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El ‘super peso’ de México callando bocas
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El ‘super peso’ de México callando bocas

El área que mejor dominan los tecnócratas neoliberales, es la económica, según ellos mismos creen.

Dentro de los 36 años de neoliberalismo que vivió México, los especialistas en economía fueron parte importante en la administración pública. Sus decisiones marcaron el rumbo del país, hacia una economía de mercado abierto y globalización.

Gracias a ellos, la intervención del Estado como participante activo en cualquier proceso de producción, o como regulador en áreas consideradas como estratégicas para el país, se debilitó hasta convertirlo en mero espectador del saqueo que realizaban felizmente, empresas nacionales y extranjeras.
Ese “progreso” basado en la Ley del más fuerte, es el legado que recibió la Cuarta Transformación, al finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto. Un progreso inmenso para unos cuantos, a costa de la pobreza de millones de mexicanos.

Sin embargo, la tecnocracia opositora sostiene hasta el día de hoy, que el modelo neoliberal es sostenible y que genera riqueza y seguridad económica y financiera al país.

José Antonio Meade, secretario de Hacienda de Peña Nieto, nos ha mostrado que la capacidad técnica de los especialistas en economía, formados en escuelas extranjeras, es de tal calidad, que les basta una servilleta para hacer el desarrollo de cualquier modelo económico, mientras esperan la taza de café caliente que pidieron a la mesera. Cosa de minutos.
Esos tecnócratas y los medios de información que respaldan a la oposición, anunciaron desde el inicio de este sexenio, que México iba en camino directo hacia un desastre económico, como nunca se había visto en la historia moderna del país.

La política social que pretendía impulsar el gobierno del presidente López Obrador, significaba una especie de Fin de los Tiempos.

Producir en lugar de comprar en el mercado mundial, era un desatino. Dejar que los empresarios marcharan solos, sin el respaldo financiero de “papá” gobierno, una locura. Exigir el pago de impuestos a empresas nacionales y extranjeras importantes, que bastante hacían ya creando fuentes de trabajo, una injusticia. Pretender que el gobierno de Estados Unidos nos reconociera como socios de igual valor, en asuntos relacionados con el comercio y la economía compartidas, era rebasar toda medida de prudencia y arriesgar al país a la cólera del vecino del Norte.
Luego llegó la pandemia de Covid y las advertencias de desastre económico, alcanzaron niveles alarmantes.

Hace unos meses, se da el asunto de la guerra que libran en este momento Ucrania y Rusia, así como las consecuencias que acarrean para todos los países del mundo, el bloqueo y sanciones que Europa y Estados Unidos han aplicado a productos y servicios provenientes de Rusia.

Hay inflación a nivel mundial y muchas economías se han visto afectadas seriamente, por estos problemas que llegaron uno tras otro.

Si los presagios anunciados por los neoliberales derrotados, se hubieran cumplido, México sería en este momento uno de los países más afectados por esta situación mundial. Y tendría que considerarse también como causa del desastre, el modelo social que aplicó el presidente López Obrador.

¿Qué vemos en México en este momento?

Lo mismo que ve la agencia Bloomberg sobre la situación económica en México.

Un peso sólido, como ninguna otra moneda en el mundo.

Un peso que ha resistido los embates y vaivenes económicos, políticos, y financieros.

Un peso mexicano que, como si se tratara de un acto mágico, en lugar de perder valor frente al dólar, se fortalece, ante escenarios catastróficos para el resto de las monedas.
En una artículo publicado por la plataforma Bloomberg, el peso mexicano es calificado como “Super Peso”.

Y las causas que originan esta fortaleza tienen que ver precisamente con lo que los tecnócratas consideran errores graves del gobierno de López Obrador.

No se contrata nueva deuda pública para financiar proyectos emblemáticos. Hay una política fiscal estricta, donde todos pagan y la evasión fiscal se combate con firmeza. Hay confianza en las acciones del gobierno y seguridad para toda inversión extranjera, dado que la corrupción está siendo erradicada del gobierno federal, en una fase primera. Después seguirá el proceso de higiene en los gobiernos estatales y los organismos independientes.

El Super Peso es un imán para la inversión extranjera. Sobre todo para la que antes prefería afincarse en China. Los costos de traslado de mercancías se han elevado, aparte de que se está optando por acercar las fábricas productoras, al mercado más grande del mundo y México es el país ideal, para establecer esas grandes empresas.

El desastre económico anunciado por los tecnócratas del neoliberalismo no se dio. Por el contrario, la moneda y la economía mexicana se mantienen estables, a pesar de las dificultades que en este momento enfrentan todas las naciones del mundo.

Hay un fenómeno inflacionario inevitable. Pero las consecuencias del mismo no son tan nocivas en nuestro país, comparadas con la tragedia que vemos en naciones de Europa, Asia y África, Centro y Sudamérica.

Hoy los economistas reaccionarios, nos alertan sobre la, ahora sí inminente catástrofe nacional, derivada de una posible recesión económica en Estados Unidos.
Según ellos, de esa no nos salvamos. El Super Peso será arrastrado por esa recesión.

Pero Bloomberg y la gente que maneja la política económica y financiera de nuestro país, señalan que la balanza de pagos de México, muestra que existe respaldo confiable y suficiente, para que el Super Peso sortee la crisis en el país vecino, sin demasiado daño.

El Proyecto Transformador del presidente López Obrador, es serio y atrae la confianza del sector inversionista mundial. Hay estabilidad y confianza en el manejo de la economía nacional.
México es visto como un país abierto a oportunidades reales. Confiable y sin los vicios por todos conocidos, que se dieron en los gobierno neoliberales.

La situación del Super Peso mexicano es considerada como “atípica” por los especialistas de Bloomberg.

En el periodo neoliberal, con el modelo corrupto que movió la economía y las finanzas en el país, el peso estuviera en estos momentos devaluado escandalosamente.
Los tecnócratas nos hubieran conducido al infierno que anunciaban para otros.

Afortunadamente se dio el cambio en 2018 y el desastre mundial que originaron la pandemia y la guerra, están siendo superados exitosamente.

Tenemos un Super presidente, un Super Gobierno y un Super Peso, que no se achican ante cualquier enemigo interno o externo.

Las crisis pregonadas por la oposición, ya no espantan a una sociedad que tiene su confianza puesta en las políticas acertadas de la Cuarta Transformación.
La razón siempre estuvo con López Obrador.

Malthus Gamba

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