Por: @l_errante_
El 6 de mayo, el fiscal Gertz Manero inició su conferencia por los 100 días de su gestión diciendo que “…desde la Constitución de 1917 hasta estos últimos años la Procuraduría General de la República y el Ministerio Público Federal estuvieron vinculados a un modelo de procuración de justicia, fundamentalmente, al servicio de los intereses del poder y en contra de los derechos de las grandes mayorías de este país”. Las palabras del Fiscal no son menores, cuando México fue gobernado por un partido autoritario y antidemocrático como el PRI y después por un partido de derecha, como lo es Acción Nacional, que comenzó la guerra contra el narcotráfico para legitimarse ante el fraude electoral que llevaron a cabo.
A más de dos meses del mensaje del Fiscal Gertz Manero contra aquel viejo modelo de justicia que era sólo en beneficio de la élite; ésta comienza a ser acorralada y llevada poco a poco a juicio. Recientemente, el expresidente Salinas de Gortari, padre del neoliberalismo mexicano y principal personaje que desmanteló a México, comienza a ser tocado, no en forma directa pero si a través de su hijo, Emiliano Salinas, vinculado al criminal y violador -ahora condenado- Keith Raniere, así como el caso donde el empresario Sergio Hugo Bustamente Figeroa denunció que tanto Salinas como EPN, entre otros, “eran los verdaderos propietarios de Libertad Servicios Financieros”, caja usada supuestamente para triangular dinero y, posiblemente, usarlo en campañas político-electorales, sostiene la averiguación de la FGR.
El último caso llevó a la detención del famoso abogado, Juan Collado, defensor de políticos corruptos como Carlos Ahumada, Diego Fernández de Cevallos, Raúl Salinas de Gortari, Mario Villanueva Madrid, este último fue preso por vínculos con el narcotráfico. También, el abogado Collado es amigo del expresidente EPN, con quien llevó a cabo su divorcio con Angelica Rivera, y del líder sindical charro Romero Deschamps, ambos estuvieron en la boda de la hija de Collado. En su detención y frente al Juez, el abogado Collado “se sintió mal, tuvo espasmos y una ligera parálisis facial”, sostuvo el reportero Arturo Ángel, aquel abogado paso de sonreír en las fiestas a paralizarse.
Por ello, no es menor que el prominente abogado de la élite, Collado, se haya sentido mal y hasta haya tenido que estar presente su médico particular, tal cual como si una persona corrupta, que otrora estuvo cobijado por el poder, de pronto se encontrara desnuda frente al aparato de Justicia. No es menor que el abogado tenga miedo y mande traer un ejército de abogados para tener un poco de atención ante la soledad de aquellos ricos y poderosos que lo cubrieron, así lo sostuvo Bustamante en su denuncia ante la FGR; es bueno que tenga miedo, que lo sienta recorrer por su cuerpo hasta el grado de paralizar una parte de éste. Tal vez puede que en ese momento de terror piense en el daño que le ha hecho a un país que ha anhelado justicia. Tal vez pueda darse cuenta que él ha sido un pilar para sostener el modelo de justicia obsoleto que el Fiscal Gertz Manero señaló y criticó. Ojalá tenga miedo y pueda transmitirlo a sus cercanos, a aquellos que defendió y que tanto daño le han hecho a México.
Los cargos que le imputan al abogado no son menores: delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita; pero ¿quiénes integrarían su red de delincuencia? Si se hace referencia a “recursos de procedencia ilícita”, entonces, el dinero no es de él ¿y de quién es? Vender un inmueble en 156 mdp cuando su valor comercial era de 700 mdp parece ser una estupidez para la mentalidad del capitalista; no obstante, no hay tal estupidez cuando entre los dos dueños iniciales uno de ellos roba al otro, miente para extraer una riqueza mayor, en donde no está sólo sino cobijado por abogados, contadores, políticos… toda una red delincuencial que se ha hecho de dinero gracias al sudor y sangre de otros: el capital sólo puede vivir a expensas de los demás.
La elite se encuentra paralizada frente a los nuevos tiempos que vive México. Ahora, hay diversos flancos abiertos contra ellos como la orden de aprehensión contra Mario Marín, exgobernador de Puebla, Kamel Nacif, empresario, o los casos más recientes en contra de Lozoya y su familia por el caso Odebrecht o el proceso que se está dando contra el propio César Duarte donde un juez federal ordenó su aprehensión o, también, el caso de Javier Duarte quien mencionó, a través de una carta, que sobornó a la otrora PGR. No obstante, tanto Lozoya como Javier Duarte deciden poner sobre la mesa de la Fiscalía las cabezas de los funcionarios de la pasada administración a cambio de un trato especial.
No hay duda que la élite comienza a tener miedo, y eso bueno. Ellos deben saber que no tiene más la seguridad que les daba el poder, las instituciones cooptadas por ello. Ellos deben saber que no gobiernan más pese a todo el dinero que robaron a los mexicanos. Ellos deben saber que las cosas han cambiado y que “más pronto que tarde” estarán tras las rejas.
Hasta la próxima