La economía “desde abajo” en la Cuarta Transformación
Los gobiernos neoliberales, nos hicieron creer por décadas, que la clave para sacar adelante al país y dar bienestar a la mayor parte de los mexicanos, residía en crear un casta privilegiada, poseedora de la riqueza nacional, la cual, en medio de un esplendor y lujo desmedido, dejaría caer a las clases menos favorecidas, las migajas del gran banquete que se estaban dando, aprovechando el trabajo de los millones de mexicanos laboriosos, que satisfacían su deseo ilimitado de riqueza.
Esas migajas que beneficiarían a millones de ciudadanos, jamás llegaron a las clases desfavorecidas. La ambición de los conservadores es inmensa y ni las migajas estuvieron dispuestos a compartir con el resto del pueblo mexicano.
La crisis de la economía nacional, que trae como consecuencia inestabilidad en todos los demás terrenos de la vida social, fue enorme. El modelo de los tecnócratas neoliberales fracasó estrepitosamente y aunado a la corrupción que acompaña siempre a los proyectos de la derecha en cualquier parte del mundo, significó para el país, la pérdida de gran parte de su patrimonio nacional y el empobrecimiento de su clase media, así como la caída en la pobreza extrema de millones de mexicanos.
Esa política no podía continuar por más tiempo en el país y fue en buena medida, la causa de que en las pasadas elecciones federales, los ciudadanos votaran por un cambio radical en materia política y económica.
La llegada de López Obrador a la presidencia de la república, así como su política y gobierno de Cuarta Transformación, significan un cambio histórico, donde la perspectiva de desarrollo, da un vuelco radical y significativo.
El proyecto de nación que se construye, da prioridad al beneficio de las clases más necesitadas y al desarrollo de las pequeñas y medianas industrias. Ya no se espera la lluvia de migajas que prometían los conservadores. La aplicación de esta nueva política, destina recursos directos a los más desfavorecidos y a los emprendedores que no pueden acceder a créditos de parte de la banca privada, que no los considera sujetos confiables.
¿Cómo pudimos vivir por década bajo el espejismo de que para que nuestro país saliera adelante, era preciso crear una casta privilegiada, que nos regalaría las sobras del banquete?
Visto hoy en día, ya en tiempos del gobierno del cambio, parece irracional haberse prestado, por falta de conocimiento e información, por desidia, o por credulidad, a un engaño que nos costó la pérdida del bienestar que pudimos haber alcanzado sin neoliberalismo.
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente de la república, que no descansa los fines de semana y se presenta a realizar sus actividades aún encontrándose con problemas de salud, nos dio cuenta de lo avanzado hasta hoy, en el Programa de Tandas para el Bienestar.
Nos enteró de que la micro, pequeñas y medianas industrias, son generadoras de más del noventa por ciento de los empleos que existen en el país. No son las grandes corporaciones las que dan trabajo a los mexicanos. Las pequeñas fábricas, industrias y comercios, son quienes en realidad proporcionan empleo a los mexicanos.
Nos informaron que la tercera parte del producto interno bruto anual, es aportado por este sector de pequeños empresarios.
Por eso, a diferencia de lo que se hizo en tiempos conservadores, el apoyo a los pequeños y medianos emprendedores se encuentra en curso, con créditos que no generan pago de intereses y al que tienen acceso actualmente trescientos cincuenta mil solicitantes.
Uno de los datos importantes que hoy proporcionó el gobierno de la Cuarta Transformación, es que la demanda de este tipo de créditos, fue de siete millones de solicitudes. Esto puede dar una idea clara de la aceptación que las nuevas políticas económicas que impulsa la Cuarta Transformación, tienen entre la clase media y pobre en nuestro país.
Este tipo de créditos, arrancan con un beneficio de seis mil pesos a cada solicitante aceptado. Al liquidar el primer apoyo, se hace acreedor a un segundo por diez mil pesos y al finalizar el pago del mismo, puede obtener un tercero por la suma de quince mil pesos.
López Obrador señaló que se fortalecerá el programa de tandas, hasta alcanzar la cobertura nacional que requiere el país.
La meta sería entonces, impulsar el desarrollo de este sector, otorgando créditos a todos aquellos que soliciten el beneficio.
En los tiempos que corren, la sociedad mexicana se ha quitado la venda de los ojos, para darse cuenta que no son migajas lo que debe esperar de un gobierno democrático. La obligación de quienes manejan los recursos del país, es otorgar igual atención a grandes empresarios y a quienes manejan negocios de menor tamaño, pero también generan empleo y bienestar para el país.
Los programas sociales que impulsa desde hace diez meses la Cuarta Transformación, han generado un clima de confianza de parte de la sociedad mexicana hacia su gobierno. Es claro que el rumbo de México es otro. Ya no se trata de beneficiar a pocos, en base a la pobreza de muchos.
Hoy, cualquiera puede apreciar que el piso es más parejo. Los recursos públicos se utilizan de manera razonada, sin relegar a determinados sectores, para beneficiar a un pequeño grupo de favorecidos.
Las tandas para el bienestar, son uno entre varios instrumentos de beneficio social que implementa el gobierno del cambio, para que los recursos económicos lleguen directamente a quienes verdaderamente los requieren.
Apostar a un desarrollo nacional integral, donde todos estemos incluidos, es una novedosa manera de gobernar, que genera confianza entre los mexicanos y despierta esperanza en otros países que ven actualmente al gobierno de México, como modelo a seguir.
A diez meses de haber iniciado su gobierno, López Obrador y el equipo de trabajo que lo acompaña, dan fe de que hay un plan nacional firme y acertado, para sacar adelante al país en el mediano y largo plazo.
Son diez meses y ya se ven resultados. Falta un poco más de cinco años de trabajo intenso, que con seguridad, beneficiará, con sus buenos resultados, a todos los sectores sociales en el país.
Y el presidente no descansa un solo día. No juega al golf, no asiste a fiestas donde se bebe, ni descansa en su lujoso rancho.
El ritmo de trabajo de López Obrador, es impresionante. Pero solo así se saca adelante a un país.
Tenemos presidente.
Malthus Gamba