El PAN se esfumó en Tamaulipas
Parece que para la oposición se está volviendo normal dejar tirada la administración de un estado, mientras que esto pasa totalmente desapercibido para los medios de propaganda, capaces de armar un tremendo escándalo y magnificar cualquier tontería siempre que involucre al gobierno de la 4ª transformación.
La primera vez que un gobernador saliente no se presenta a entregar el estado formalmente, sucedió en Michoacán con el delincuente de Silvano Aureoles del PRD, que dejó un quebranto de 50 mil millones de pesos, desapareciendo como cualquier raterillo común del crimen organizado que abandona la plaza en su huida.
Siendo el PRD un partido que ha perdido su registro en más de la mitad del país, que ya prácticamente no representa a nadie y tomando por hecho que no se presentaría para evitar el riesgo de ser detenido, el hecho pasó casi sin ser mencionado.
Aunque el caso de Tamaulipas es similar en lo que respecta al personaje, sabiendo que Cabeza de Vaca perdería el fuero y su riesgo de ser aprendido era incluso mayor que el de Aureoles, su ausencia en la toma de protesta del Dr. Villareal era segura. Todo mundo suponía que así sucedería.
Sin embargo en este caso no se trata de un partido prácticamente extinto, sino de uno que a pesar de estar en caída libre se da baños de pureza, defensor de la simulación hipócrita que privilegia las formas por encima de las acciones, representante de la liga de la decencia y del qué dirán.
Su gobernador saliente simplemente se esfumó, dejando al partido haciendo uno de los peores ridículos de su historia, que evidencia 6 años de una gestión desastrosa donde prevaleció el saqueo, el crimen y la ilegalidad. El PAN quedó en una posición vergonzosa como presunto instituto político, que no solo avaló el desempeño de García Cabeza de Vaca, sino que lo defendió hasta con los dientes y justificó todas sus trapacerías hasta el final, intentando hacerle creer a todo el mundo que lo que decían de su precandidato presidencial era una mentira.
Al final para la toma de posesión del gobernador entrante, todos los panistas hicieron mutis, voltearon hacia otro lado intentando desviar la atención con una cortina de humo desplegada por Lord Montajes, sobre el hackeo a los sistemas de computación de las Fuerzas Armadas, que no reveló nada nuevo, pero que les sirvió de excusa para poder hablar de algo mientras en Tamaulipas, su institución quedaba bañada en lodo.
Si bien es cierto que durante los últimos 4 años los panistas han venido perdiendo el estilo, hasta volverse prácticamente imposible ocultar su naturaleza violenta y vulgar detrás de una postura hipócrita de corrección o decencia, porque su desesperación los impulsa a comportarse como lo que son, el lumpen de la sociedad, sin embargo este acontecimiento le coloca la cereza al pastel de la ignominia del PAN, exhibiéndolo como la patraña delincuencial que define su esencia.
Es una vergüenza que ni siquiera se hayan tomado la molestia de designar por ejemplo, a un Roberto Gil Zuarth, que durante 6 años se dedicó a colocar a delincuentes panistas en puestos de gobierno que saquearon a placer al estado, para que por lo menos se presentara en la toma de posesión con un certificado médico que justificara la ausencia de Cabeza de Vaca, lo cual hubiera sido más congruente con la conducta hipócrita de este partido, que defienden a sus secuaces aunque todo mundo sepa que están simulando. Esto contraviene el dicho de “genio y figura, hasta la sepultura”. El PAN está acercándose a la sepultura con su genio, pero sin su figura.
Como dijo el escritor irlandés Oscar Wilde: “Los cínicos conocen el precio de todo y el valor de nada”.