Por Diego Iván López Miguel
Twitter: @DiegoI_Lopez
El sábado pasado se realizó una manifestación en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La movilización fue convocada por Gilberto Lozano -quien preside el Congreso Nacional Ciudadano- una de las organizaciones que encabeza el Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA). Personas afines al movimiento salieron en sus vehículos en las principales ciudades del país bajo la consigna ¡AMLO vete ya!, ¡Renuncia!
Los automovilistas exigían la dimisión del presidente López Obrador, aparecieron los discursos en contra del supuesto comunismo de la 4T y la comparación con Cuba o Venezuela, los gritos de ¡Dictador!, las arengas de ¡Ya no te queremos!, ¡Estás despedido! con el objetivo de destituir de sus funciones al titular del ejecutivo federal. El número de personas que respondió a la convocatoria fue similar al de ocasiones anteriores, justo en el punto más alto de contagios por el Covid-19.
FRENAAA se hizo visible en días pasados, cuando el ex consejero de Soriana, Pedro Luis Martín Bringas, a través de un video se presentó como el líder del movimiento opositor. Además, aseguró que el Frente Anti AMLO está conformado por empresarios, estudiantes, profesionistas e integrantes de diversos partidos políticos y personas de diferentes clases sociales. Otros miembros conocidos son los periodistas Pedro Ferriz de Con y Ferriz Hijar.
Es importante que se hagan escuchar las voces que no estén de acuerdo con las políticas aplicadas por la administración federal, es parte de la democracia el disentir y el derecho a la manifestación. Organizaciones como FRENAAA tratan de visibilizarse y utilizan principalmente las redes sociales para articularse y así atraer más adeptos.
Aprovechan el momento de incertidumbre provocado por el Covid-19 para mermar la popularidad del presidente López Obrador.
El discurso vacío y sin contenido es el principal problema de la oposición a la cuarta transformación, argumentos que caen en lo risible cuando se le llama “dictador” a un político que manifiesta estar a favor de la libertad de expresión, y lleva año y medio ejerciendo el poder que se ganó de forma contundente y democrática en las urnas; el imaginario del “comunismo” cuando la iniciativa privada nacional y extranjera controla los medios de producción y es el principal motor para la economía. Se cae a pedazos la retórica de la supuesta venezolanización de México.
Los partidos políticos de oposición tampoco representan un desafío para el presidente de la República, tanto el PAN como el PRI carecen de credibilidad. Los escándalos de corrupción y el desvío de recursos públicos les han creado un repudio de la sociedad generalizado. El aumento de la pobreza y la desigualdad que se acentuó en los últimos 30 años también crearon una atmósfera adversa a panistas y priístas, que tendrán que trabajar a marcha forzada para ganar terreno en las elecciones intermedias del próximo año.
La falta de un líder y de un proyecto alternativo nación abonan a una frágil fuerza opositora, no tienen una base social, desconocen o ignoran la realidad del país. Se han olvidado del México profundo, tan saqueado y despojado por décadas; no ven los graves problemas económicos, sociales y de inseguridad que se vienen acumulando desde tiempo atrás. Más que interesarse por el sector de la población más vulnerable han emprendido campañas de desprestigio y anti democráticas que buscan frenar el poder ejercido desde Palacio Nacional.
El frente opositor a la 4T se muestra desesperado, desorganizado e inoperante; la falta de compromiso con la sociedad, un discurso sin contenido propositivo y lleno de rencor y prejuicios hacia la figura presidencial no aportan a su causa. Los altos índices de aprobación de AMLO también son el resultado de una desprestigiada y endeble oposición que no ha logrado encauzar a su favor las principales demandas de los sectores más desprotegidos. Deberán seguir el consejo que les dio el propio presidente López Obrador, organizarse.