Por. Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez
El pasado viernes en su conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador, informó que envió al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y que además implicaría que el Estado sea el encargado de la extracción de litio del subsuelo del país. La iniciativa de reforma constitucional otorgaría el 54% de participación a CFE y el 46% a la iniciativa privada. También se contempla la desaparición de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Este martes López Obrador dijo que, con la iniciativa para fortalecer a la CFE mediante la reforma eléctrica, el PRI tiene la “oportunidad histórica” para definirse si sigue con el camino del “salinismo” o retoma el camino del expresidente Cárdenas. El bloque obradorista en la Cámara de Diputados necesita de los votos de otras fuerzas políticas para alcanzar la mayoría calificada para la aprobación de la iniciativa constitucional. El guiño de AMLO al partido tricolor coloca al priismo en una encrucijada: apoyar o rechazar a la 4T en esta Legislatura.
Por su parte, el coordinador de los diputados del PAN, Jorge Romero, advirtió que si el PRI apoya la iniciativa de reforma eléctrica se acaba la colación político-electoral ‘Va por México’. “Estamos al borde, porque una alianza se mantiene con hechos, no con dichos”, recalcó el legislador panista. El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas respondió al ultimátum de Acción Nacional y dijo “al PRI no lo presiona nadie, ni el gobierno, ni nadie”.
Los orígenes del partido tricolor se remontan a 1929, fundado el 4 de marzo por el Jefe Máximo, el Gral. Plutarco Elías Calles, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) inició la vida institucional del país, en un entorno de pugnas posrevolucionarias que culminaron con el asesinato de Álvaro Obregón en el sur de la Ciudad de México. En el PNR se aglutinaron diversos partidos regionales formando una estructura sólida durante el maximato -período caracterizado por la influencia del Gral. Calles en las decisiones políticas de 1928 a 1934- hasta la llegada del Gral. Lázaro Cárdenas Del Río a la presidencia, el cambio de reglas institucionales del partido y sus políticas sociales provocó una ruptura con Plutarco Elías Calles, quién tiempo después salió exiliado del país. La destitución de varios integrantes callistas en el gabinete de Cárdenas, así como la de algunos gobernadores pusieron fin al maximato y al inicio del cardenismo. Los cambios estructurales dentro del PNR y la adhesión de organizaciones campesinas y obreras iniciaron la conformación del Partido de la Revolución Mexicana (PRM).
Los cambios más importantes durante los inicios del PRI fueron la expropiación petrolera con Lázaro Cárdenas y la nacionalización de la industria eléctrica con Adolfo López Mateos. Durante la década de los 80 y con las profundas crisis económicas del país, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari dieron un giro y empezaron las privatizaciones de las paraestatales: Telmex, Altos Hornos de México, Imevisión y la banca nacional. López Obrador pone el tema en la discusión y coloca al priismo en una disyuntiva: Retomar su ideología que adoptó en el cardenismo o continuar en la misma línea del neoliberalismo.
La debacle priista en 2018 colocó al partido en una posición vulnerable, pasó de ostentar la Presidencia de la República a ser la tercera fuerza política a nivel nacional. Las bases del tricolor exigen un cambio profundo del Revolucionario Institucional. La respuesta de las élites que controlan al PRI fue una alianza con el partido antagónico durante el siglo XX, Acción Nacional. ‘Va por México’ no logró hacer frente al bloque obradorista en las pasadas elecciones, no obtuvieron el control de la Cámara de Diputados y perdieron la mayoría de las gubernaturas que se disputaron.
Más allá de una ideología, el PRI de las tres últimas décadas responde a un pragmatismo político y actúan de acuerdo con sus propios intereses, no es descabellado pensar que los diputados priistas le darán la mayoría calificada a la 4T, algunas reformas constitucionales que se aprobaron en la anterior Legislatura fueron apoyadas por sectores del priismo. López Obrador ha mantenido una relación cordial e inclusive cercana con algunos gobernadores del PRI: Alejandro Murat de Oaxaca, Alfredo del Mazo del Estado de México y Omar Fayad de Hidalgo.
¿Qué podría ofrecerle AMLO al priismo para que lo apoye con la aprobación de la Ley Eléctrica?, ¿cuál sería la moneda de cambio?. Posiblemente el partido tricolor buscará algunas cuotas de poder en ciertas posiciones estratégicas para ellos, pero pondrían en riesgo el apoyo que han recibido de las clases medias anti obradoristas y de la clase empresarial que representa Claudio X. González. También podrían reencontrase con sus bases más nacionalistas y que proponen una transformación en el partido.
En caso contrario, si el PRI le niega sus votos en el Congreso a Morena y sus aliados, podría venirse un vendaval desde el poder, con una serie de investigaciones por parte de la Fiscalía o de Hacienda a funcionarios que operaron políticamente en contra de la iniciativa de reforma constitucional. El efecto sería positivo para la alianza ‘Va por México’ con un frente sólido en contra de las propuestas del Presidente y pensando en 2024.
El PRI se encuentra en uno de los momentos más decisivos de su historia. ¿Qué camino tomará?.