La oposición y la OEA: ¿Por qué sería peligrosa la injerencia del organismo internacional?
Textos y Contextos
Por: Miguel Alejandro Rivera
@MiguelAleRivera
En el contexto de las campañas electorales, los dirigentes de Movimiento Ciudadano y el Partido Acción Nacional, llevaron su voz hasta la Organización de Estados Americanos (OEA) para quejarse de la injerencia que, a su criterio, está teniendo el presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso que terminará el próximo 6 de junio.
“Todas las mañanas, desde Palacio Nacional, haciendo uso y abuso de los recursos públicos, pareciera más el jefe de campaña del partido de Morena que jefe del Estado mexicano. Y aquí en nuestro país eso no se puede, está claramente prohibido”, dijo al respecto Marko Cortés, dirigente nacional del PAN.
Por su parte, el propio mandatario mexicano ha dado respuesta a estas posiciones: “Eso ya lo saben en la OEA, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en todos lados. No vamos nosotros a permitir una actitud injerencista, México no es colonia o protectorado”, sostuvo el mandatario en su conferencia matutina del pasado 20 de mayo.
Pero, ¿Qué implica la injerencia de la OEA en un proceso electoral de un país soberano como México, qué busca la oposición al llevar sus quejas hasta esas instancias?
Dentro de la disciplina social de las Relaciones Internacionales existen dos grandes vertientes que nos ayudan a comprender las dinámicas en el concierto de las naciones: el Realismo Político y el Idealismo Político.
El Realismo Político tiene su fundamentación en filósofos como Thomas Hobbes o Nicolás Maquiavelo, quienes sabemos, dotaban en sus preceptos de enorme poder al Estado o a la autoridad central para la estabilidad de una nación. Surge en la década de los treinta del Siglo XX, mayormente en los Estados Unidos, y el contexto que tenemos entonces es el de una pos guerra de la cual la gran mayoría de países europeos no podía levantarse, más aún luego de la crisis económica de 1929.
Gran base del Realismo Político es también la existencia de contrapesos en el poder internacional, por lo cuales se mantiene una especie de orden bajo una tensión similar a la que se agravó en la época de la Guerra Fría, es decir: “no conozco a totalidad las potencialidades de mi enemigo, por lo que mantengo mi arsenal en alerta, pero no provoco un caos que después no logre controlar”.
Bajo esas tensiones se mantiene el orden, según el Realismo; sin embrago, hubo otros teóricos que apostaron a la filosofía humanista, a los principios de la Revolución Francesa, y a la esperanza de que el ser humano pudiera hacerse cargo de forma responsable de otros seres humanos. Así surge el Idealismo Político, como lo dice su nombre, una utopía internacional en la que los países puedan llegar a acuerdos.
Si bien es cierto que esta concepción viene de los catorce puntos de Woodrow Wilson (1918), su auge tiene lugar y tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, donde los líderes mundiales pensaron en estrategias para evitar que de nuevo se diera un conflicto armado de escalas mundiales, provocado, por ejemplo, por algo tan desastroso como un holocausto. Así, en el ideario de las potencias, lideradas por el gran vencedor de la Guerra que fue Estados Unidos, surgen instituciones como la Organización de las Naciones Unidas, que tenía su precedente en la Liga de las Naciones; el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otras varias, incluyendo la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según información oficial: La OEA fue creada en 1948 cuando se subscribió, en Bogotá, Colombia, la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951 (…) La Organización fue fundada con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta, “un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”.
Sin embargo, las instituciones creadas después de la Segunda Guerra Mundial: ONU, FMI, BM y la propia OEA, no son ni de lejos el camino al Idealismo Político para garantizar la igualdad y la paz entre las naciones; más bien, se trata de instancias desde donde las potencias occidentales mantienen su poder en los países en desarrollo.
Para comprender el peligro que representa la posible injerencia de la OEA, cosa que quiere la oposición, basta mirar a Bolivia, donde más de treinta personas murieron luego de que dicho organismo internacional, apoyara abiertamente el golpe de Estado contra Evo Morales, cuyo partido volvió al poder gracias al voto de la gente en las urnas. Lo que en México busca la derecha es desestabilizar a cualquier costo, simplemente para tener de nuevo el control en sus manos.