El día de ayer, el Presidente López Obrador anunció que para octubre de este año, toda la población susceptible de recibir vacuna contra el COVID-19 y que desee hacerlo, va a estar inmunizada con por lo menos una dosis.
Hay que tener en cuenta que el ritmo de vacunación es directamente proporcional al de recuperación económica y así está sucediendo. La vacunación va avanzando en forma satisfactoria y acelerada y de igual magra lo está haciendo la actividad económica del país.
De hecho ya algunas instituciones financieras y bancarias están corrigiendo sus pronósticos de crecimiento para 2021 para la economía mexicana, que comenzaron calculando en 4.3% y que ahora están ubicando en 5.9 anual, basados entre otras cosas en el avance que está teniendo el proceso de inmunización de la población y en la expectativa del mismo.
Ayer mismo el INEGI publicó resultados en el crecimiento de la actividad económica de México, que durante la pandemia solamente había registrado crecimiento en las actividades primarias; es decir, aquellas dedicadas a la extracción y a la producción agropecuaria.
Sin embargo, en el mes de abril de 2021, el INEGI reporta un crecimiento de 20.6% de la actividad económica con respecto a su nivel de abril de 2020, en los dos sectores que no habían crecido durante el período de la epidemia; el de transformación, manufactura y construcción, conocido como el secundario y en el sector de los servicios, conocido como el terciario.
El sector secundario reportó un crecimiento superior al 30% en ese período anual y el terciario lo hizo en casi 17%, lo que indica que con el proceso de vacunación en marcha y aumentando su ritmo, la economía comienza a despertar en su conjunto.
Por otro lado, las empresas internacionales calificadoras de deuda, que durante el neoliberalismo eran consideradas entidades capaces de predecir el futuro y de interpretar el oráculo, ayer mismo confirmaron la calificación de México en grado de inversión, sin modificar la que habían otorgado al riesgo país en sus últimas estimaciones.
Adicionalmente a partir de algunos factores técnicos en el mercado internacional, el peso ganó 0.43% en una sola jornada y se colocó en 19:32 por dólar, a pesar de que todos los pronósticos de los opinadores chayoteros contratados por los saqueadores de siempre, habían pronosticado que a estas alturas el valor del peso en relación con el dólar estaría a 35.00.
Recordemos que cuando Peña Nieto dejó el gobierno, el valor del peso era de 20.50 pesos por dólar aproximadamente, lo que implica que en los poco más de dos años de este gobierno y por primera vez en la historia para una inicio de período presidencial, el peso se haya revaluado en 6% en lugar de haberse devaluado, como era costumbre cada vez que cambiaba de titular el poder ejecutivo.
Y todo lo anterior se ha logrado a pesar de no haberse contraído deuda pública adicional, sino al revés, restructurando la enorme deuda que dejaron los gobierno neoliberales, para que a partir de este mismo año, comience a disminuir su nivel en relación con el del Producto Interno Bruto.
Todas estas noticias parecen tener muy decepcionada a la oposición que no cesa de gritar a los 4 vientos lo mal que va el país, intentando confundir a los ciudadanos en vísperas de un proceso electoral a partir del cual, estarían intentando recuperar el control del presupuesto federal para volvérselo a robar como siempre lo han hecho. Qué mal vamos ¿Verdad?
Como diría el bloguista y monje estadounidense Brad Warner: “La decepción es solo la acción de tu cerebro al reajustarse a la realidad, después de descubrir que las cosas no son como creías que eran. “