El reinado de Norma Piña

Por: David Vargas Araujo

@DavidVargasA18

Entra a su castillo (SCJN) en dos Suburban negras blindadas, en una va la reina, y en la otra sus escoltas cuidando que no se acerquen los jodidos. Se baja la gran emperatriz con su vestido largo color negro, holgado, amoldado a su cuerpo, mientras hace brillar los hilos de oro que adornan el escote de su espalda y las mangas de sus brazos. Le deja su bolso Chanel a una ayudanta, su 2 iPad y sus 6 teléfonos iPhone se los da a un ayudante.

Camina segura, le hacen una valla para que le muestren el camino al restaurante. Todos se agachan para decirles adelante majestad. Aquí puede sentarse, le comentan. Ella responde, no, mejor en aquella mesa para ver de cerca Palacio Nacional. Pide Champagne Dom Pérignon para abrir el apetito. Le sirven, se queda viendo como sube la espuma, agarra la copa, lo empuña como si fuera un cetro, le toma un sorbo, mira a Palacio Nacional y balbucea: “Me tienes bien encabronada, con eso de primero los pobres. Que no se te olvide, yo también soy presidenta, primero soy yo, y luego yo”.

Suena su teléfono, lo levanta, y escucha: Ministra presidenta tiene su salida hoy a mediodía para Sonora, pero es dentro de una hora. Responde, no te preocupes, llegamos en 20 minutos, nos abrimos pasos con las camionetas. Y no te olvides que nosotros no hacemos filas, no documentamos, tampoco nos revisan nuestro equipaje. No nos juntamos con los demás pasajeros, ni en el aeropuerto ni en el avión. Vamos directos como flechas. Está bien presidenta, como usted diga le afirman.

Enseguida suena su segundo teléfono, es su esposo, y le dice: ¡Como estás mi reina, bien mi rey! le contesta. Fíjate que mi hermano tiene que salir a Veracruz pero necesita la tarjeta para no pagar las casetas y los vales de gasolina. Te lo dejé con mi secretario pídeselos a él. A bien le responden. Oye fíjate que necesito 5 boletos redondos para Cancún. Ve con mi secretaria y ella que te hagan las reservaciones. Bien le dicen. También necesito personal para que organicen la reunión de mi sindicato. Yo te los mando, ve el lugar, la comida, bebidas, las edecanes. Y no se te olvide ir planeando las vacaciones, y lo de la compra de la casa, y el coche que te gusta. Claro mi reina, también veo eso. Bueno, es todo por el momento, te hablo al rato. Si mi rey espero tu llamada.

Así vive Norma Piña y su reinado, en donde el abuso de la toga es la esencia de ese poder corrupto. En donde el exceso es la forma de vida de las ministras y ministros. En donde el derroche es lo que nutre a la corte. En donde el clasismo es el argumento leguleyo. En donde el racismo ha echado raíces. En donde las leyes y la constitución lo retuercen para sacar provecho monetario. En donde el privilegio se ha enquistado, y hoy es un cáncer que es imprescindible extirparlo.

Así viven los que odian al pueblo, y aplauden a los oligarcas neoliberales. Así viven los que se esconden del populacho y abren los brazos a las familias de los narcotraficantes. Viven como reinas y reyes, viven del saqueo al país, del asesoramiento a criminales, viven de la extorsión jurídica. Vivirán hasta que el pueblo les quite su corona, y la SCJN sea elegida por el pueblo.