LLEGARON LOS LIBROS Y TERMINAN CAMPAÑAS

La política mexicana es en tiempos del Movimiento de Transformación, como una moneda con la que se juega a cara o cruz. Desde el 2018, ocurren enfrentamientos serios y escaramuzas de menor importancia, donde la moneda vuela por los aires, para arrojar un ganador en ese encuentro. Y desde el 2018, apostando a la “cara” de la moneda, el presidente López Obrador y el Movimiento en su conjunto, han ganado casi la totalidad de los eventos que se han registrado. A la oposición conservadora encabezada por Claudio X González y los restos que perduran de los viejos partidos políticos de derecha, les ha tocado en suerte cargar con la pesada “cruz” de la derrota.

El único sostén importante de estos grupos reaccionarios es, tal y como sucede en el resto del mundo, el inmenso poder económico de la clase empresarial que los financia y controla. Sin ese dinero, no habría oposición. Habría desaparecido por hambre y abandono. Pero como salir derrotados una y mil veces, no merma en absoluto el recurso en efectivo que recibe la oposición política, pueden preparar una nueva estrategia que terminará invariablemente en fracaso.

Hoy temprano, en la Conferencia Mañanera del presidente López Obrador, fuimos testigos del arranque oficial del nuevo ciclo escolar y constatamos que los tropiezos para sacar adelante el cambio educativo que se contempla en los programas de la Nueva Escuela Mexicana y en los Libros de Texto Gratuito, fueron mínimos. La mayor parte de los niños y jóvenes del país, ya tienen en sus manos esos libros.

¿Qué valor social y político tiene esto?

Uno bastante significativo. Se trata de una derrota doble para la oposición. Por un lado queda en claro que el respaldo social hacia cualquier convocatoria opositora, es nulo. La gente no atiende los llamados reaccionarios para oponerse a políticas públicas del gobierno federal. Solo dos estados con gobiernos emanados del PAN y el PRI, se opusieron a que los niños en edad escolar, recibieran sus libros de texto gratuitos. Y van a pagar un alto costo político por ello, ya que hay mucha protesta social en contra de una decisión que afecta más que nada, a los niños.

La otra derrota que trae consigo está decisión de oponerse a unos libros que en realidad, nada tienen de “comunistas”, la sufre el viejo traficante de influencias, Ricardo Salinas Pliego. “Tío Richie” puede rabiar lo que guste y burlarse como adolescente en redes sociales, de una derrota que niega. Pero la realidad que todos vimos, es que el poder de su televisora, en alianza con las demás fuerzas reaccionarias, es de risa. Durante semanas, los conductores y “figuras” de Azteca TV, echaron pestes en contra de los libros de texto gratuitos. La idea era despertar la indignación de los padres de familia, para que esos libros fueran repudiados masivamente. Y nada de eso sucedió. La manipulación informativa a pocos engañó. No se dieron los masivos reclamos que esperaba armar “Tío Richie”. Los Libros de Texto ahora sí que son gratuitos. No se paga para que los editen y vendan empresas como PRISA-Santillana, en donde Salinas Pliego es socio. Hoy son elaborados directamente por la Dirección General de Materiales Educativos de la SEP.

Más de 96.5 millones de libros fueron entregados a escuelas y alumnos. La victoria en este combate, fue nuevamente para el gobierno del presidente López Obrador.

Por otra parte, el día de ayer concluyeron las campañas para definir al aspirante que recibirá del presidente de México, el “bastón de mando” que lo identifica como nuevo coordinador general del Movimiento de Transformación en el país.

Solo hay tres candidatos fuertes que pueden aspirar a ganar la encuesta oficial de Morena y aliados, así cmo las encuestas “espejo” que respaldarán este ejercicio. Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López. Y la pelea en verdad está cerrada, si somos imparciales y no nos dejamos deslumbrar por las encuestas pagadas, que aparecen dando ventaja “avasalladora” a la “corcholata” de los equipos de trabajo que pagaron por esos números. Porque hay diferencia avismales entre una y otra encuestadora, lo cual habla con claridad de la manipulación de cifras que se está dando al día de hoy.

¿Qué tan limpia fue esta campaña interna en el Movimiento?

El presidente López Obrador señaló el día de hoy, que fue un ejercicio cívico donde no aparecieron problemas importantes, ni se dieron reclamos mayores. Lo normal dentro de un proceso sucesorio, donde la presidencia está en la mira de varios. Y dijo otra cosa. Fue López Obrador quien propuso a sus “corcholatas” no realizar debates públicos, que pudieran debilitar o ensuciar a alguno de las participantes. Propuso no realizar esa actividad, puesto que el proceso era entre “hermanos” y no debía por tanto haber ataques directos.

¿Entendieron esto todos y en verdad vivimos una campaña limpia?

Creo que no fue así. No se dieron debates, pero los ataques que todos presenciamos, derivaron en una guerra sucia en redes sociales y en acusaciones públicas de unos en contra de otros. Se habla de acarreo (que existió), de uso de personal y programas sociales (lo que también se dio), para favorecer a determinado candidato. El “fuego amigo” fue disparado en todos los frentes, aunque mucho menos desde las trincheras de Adán Augusto.
¿No fue cívica la campaña?

Lo fue, si la comparamos con la que vivieron los aspirantes conservadores en el mismo periodo. Ahí el golpeteo político, la misoginia, el machismo, el fraude descarado para favorecer a Xóchitl Gálvez, es de dominio público. Suciedad a cada paso y con la desventaja de que la alfombra bajo la que se quiere ocultar tanta basura, ya no puede esconder más desperdicio.

Los equipo de trabajo de las tres principales “corcholatas” se vieron mal y eso habría que corregirlo en el futuro. La guerra sucia tiene efecto bumerán y afecta también a quien lanza lodo.

Pero dentro de todo, las campañas concluyen y habrá que estar al pendiente de los resultados de la encuesta, donde la dirigencia de Morena y sobre todo, la Comisión de Encuestas, tienen una responsabilidad muy grande. Se ha hablado de preferencias en favor de cierta “corcholata” y durante el proceso que viene, debe quedar claro que esa precisión es falsa.

Porque si hay desconfianza generalizada en ese último tramo del proceso, la culpa no será de las “corcholatas” que se inconformen, si la claridad en la encuesta no aparece.
La responsabilidad será de la dirigencia del partido, al no dar certeza de un triunfo que debe de ser inobjetable por naturaleza.

Queremos un candidato presidencial con legitimidad plena. Un candidato sin mancha o duda, por la forma en que llega.
Y eso depende en este momento, del Partido. Ellos lanzan la moneda y que quede claro:
Nunca más un “Haiga sido, como haiga sido”.

Malthus Gamba