a sus trabajadores, negándoles en muchos casos, las prestaciones sociales que marca la Ley.

En redes sociales se hace llamar “Tío Richie” y presume su fortuna, del mismo modo que hace gala de su falta de escrúpulos para incumplir con la Ley y con sus obligaciones fiscales. A eso le llama “inteligencia” y “capacidad empresarial”.

Pero ahora que por primera vez se enfrenta a un gobierno donde la corrupción y los delitos de “cuello blanco” no se aceptan, ve que se cierran las puertas que antes se abrían con facilidad y que el pago de impuestos acumulados, le costará bastante si no hace algo al respecto.

Por eso recurre a uno de sus “amigos a modo” dentro del corrupto Poder Judicial.

Salinas Pliego pide a la Suprema Corte de Justicia que atraiga el asunto del pago de sus impuestos, que ha perdido en diferentes instancias y que sea la Corte la que determine finalmente si debe pagar los más de 25 mil millones de pesos que adeuda a Hacienda, o no.

Y la Corte escucha el llamado de uno de los suyos y de inmediato atrae el caso, bajo el argumento de que la naturaleza del mismo es “excepcional” y amerita un estudio y valoración especial, dado que también se trata de un asunto novedoso.

El expediente cae en manos del ministro Luis María Aguilar, quien de inmediato procede a darle trámite, metiéndolo en lo más profundo de uno de los cajones del escritorio, para que ahí duerma el sueño de los justos. Van ocho meses y el expediente sigue acumulando polvo.

Salinas Pliego no quiere pagar impuestos y hay algo más. No quiere perder el millonario negocio que tiene en sociedad con Editorial Santillana, que forma parte del Grupo empresarial español PRISA. Los Nuevos Libros de Texto Gratuitos que imprime por primera vez en muchos años el gobierno federal, afectan a su negocio y por lo mismo, Salinas Pliego se opone a ellos.

Claudio X González se opone también a la distribución de esos libros, porque lleva años oponiéndose a todo proyecto transformador del gobierno actual
Y de esa necesidad y odio mutuos hacia el gobierno, nace una relación otoñal entre estos dos “juniors” apolillados, que hoy caminan de la mano para desacreditar al presidente López Obrador.

¿Lo han conseguido?

Han conseguido otro ridículo monumental. Los Libros de Texto Gratuitos se reparten en la mayor parte del país. El Programa avanza sin mayor problema. Pocos se creyeron la mentira de que esos libros contenían un “virus” comunista.

Los pocos estados que no los aceptan, tienen en sus manos la bomba que les deja el presidente López Obrador: brindar educación a los niños de esas entidades, sin las herramientas necesarias para iniciar clases. Porque ¿van a aceptar los padres de familia comprar libros diferentes? ¿Los maestros van a enseñar con libros no autorizados?
Eso lo tendrán que resolver esos gobernadores.

Aparte, hay una respuesta del gobierno sobre los asuntos de los Libros de Texto y el expediente de “Tío Richie” Salinas Pliego.

Ambos están en manos del ministro Luis María Aguilar, quien parecía intocable.

El gobierno del presidente López Obrador ya presentó una queja en su contra, por aplicar un tipo de justicia tendenciosa y contraria a la misma jurisprudencia de la Suprema Corte. Se le acusa de actuar por consigna, en favor de los intereses empresariales y aplicar una justicia lenta, para proteger a sus amigos reaccionarios.

Si los “juniors” avejentados Salinas Pliego y Claudio X González ya vieron que ellos, como “poder fáctico” fueron metidos al orden, hoy observan cómo su ministro “tapadera”, es denunciado públicamente y expuesto a sanciones que nunca antes se habrían aplicado a un expresidente de la Suprema Corte.

Luis María Aguilar es hoy en día un elemento en la Suprema Corte, que genera repudio popular. Su parcialidad hacia el lado conservador es de dominio público.
Cada vez que la oposición quiere jugar vencidas con el presidente López Obrador, sale con la cola entre las patas y más debilitada que antes.
Si en 2024 se logra un Congreso con Mayoría Calificada para Morena y aliados, la estocada final que aplique el presidente a las viejas instituciones corruptas, acabará con el reinado de corrupción creado por la derecha neoliberal.

Vamos por Reformas Constitucionales sólidas.
Los viejos traficantes de influencias y sus lamebotas en la Corte, también van.
…pero al cesto de la basura.

Malthus Gamba

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