EL PLANTÓN DE REFORMA (Para jóvenes)
Una frase que da nombre a un libro de Historia de México, escrito por Adolfo Gilly, se apega a la realidad que ha vivido nuestro país, después de la Tercera Transformación nacional. Ese libro fue escrito en el penal de Lecumberri, donde Gilly pasó seis años de su vida, en calidad de preso político. Un argentino que sin tener acceso a las fuentes de información suficientes, utilizó como herramienta básica el materialismo histórico, para dar una interpretación cabal sobre el significado social, económico y político que dieron origen y conclusión a ese gran movimiento del Pueblo.
El libro se llama “La Revolución Interrumpida” y concluye que esa Transformación, quedó pendiente, en virtud de que los grandes ganadores al final de la lucha armada, no fueron las clases campesinas y obreras del país, sino la naciente burguesía, aliada a los poderes económicos de la época, que aceptaron el cambio que dejó obligadamente el movimiento revolucionario. Fue un maridaje entre la vieja aristocracia porfirista, con la clase burguesa que llegaba y que en ese momento estaba representada por los generales que habían sobrevivido a la revolución.
Después de esa revolución, hay un periodo de reacomodo social. Se da el incidente de la guerra cristera. Levantamientos ocasionales en algunas partes del país. Pero poco a poco, el sistema político nacido del conflicto, va tomando las riendas del gobierno y el PRI se consolida como el Partido de Estado, al que Vargas Llosa llegará a calificar como el de “La Dictadura Perfecta”.
Vargas Llosa habló en un programa de Televisa, de la forma en que ese Partido de Estado, aletargó la democracia en el país y el método de compra de voluntades aplicado a la intelectualidad mexicana, para impedir que una oposición pensante, tuviera presencia real en México.
La falta de democracia es en cada sexenio más evidente, al grado de que Ernesto Zedillo se ve obligado a aceptar la “recomendación” del gobierno norteamericano, para dar inicio a una “alternancia” en el poder, que pueda ser calificada como avance democrático. Así llega Vicente Fox a la presidencia y buena parte del Pueblo mexicano espera cambios democráticos de fondo. Hubo felicidad cuando salieron derrotados Francisco Labastida y el PRI en esa elección, pues se suponía que la derrota significaba el final de una etapa de represión, fraude sistemático y férreo control social.
Pero nada de eso ocurrió. El desengañó fue grande. El PAN gobernando, era igual de malo que el PRI. No se dieron los cambios esperados y ese Pueblo que buscaba una vía democrática, entendió que solo dentro de un movimiento de izquierda, podía alcanzarse el verdadero viraje social que se buscaba desde los tiempos de la revolución.
Porque esa necesidad de verdadera libertad y democracia, viene de lejos. Durante la Revolución Mexicana, se buscó el sufragio efectivo, la participación de la gente en la elección de toda autoridad, el voto libre y secreto. Aunado a que el reparto de tierras fue bastante limitado y a que las conquistas obreras tuvieron que se arrancadas al gobierno a cuenta gotas, se buscaba una mayor participación social.
Los movimientos estudiantiles, obreros y campesinos son referentes históricos de esa larga lucha para alcanzar la democracia.
López Obrador es fruto de esa lucha histórica. Inicia joven en la política y va orientando su postura personal en favor de los que menos tienen. Una característica que lo acompañará durante toda su carrera como luchador social, es su honestidad. Y ese factor se convierte en el poderoso imán que mueve a las masas.
En la segunda ocasión en que hace el intento por alcanzar la presidencia del país, el poder del Pueblo que lo acompaña, esta lo suficientemente maduro como para enfrentar con posibilidades reales a lo que en la práctica se ha convertido en la alianza PRI-PAN. La alternancia ha demostrado ser una vacilada que engañó por poco tiempo, pero que ya sin máscara, es repudiada.
Todo apunta a un triunfo de López Obrador. Las encuestas favorecen su propuesta política. Las movilizaciones y actos públicos son multitudinarios. Incluso los medios masivos de comunicación no tienen más alternativa que abrir sus espacios al candidato puntero en las encuestas.
Pero a dos meses del proceso de votación, el panorama cambia. Calderón comienza a ganar terreno, según las casas encuestadoras y los medios masivos de comunicación. Vicente Fox reconocerá años más tarde, que su gobierno hizo hasta lo imposible para que López Obrador no llegara al poder. La inyección de recursos a la campaña del panista fue escandalosa, así como el dinero gastado en la guerra sucia en contra del candidato de izquierda, que tenía como base el eslogan publicitario “AMLO es un peligro para México”.
Con todo, el margen de diferencia en el resultado final, fue de tan solo un 0.58% en favor de Calderón, según la validación oficial del Tribunal Electoral.
“La bala nos pasó rosando” dirá un poderosos empresario, después de la elección.
El malestar social era evidente. Había contingentes numerosos en la Ciudad de México y en otros puntos del país. La posibilidad de un desenlace violento era alto.
Cuando la gente hace justicia por su cuenta, no solo se cobra los agravios del momento. Se hace pagar al opresor por todas las vejaciones sufridas por abuelos, padres, hermanos e hijos incluso. La historia está llena de pasajes reivindicativos, que en algunos casos, no dejan piedra sobre piedra.
López Obrador tiene la obligación política de impedir el derramamiento de sangre y la represión por parte de las autoridades.
Así se da el gran Plantón de Reforma, que durará 47 días.
Es una protesta fuerte, con la que inicia su mandato el espurio Calderón. Un desahogo social, que bloquea la arteria principal de la capital. La calle que mandó construir Maximiliano, para los recorridos de su esposa, la emperatriz Carlota. La avenida donde se ubican las residencias de los personajes más poderosos del país.
El Pueblo acampado en el corazón mismo del poder político y económico.
¿Qué deja ese plantón como legado?
La constancia del poder de la movilización. La conciencia del poder del Pueblo. La fortaleza de la Lucha Social.
Es el antecedente que llevará dos sexenios después, cuando se fortalece en definitiva la lucha social, a un López Obrador con toda la experiencia del mundo, a la presidencia del país.
Es uno de los antecedentes importantes del Movimiento de Regeneración Nacional. La continuidad de la Revolución Interrumpida.
El acceso definitivo a la democracia, que deberá ser defendida a diario.
Ese Plantón de Reforma, es una página de la historia que escribe el Pueblo de México, saliendo de una derrota electoral, que se convierte en punto de arranque para el combate definitivo que se verificará en el 2018.
Hoy en la conferencia mañanera, el presidente López Obrador vuelve a recordar ese episodio histórico, remarcando el hecho de que el cambio social puede y debe lograrse de manera pacífica, basándose siempre en el espíritu de lucha de un Pueblo al que los grupos conservadores, ya no pueden manipular, ni engañar.
La Transformación avanza en su Cuarto movimiento.
Malthus Gamba