Un aplauso a las Pymes: Nuestros héroes anónimos
En tiempos de crisis, es cuando se conoce el real valor de las personas y de las agrupaciones que conforman la estructura de un país.
Es fácil que nos equivoquemos en los juicios anticipados que hacemos. Las personas físicas y morales con las que tenemos trato cotidiano, pueden mantener un perfil particular que consideramos inalterable, pero que se modifica, para bien o para mal, en los momentos de riesgo nacional.
Hoy, en la conferencia matutina, el presidente López Obrador presentó la información relativa al número de personas que han perdido su empleo, a consecuencia de las implicaciones de la pandemia de Covid-19, que afecta no solo a nuestro país, sino al mundo entero.
En México, se han perdido arriba de trescientos mil empleos, derivados de la epidemia. Los principales responsables de esta masiva oleada de despidos, son las empresas outsourcing. Ahí se concentra el mayor porcentaje de bajas reportadas al Seguro Social.
De acuerdo a lo que han señalado destacados empresarios en los últimos días, en el sentido de que se deben defender el empleo y el salario de los trabajadores, uno esperaría que este tipo de despidos masivos, fuera menor, en el peor de los casos, o que no se hubiera presentado, de acuerdo a lo que pregona el sector empresarial.
Los datos duros del Seguro Social, ponen de manifiesto que algunos empresarios declaran a la prensa una cosa, para aplicar en la práctica acciones diametralmente opuestas a lo que manifiestan en público.
En contraste, los pequeños empresarios que trabajan con un mínimo de recursos y tienen plantillas de personal bastante menores, son quienes están sacando la cara por el país en este momento. Estos propietarios de pequeños negocios, no hacen declaraciones públicas, ni exigen apoyos preferenciales al gobierno.
Hacen un esfuerzo adicional y no dejan sin sustento y trabajo a sus empleados. Según los datos proporcionados por el IMSS, los despidos de personal en estos negocios, está muy cercano al cero.
Las PYMES están defendiendo sus negocios, sus plantillas de personal y el salario de sus trabajadores.
El presidente López Obrador los calificó de héroes anónimos, en este momento de crisis sanitaria y pidió a los asistentes a la conferencia mañanera, un aplauso para estos empresarios comprometidos con el país.
Por eso es muy entendible que el presidente de México, esté al pendiente de las necesidades de liquidez que necesita este sector económico. Hay un programa de financiamiento que se pone en marcha en forma inmediata, para otorgar un millón de créditos a la palabra, por un monto unitario de veinticinco mil pesos, a pagar en tres años y con tres meses de gracia, al recibir el efectivo.
Como bien señala el presidente López Obrador, la palabra del pueblo que lo apoya incondicionalmente, es garantía suficiente para otorgar el crédito.
Quienes lo reciban, solo firmarán una sencilla carta-compromiso, en donde ponen como aval su palabra de honor. Esa es la garantía solicitada y de inmediato reciben su dinero. Es una confianza mutua entre pueblo y gobierno.
La misma confianza que la gente tiene depositada en el proyecto de Cuarta Transformación que vive el país, es la que el presidente y el gobierno que encabeza, tiene en el pueblo.
La palabra vale en ambos sentidos.
Jamás vivimos este tipo de ejemplos de dignidad y respeto mutuo, durante el periodo neoliberal. Es algo inédito.
Es de reconocer que dentro del sector empresarial, también tenemos propietarios y dirigentes de empresas, que están apoyando con todo al presidente en sus políticas de recuperación financiera.
Los dueños de MASECA, anunciaron que el precio de la harina de maíz, no se incrementa. Mantendrán el precio actual, como una cooperación social ante la crisis. Carlos Slim, Germán Larrea y Alberto Bailléres, se comprometen a no despedir personal y a pagar sueldos completos a sus empleados, durante el periodo de Sana Distancia. Los dueños de los Bancos Santander, Azteca y Banorte, distribuirán el importe de los préstamos otorgados a los pequeños empresarios en todo el país, sin cobrar alguna comisión bancaria. Es el apoyo que brindan al gobierno.
La solidez de la estrategia para la recuperación económica que impulsa el gobierno del presidente López Obrador, cuenta con el respaldo de un alto porcentaje de empresarios. Tiene a su favor al sector importante de las PYMES y como soporte central, la confianza del pueblo mexicano, que piensa que se está trabajando correctamente.
Los partidos políticos opositores, opuestos a todo cambio que limite sus aspiraciones a futuro, no cuentan. Están por desaparecer en el 2021. La sociedad mexicana se cansó de sus mentiras y engaños cotidianos. Ya no cuentan para los planes futuros del país.
Quienes sí deben rectificar su modo de pensar y actual, son los empresarios que aún sueñan con que el gobierno retome el camino económico que se vivió durante el neoliberalismo.
Eso no va a pasar. No hay vuelta al pasado.
Por su propio bien, deben repensar su actitud. No están aportando algo positivo para salir de la crisis.
Al final, los grandes perdedores serán ellos, por encontrarse solos, sin respaldo social y tercos en impulsar una propuesta económica que no es compatible con la nueva visión de país que quieren los mexicanos.
Los partidos políticos de la derecha desaparecerán en cuestión de meses, pero la clase empresarial debe adaptarse a los cambios que se viven.
De no hacerlo así, acompañarán a panistas, calderonistas, perredistas y priistas, en su último viaje por la ruta de la extinción.
Que tomen ejemplo de los pequeños empresarios que, sin mucho hablar, están dándolo todo por México.
Malthus Gamba