El noble oficio de la charlatanería
Pablo Meléndez
@jpms1500
Las charlatanería de la oposición es el acabose de ciertos prejuicios que se han impuesto en México, la constante arremetida de opinólogos de ocasión por parte del PRIAN es muestra innegable que los estatus como: pensadores de culto o “vacas sagradas”, son títulos nobiliarios carentes de cualquier valor ético o moral.
La Ciencia Política es una disciplina tan antigua como las civilizaciones, el surgimiento del primer colectivo humano se acentuó con el famoso contrato social, cada uno de los habitantes cedió un poco de su poder para que una persona específica asegurara la caza, la cosecha, la dirección del grupo o en dónde sería el mejor lugar para asentarse.
El grupo en su conjunto acordó que uno de ellos (el mejor) haría esta labor y se empezó a discutir qué tanto poder tendría el dirigente sobre sus hombros, desde entonces esa discusión se ha hecho una y otra vez, algunas veces se ha logrado controlar por medio de la democracia, otras veces por medio de la revolución y en otras ocasiones por la desaparición de la nación y su división en múltiples entidades.
El alcance de la Ciencia Política en estas discusiones ha tenido dos formas, la primera como una mera recavación de hechos y análisis de ¿por qué ocurrió? En otras ocasiones como un defensor de sus propios ideales, teniendo en cuenta la historia y los contextos.
Pero hay una trampa en la Ciencia Política, la pregunta que rodea este tema es ¿Quién tiene más derecho a ejercerla? El académico doctoral que ha estudiado la política o el obrero que expresa su malestar ante la injusticia salarial; ¿Denisse Dresser cuyo argumento es, yo sé más porque leí un libro, o la mujer que despreció a Xochitl Galvez para ser usada como imagen política, con un: “no me toque”?
La clase corrupta que en la UNAM (y otras universidades) defienden su privilegio como “vacas sagradas” escondidos bajo la Autonomía de la Universidad o el profesor que le enseña a sus estudiantes que el trabajador es el verdadero dueño de los medios de producción.
La Ciencia Política es un campo muy extraño y abierto a que todos conozcan el origen y necesidad de las formas de gobierno, distinto a otras disciplinas, ya que es perfectamente posible que cualquier persona pueda conocer bien sus derechos y obligaciones, al mismo tiempo, conocer los derechos y obligaciones de la clase política y de los empresarios.
Contrario al discurso de los opinólogos charlatanes de Azteca o Televisa, razón por la cual Xochitl no comprende que al decir públicamente que: “Los pobres no tienen ideas propias” hará evidente que ni ella ni su séquito tiene comprensión de la realidad nacional. Ello la está llevando no sólo ha perder frente a Claudia, sino también frente a Máynez.
Los asesores de Xochitl, (cuestionables) expertos en política y elecciones, le dicen: miente, engaña, baila, inventa cifras, ofende a los pobres, ofende a los adultos mayores, ofende la inteligencia de todos los mexicanos; ellos mismos hacen su trabajo fuera de contexto, incluso pueden ser extranjeros que en su vida han pisado la realidad mexicana.
El fracaso de la campaña de Xóchitl es igual a la peor y más oscura expresión de la Ciencia Política, esa zona en donde sólo sus autonombrados expertos pueden pisar, mientras que el resto ya sea que tengamos un doctorado o la escuela de la vida estamos vetados.
Hay que ser claros, dentro de los planes de la política PRIANISTA y de su proyecto de nación sólo caben blancos, extranjeros, familia y amigos de este muy reducido grupo; el resto seremos quemados en la explanada del zócalo como dijo el experto PRIANISTA, Martín Moreno.
Esta negligencia intelectual es la perdición de la disciplina que estudia el poder, las desigualdades y la corrupción, que por sí misma está envuelta en esta misma degeneración.