Pocos se habrán dado cuenta, pero es un fenómeno interesante el que se está dando en este momento, en el panorama político.
La oposición, manejada al estilo personal de Claudio X González, sabe que carece de cuadros atrayentes, o medianamente presentables para conseguir inclinar el voto social en favor de los candidatos reaccionarios que competirán por puestos de elección, en varios estados del país.
Los dirigentes del PRI, PAN y PRD, son cartuchos más que quemados. Nadie atiende sus llamados en apoyo a su causa. Nadie se adhiere a la condena en contra del gobierno del presidente López Obrador, en base a la serie de descalificaciones que lanzan a diario estos dinosaurios en vías de extinción.
Los grupos comandados por Claudio X, han llegado al extremo de inflar con granjas de bots, las cuentas personales de políticos veteranos del pasado neoliberal. Personajes sin carisma, sin atractivo particular, se convierten de la noche a la mañana en “influencers” que cuentan con miles de seguidores.
Ahí están Mario di Costanzo, Morales Lechuga, Max Kaiser y muchos más, que dan la apariencia de ser voces de prestigio en redes sociales.
Como si las generaciones de jóvenes en el país, sintieran algún tipo de afinidad, con personajes relacionados directamente con la corrupción reaccionaria.
Pero no hay más. La pobreza en la clase política conservadora es alarmante.
Sus piezas de nuevo cuño, como Ricardo Anaya, Marko Cortés, Jorge Triana y Colosio hijo, quizá tengan un historial menos extenso. Pero la suciedad en sus expedientes no le pide nada al de los viejos neoliberales.
Lo que he señalado como situación que llama la atención en este momento, es que, a unos meses de que se verifiquen procesos electorales en seis entidades federativas del país, no son los políticos los que están impulsando la campaña en favor de la causa conservadora.
Claudio X González ha mandado a los periodistas que trabajan por pago, en favor de la causa reaccionaria, a realizar el trabajo de convencimiento que en procesos electorales anteriores, asumían los candidatos y las cúpulas de los partidos PRI, PAN y PRD.
Ver a Carlos Loret de Mola enfrascado en una guerra de lodo, para restarle respaldo social al presidente López Obrador y con ello debilitar al partido político Morena, es algo novedoso. Inusual en la vida política del país.
Atestiguar como esa vieja clase política, en unión con lo peor del gremio periodístico nacional, se unen en Twitter para respaldar las mentiras que difunde Carlos Loret de Mola, es también un hecho inédito.
El tiempo está encima. El 5 de junio se verificarán estas elecciones y no hay movimiento político significativo, dentro de las filas opositoras.
Al parecer, Claudio X González y las demás cabezas del movimiento reaccionario, decidieron hacer caso a los consejos que hace tiempo diera Carlos Alazraki a personajes del calibre de Roberto Madrazo.
“La estrategia recomendada para ganar, debe estar basada en el trabajo de mercadotecnia que impulsen los medios de comunicación. Y no se trata de campañas publicitarias. El enfoque debe estar en la propaganda y mientras más se mienta en contra de Morena, los beneficios para la oposición serán mayores”.
Sino con estas palabras, el video en el que platican Madrazo y Alazraki, expone la misma idea que menciono.
Así funciona la guerra de lodo contra AMLO y morena.
¡Fuera máscaras! pic.twitter.com/w0igfholqE— SinLínea.Mx (@SinLinea_Mx) February 16, 2022
La farsa preparada en contra de los hijos del presidente López Obrador, no alcanzó los niveles de escándalo que los conservadores esperaban. Y eso que el coro de los comunicadores, conocidos anteriormente como “chayoteros”, insistieron sobre el tema mañana, tarde y noche.
La mentira preparada por la organización de Claudio X González y difundida por Loret de Mola y Carmen Aristegui, necesitaba forzosamente, un campo despejado para poder impactar con toda su fuerza, en el ánimo social.
Y todo se preparó para que las cosas sucedieran de ese modo.
Lo que no pudieron prever los adivinos y profetas del conservadurismo, fue la respuesta que desde Palacio Nacional, les daría el presidente López Obrador.
Señalar a Loret de Mola como el personaje siniestro que es. Hablar de los vínculos de Latinus con los políticos priistas que tienen intereses económicos en la venta de medicamentos. Dar a conocer que Carlos Loret percibe un salario anual, superior a los treinta millones de pesos y que existen periodistas, en el entorno conservador, que ganan diez veces más que Loret. Todo eso aunado y repetido durante tres o cuatro días, dio al traste con la campaña de propaganda preparada por la gente de Claudio X.
No hubo pruebas sobre el supuesto conflicto de intereses, en el que se decía incurría el hijo mayor del presidente, al rentar una casa por espacio de un año, a una persona que laboraba en una empresa con contratos de hace muchos años con Pemex.
Esta estrategia política, donde se pone al frente de las batallas a los comunicadores y medios controlados por los grupos reaccionarios, no ha tenido efecto alguno.
Y lo que es peor. Desgasta innecesariamente a una clase periodística, que de por sí había perdido audiencia, por su clara inclinación a mentir, a ocultar y a maquillar la verdad.
Vamos a entrar a marzo en unos días y tanto candidatos, como dirigentes políticos, prefieren seguir en la sombra.
En el Congreso de la Unión se han dado duras batallas, entre los diputados y senadores que respaldan a Loret de Mola y al neoliberalismo y aquellos otros que están a favor del presidente y que en este momento, son mayoría.
Antares Vázquez en el Senado y Fernández Noroña en la Cámara de Diputados, son dos de los oradores que se han fajado en serio, desenmascarando las mentiras que defienden las fracciones opositoras.
En ese campo de la política, el grupo de Morena ha sacado la mejor parte. Fuera de los gritos y shows de Lilly Téllez, la pobreza en el discurso de Kenia López Rabadán, o la histórica falta de recursos de Xóchitl Gálvez, poco tiene que ofrecer la representación parlamentaria opositora.
Hacer política con Loret, le va a pasar factura a Claudio X González en los próximos procesos electorales.
Ya no hay tiempo y ni una sola pluma, pudieron quitarle al gallo de la Cuarta Transformación.
Seguir los consejos de Alazraki, fue una pésima idea.
A la sociedad mexicana ya no se le engaña con facilidad. Y la prueba de ello, será constatada por Claudio X González y sus grupos reaccionarios, con una lluvia de derrotas que se les vendrán encima.
Falta muy poco para constatarlo.
Malthus Gamba