Evitar participar en los medios conservadores.
David Vargas Araujo:
@DavidVargasA18
Históricamente los medios conservadores han sido fieles soldados del PRI como decía Emilio Azcárraga Milmo padre de Azcárraga Jean. Pero con la entrada del neoliberalismo como modelo económico, los dueños de los medios de la derecha pasaron de ser soldados, a hacer generales del PRIAN. Se convirtieron en los dueños de México. Haciendo que la clase política reaccionaria sean utilizados como títeres en la toma de decisiones. Los medios conservadores, son los que por años han saqueado y robado los bienes del país, y por décadas dejaron en la pobreza y miseria a millones de mexicanas y mexicanos.
Columnistas, articulistas, periodistas, prensa, radio y la televisión son esa élite que han vivido del presupuesto público, han vivido de los moches, del pago por escritos a conveniencia de los oligarcas. Viven del montaje, de mentir, de fabricar culpables y falsear la información. Ahora, siguen viviendo con dinero sucio de la corrupción de Claudio X González. Ahora, están molestos porque las corcholatas evitaran ir a sus micrófonos. Y entonces, no habrá los millones de pesos para ellos.
Los medios reaccionarios, han estado en contra de la democracia. Han estado a favor de los fraudes electorales. Ahí están los ejemplos del fraude electoral en 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas, López obrador en el 2006 y de nueva cuenta en el 2012. Se dieron rienda suelta ocultando las elecciones fraudulentas, y difundiendo las victorias falsas del PRI y el PAN.
Desde 2018 están demasiados molestos con la llegada de AMLO a la presidencia, y desde entonces, hasta hoy, y lo que falta, seguirán atacando a la cuarta transformación. Los medios conservadores, son parte de la estrategia de la guerra sucia, son ellos los impulsores de los golpes blandos, son los que mediática y judicialmente quieren derrocar al gobierno que fue elegido por el pueblo. Son los enemigos de la voluntad popular y amigos de la antidemocracia y de la imposición oligárquica. Son amigos del clasismo, del racismo y del enriquecimiento ilícito.
Por lo anterior, es necesario evitar que la candidata y candidatos de Morena vayan a sentarse y estar con los reaccionarios. No hace falta. Tampoco hace falta, porque la lucha por el cambio verdadero también es una lucha permanente en contra de ellos. Hoy no hacen falta, porque no se puede estar con los que han pisoteado los derechos de todas y todos. No se puede estar con los reflectores neoliberales que nos siguen maltratado, y que han hecho de la corrupción su forma de vida.
Así que no se puede ir a los estudios de la derecha. Porque no sólo sería una incongruencia política, sino también sería abrazar a los corruptos y violentos neoliberales, en lugar de estar junto al pueblo. Sería estar de acuerdo con los fraudes electorales, y no sólo eso, se estaría de acuerdo con los medios que gobernaron en alianza con la delincuencia organizada.
Pero bueno, las corcholatas tienen la libertad de ir con ellos o no. Pero allá, él o ella que lo haga. Si van, estarán rompiendo los acuerdos que firmaron el domingo, estarán fracturando la unidad que ellos acordaron. Romper la unidad por la ambición del poder no es más que la práctica partidaria a la que hoy el presidente AMLO quiere combatir. Las decisiones acordadas y consensadas consolida el buen caminar de la cuarta transformación.
Si algún candidato quiere estirar la liga, lo puede hacer, pero si lo revienta será una traición, y se tendrá que ir con la derecha autoritaria. Si no la revienta, estará aceptando su derrota sin dividir a Morena, y hacer que la unidad del partido tenga el triunfo electoral en la presidencial de 2024. Mas vale entierrarse los zapatos, que enterrarse políticamente.