La nueva derecha y los tres chiflados
En las elecciones que se han celebrado desde 2018, la mayoría del electorado ha optado no solamente por apoyar un proyecto incluyente, que está dando resultados a la altura de las expectativas de quienes han decidido a su favor en las urnas, sino también lo hicieron en contra del proyecto que ellos representan, el cual gobernó durante 4 décadas en forma sectaria, otorgándole privilegios a pequeños grupos de poder económico, despilfarrando el dinero del erario, actuando desde una posición clasista que despreció a la mayoría, inundó de corrupción la vida pública y perdió el control de la administración.
A diferencia de lo anterior, la mayor parte de la minoría que aparenta apoyarlos todavía, no desaprueba al gobierno actual por estar de acuerdo en la forma de gobernar de las administraciones anteriores, sino por una aversión irracional en contra de la inclusión de la mayoría en los beneficios del desarrollo, motivada fundamentalmente por la propaganda masiva que los oligarcas diseminan profusamente a través de los medios convencionales y las redes sociales.
De tal suerte que hoy no son los políticos que antes controlaban el gobierno, los que tienen mayores niveles de popularidad entre los partidarios de la oposición, sino algunos personajes patéticos cuya actividad fundamental es insultar y denostar al gobierno actual; para ejemplo ahí tenemos los altos niveles de preferencia electoral de la que gozan Lilly Téllez o Xóchitl Gálvez, muy por encima de la que tienen políticos de muchos años como Santiago Creel y Beatriz Paredes.
La incapacidad que han demostrado durante 5 años para plantear propuestas coherentes, que le den la oportunidad a quienes los apoyaban de votar por algo y no solo de hacerlo en contra a lo tonto, ha dado como resultado que muchos de los que votaron por ellos en 2018 hoy ya no tengan la intención de hacerlo. Así las últimas encuestas de preferencia electoral, revelan que los 3 partidos principales de la oposición que se unen en la actualidad al amparo de nuevos nombres y marcas como Va Por México, Unidos y la Nueva Derecha, hayan perdido la intención del voto de más de la tercera parte de quienes sufragaron a su favor en 2018.
Y sin embargo, a pesar de que sus niveles de apoyo siguen disminuyendo en forma constante, parece que la que hoy se ostenta como Nueva Derecha, ha decidido, ya sea por estrategia o incapacidad, declinar la oportunidad de plantear un proyecto que pueda representar una alternativa lógica para la mayoría y se van a seguir concentrando en el intento de sabotear el único proyecto de gobierno que existe, que además está dando resultado positivos para el país, actuando literalmente como los 3 chiflados, mientras apuestan a que el odio crezca aunque su base votante disminuya.
Como dijo el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams: “El odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia”.