El golpe empresarial
Por: @erikwanza
En momentos de crisis la humanidad puede situarse en ambos extremos, es decir, es capaz de resaltar los grandes rasgos solidarios que ha permitido afrontar colectivamente una serie de adversidades propias del desarrollo humano y, por otro lado, lo opuesto, entregar el control político/económico a quien ofrece una alternativa que parece viable, pero que trae consigo el detrimento de los derechos sociales. La historia es esa ventana que nos muestra en que termina cada una de esas posturas.
Por supuesto que influyen muchos factores al momento de orientar el camino ante una crisis de cualquier carácter, dos de los factores más importantes son: el gobierno y la oposición, que a su vez tiene que ver con la visión del mundo que cada polo promueve. La hegemonía de cada uno de estos elementos determinará el apoyo que tenga el rumbo por el que se decida transitar, en esto momento con un gobierno legítimamente popular transitar hacia el rescate empresarial, por ejemplo, resulta inviable y se apuesta por otras soluciones, mientras que, en otros momentos históricos de este mismo país, se apostó precisamente por esa vía.
De repente, a cierto sector de la derecha mexicana (incluso dentro del propio gobierno de Andrés Manuel) les sorprendió que el “por el bien de todos, primero los pobres” no era un slogan de campaña sino realmente una visión de país que pasa desde lo ético a lo político, desde lo económico hasta lo social y que en momentos de crisis como la que estamos viviendo con la pandemia del COVID-19 se iba a poner en mayor realce. El escenario que plantea el Presidente es nuevo para el sector empresarial y les provoca desconcierto, el manual indica (el manual de ellos, neoliberal pues) que ante una situación de crisis, proteger a la clase empresarial es uno de los primeros pasos porque, según ellos, implica proteger a los sectores más desprotegidos porque si hay arriba salpica para abajo.
De ahí el descontento de una parte del empresariado mexicano y su incertidumbre, ¿qué se hace con un gobierno que prefiere poner en primer plano el bienestar de la mayoría sobre los privilegios de una minoría rapaz que ha estado bajo la protección del viejo régimen? Acusan al Presidente de no escuchar las recomendaciones que le hacen para salvaguardar los intereses cupulares y presentan, entre ellos, una serie de medidas a tomar que van desde la desobediencia fiscal (como si dejar de pagar impuestos fuera una novedad para ellos) hasta el derrocamiento del gobierno más legitimo en la historia moderna de nuestro país.
Se han venido sucediendo una serie de eventos que muchos analistas han puntualizado como el inicio o el curso de un golpe blando contra Andrés Manuel López Obrador, la postura de ciertos empresarios obedece a esa conducta, es decir, lo ponen de manifiesto, para recuperar el orden de privilegios es necesaria la caída del presidente, en un intento de matizar la descarada propuesta del golpe, el líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Carlos Salazar Lomelí pone en la mesa la revocación de mandato propuesta, precisamente, por este gobierno y sugiere la organización abierta y clara de la oposición para buscar, irónicamente, el apoyo popular para tumbar al presidente poniendo como meta superar los 30 millones de votos que respaldaron el inicio de la cuarta transformación.
Una oposición partidista derrotada que no ha encontrado la clave para permear su descontento en la población en general, que se ha valido de incesantes golpes mediáticos acompañados de diversos medios que han dejado claro la postura contra el gobierno de AMLO con una careta de “críticos” y ahora el CCE manteniendo reuniones con diputados del PAN buscando el apoyo para que el rescate financiero de las grandes empresas sea puesto en la agenda, no de gobierno, sino del programa que impulsarían de gestarse el golpe. En tanto, el presidente insta al líder del CCE a que las 15 empresas que presentan deuda al fisco de aproximadamente 50 millones de pesos paguen y con esto impulsar la recuperación de las PyMes que ellos mismos presentan como necesaria, sin obtener una respuesta hasta el momento.
No cabe duda, la clase empresarial se encuentra en un terreno que les resulta desconocido: el de la honestidad y con una visión de gobierno que, por primera vez, no los tiene como el centro a la hora de tomar decisiones.
Para terminar, solo citaré a Paco I. Taibo II “vas bien Andrés, primero los pobres