El PAN no entendió el mensaje el 1 de julio de 2018
Por Miguel Angel Lizama
@Migueliz8
El PAN no entendió el voto mayoritario del pueblo de México el 1 de julio de 2018.
Fiel a su talante reaccionario y ultraderechista, lo que queda del PAN empezó a combatir todas las acciones del Presidente López Obrador, aún antes de sentarse en la silla. Más que opositor, ha sido un saboteador de todo cuanto provenga o promueva Andrés Manuel López Obrador o el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, que fundó y encabezó hasta su elección.
Para ello aprovecha los rescoldos de su derrota que aún no alcanza a digerir, con el más puro y rancio conservadurismo medieval de las “buenas conciencias” vestidas de azul y blanco, y las supuestas influencias internacionales de sus dos únicos ejemplares de lo que NO SE DEBE HACER en los cargos de mayor responsabilidad de un país republicano. Se comportaron como jerarcas de una monarquía y así les fue.
Ya dos veces anteriores el PAN había burlado impunemente la lógica y la voluntad popular, mediante calumnias, mentiras y oleadas de dinero público y privado. Por no hablar de las burlas a la Constitución y normas electorales.
Pero hoy que al PAN lo arrolló la voluntad popular, aun cuando presumía que otra vez perdería AMLO (pero ya sin las trampas ni órdenes de Fox y Calderón), persiste en su miopía oligárquica y se proclama opositor a todo lo procedente de López Obrador, sin análisis ni consideración alguna.
Sin medir lo bueno o malo que le pudiera significar al pueblo de México las propuestas de AMLO, lo que queda del PAN sólo se opone irracionalmente para demostrar que aún mueve la patita y sigue respirando, a pesar de la aplanadora que le pasó encima.
El PAN no entiende que sus dos únicos gobiernos presidenciales demostraron plena ignorancia, ineptitud, corrupción, incumplimiento de promesas y menosprecio total al pueblo, mientras se enriquecían groseramente, pues sólo “gobernaron” para los empresarios (según Fox) y “las buenas conciencias” (según Calderón).
Ahí empezó su derrota ante la ciudadanía que consideran tonta y olvidadiza, fácilmente manipulable por la “opinocracia” mediática venida a menos y sólo sostenida por el dinero empresarial. Grave equivocación. No perciben el cambio sociodemográfico en México ni la carencia de credibilidad de sus santones e intelectuales, que no razonan más allá de sus dogmas económicos, empresariales o religiosos
Sus bases de apoyo conservadoras, medievales en pleno siglo 21, aún con olor a incienso y vieja sacristía, no tardarán una vez más en fugarse a playas más soleadas, ante el empuje actitudinal e intelectual de la nueva generación mexicana, harta de burlas y engaños, y muy distante de los púlpitos y confesionarios que aconsejan alejarse del “diablo” (y acercarse a Marcial Maciel, como recomendó el Papa Wojtyla), aunque estos nuevos jóvenes no hacen caso y tienen sus creencias muy personales.
Por el tono y oscurantismo de los posicionamientos con que intenta resistir al mandato masivo de las urnas, el PAN no parece tener en su horizonte un lejano retorno a la supuesta mayoría que alguna vez presumió, a pesar de sus realidades y desmesuras.
Más temprano que tarde volverá el PAN a toparse con la pared de una realidad que dice representar y sigue sin entender que NO LA ENTIENDE. Allá ellos. Con advertencia no hay engaño.